La venganza.

(Primer personaje)
Camino y camino , apuro el paso sólo para llegar luego a mi destino , destino para el que no
estaba preparado para vivir , cruzo la calle , miro hacia ambos lados y nada , de repente de la
nada aparece un furgón , furgón que me quitaría la vida lentamente , ya que después de
arrollarme agonicé y me desangré durante una hora por lo menos , el dolor era insoportable y
la angustia incontrolable .
Mientras yacía en la calle me percaté que el furgón pertenecía a una empresa de transporte
aéreo, la cual se dio a la fuga, dejándome morir en la plena soledad de una calle oscura y sorda
a mis gritos de ayuda.
(Segundo personaje)
Después de lo que ha hecho el chofer que me traía al aeropuerto he quedado en estado de
shock, mis nervios están de punta, ahora, antes de abordar el avión he llamado a mi hermano
para contarle lo sucedido y él me ha tranquilizado un poco y ya puedo subirme al avión.
Ya en él, pretendo dormirme, pero el recuerdo me sobresalta y esa imagen de angustia, dolor y
sufrimiento no me la quitará nadie de la cabeza.
Creo que el avión está en medio de una tormenta, se mueve demasiado, me asusta y me hace
recordar cuando el furgón pasó sobre ese pobre hombre, los gritos de ayuda y dolor se me
vienen a la mente.
Lloro, grito y salgo corriendo al baño, ya no aguanto más, me mareo, sudo, me caigo, es el fin.
(Un ataque cardiaco acabó con su vida).
(El avión llega a su destino y la noticia se hace pública).
La familia de la fallecida ve las noticias e impactada por lo sucedido parten de inmediato a la
morgue donde se encontraba el cuerpo.
El hermano de la víctima se abalanza sobre ella llorando y asegurando que lo que había
alterado su corazón fue el horrendo atropello de un sujeto.
La familia estaba indignada y desde ese momento desearon la muerte de aquel chofer que se
dio a la fuga.
El odio era inmenso, a tal extremo que el hermano de la mujer viajó a donde había empezado
todo.
(Tercer personaje, hermano del segundo)
Recuerdo todo lo que me dijo mi hermana, la hora, el aeropuerto y hasta el bigote que tenía el
maldito chofer.
Me dirigí al estacionamiento donde se encontraban estos furgones Transfer y esperé por el
tipo.
Lo encontré, los remordimientos se lo estaban comiendo, se le notaba en la cara. Me acerqué
lentamente hacia él con el odio impregnado en mi rostro.
Él al verme se asustó tanto que empezó a sudar, temblar y a retroceder poco a poco, cada
paso que daba era un paso menos; y así fue, tanto que retrocedía fue atropellado por un taxi
que casualmente igual se dio a la fuga.
Era idea mía o me estaba volviendo loco, pero creo que la pasajera del taxi era mi hermana.
Y lo que él no tenía idea era que el chofer del taxi era el que había sido atropellado
inicialmente.