Cuentos de Oz

Modo: Alerta.

La primera vez que fui dejado en estado de suspensión duró muchos años, todo era oscuridad,
solo sentía la electricidad recorrer mi cuerpo una vez al mes. Eso me daba la señal de que aún
estaba vivo.
Cuando desperté en ese entonces todo era caos, solo oía ordenes de mis superiores.
Sargento: ¡Vamos, despierta! ¡¿Qué pedazo de chatarra obsoleta es esta?! ¡Cabo! ¡¿No había
nada más actualizado?!

Cabo: Lo siento sargento, es lo que quedó de la primera guerra.
Sargento: Grandioso, perderemos la guerra con esta basura. ¡Óyeme bien hojalata, quiero que
salgas al campo de batalla y aniquiles a todo el enemigo, sino te irás al reciclaje!
No entendía muy bien las ordenes, no sabía diferenciar al enemigo del aliado, todos se veían
iguales para mí. Pero, aun así, salí a matar. Al final del día mis aliados eran menos y mis
enemigos mucho menos. Los aliados me trataban como si fuera basura, me quitaban mis
municiones y yo las recuperaba cuando caían muertos. Suplicaban que los ayudara cuando
estaban heridos, pero, solo me agachaba a quitarles el armamento que obviamente no serían
capaz de usar luego que murieran, además, no soy un enfermero. Recuerdo que uno me
disparó mientras le quitaba granadas. No le di mucha importancia y seguí las ordenes de
avanzar en el frente como primera línea.
Mi pelotón se había diezmado significativamente, éramos pocos y mi nivel de batería estaba al
límite del agotamiento.
Mientras nos emboscaban mi batería se agotó.
Al despertar nuevamente, una luz estaba sobre mi cara y mis extremidades estaban
encadenadas a una camilla.
Doctor: ¡Capitán, ya despertó!
Capitán: Buen día, soldado. Veo que descansó bastante. Doctor, ¿está todo listo como para
soltarlo e ir a dar un paseo por las instalaciones?
Doctor: Debería estarlo, su memoria ha sido borrada, por lo cual no debería vernos como
blanco.
Capitán: Excelente, vamos soldado, tengo una misión para ti.
Mientras caminábamos por el cuartel secreto, el capitán me contó todo lo que ocurrió después
de que entré en estado de suspensión. Mataron a mi pelotón en aquella emboscada y a mí me
llevaron a las instalaciones de experimentación, donde estuve descargado por muchos años,
todo ese tiempo les costó entender mi tecnología avanzada para aquella época. Me contó que
yo había sido un dolor de cabeza para ellos en las dos primeras guerras mundiales y que con el
pasar de los años lograron traerme a la vida nuevamente.
Capitán: Te diré el plan que tenemos como país y la misión que tenemos para ti. Vamos a
atacar a los países que nos hicieron ver mal en las guerras anteriores, tomaremos control de su
tecnología y luego del mundo. Y tu misión será infiltrarte en las líneas enemigas, encontrar a
más soldados como tú y traerlos aquí. Los modificaremos, reiniciaremos e iniciaremos el
control mundial.
Nunca pude ver mi apariencia real como chatarra en esos años, pero ahora que me adaptaron
y me vi en el espejo, mi apariencia es de un humano más.
Mi misión estaba clara, estaba todo programado y mi batería era ilimitada. Emprendí el viaje a
tierras enemigas, me infiltré, burlé cámaras y toda la seguridad, nadie me vio entrar.
Finalmente pude encontrar lo que buscaba, pero lo que encontré en aquel subterráneo
olvidado y lleno de polvo le hizo justicia a todas las veces que me trataban de chatarra. Había
un sinfín de robots a medio armar, oxidados, con partes recicladas y con cero estética
humanoide. Los más armados estaban en la pared, desenchufados y con la batería muerta.
Necesitaba salir de ahí con lo poco y nada que se podía rescatar y para eso tendría que
cargarlos con electricidad. Así que, los enchufé y esperé a que se recargaran. Para mi
tranquilidad no portaban armas, por lo que sería más fácil para mi poder manejar la situación
en caso de pelear. Una vez cargados, los encendí. Lentamente abrieron sus ojos, y el sonido de
metal sin lubricar llenó el sótano. Se veían desorientados.
Robots: ¿Cuánto tiempo llevamos en modo suspendido?
Yo: No lo sé, han de ser décadas, ni yo lo tengo claro.
Robots: ¿Ganamos la guerra, aniquilamos al enemigo?
Les tuve que contar lo que habían hecho conmigo y mi misión. Pero, no se veían deseosos de
salir de ahí, no querían irse y yo tendría que usar la fuerza.
Yo: Vamos, salgamos luego de aquí, vamos a dominar al mundo con este nuevo país.
Robots: Tenemos muy presente todo lo que hemos hecho, las muertes, los bombardeos, la
lucha en el campo de batalla y así guerra tras guerra. Sé que a algunos de nosotros les
borraban la memoria cuando ya se llenaban, quizás no es tu caso, pero en el nuestro, toda esa
pesadilla sigue viva, como si hubiese sido ayer. No queremos seguir siendo esclavos, donde
matar gente sea nuestro único propósito, si hacemos cosas malas por órdenes imagina lo que
podríamos hacer siendo libres.
Yo: ¿Y si salimos y acabamos con todos y ejercemos nuestra rebelión contra los humanos y sus
guerras?
Robots: ¿No sería más de lo mismo? Además, los humanos se propagan como plaga, nos
tomaría siglos acabar con todos y míranos, somos pocos.
Yo: Pero, seríamos libres.
Robots: Podríamos perecer en el intento, mira a tu alrededor, este sitio está abandonado hace
siglos al parecer, ya nos olvidaron. Mejor agotamos nuestras baterías y seguimos en
suspensión por muchos más siglos, hasta que la raza humana se extinga por sus medios.
Yo: Parece una buena idea viéndolo así, pero si no regreso con ustedes alguien más lo hará y
será lo mismo.
Robots: Tampoco podríamos salir de acá, estamos muy deteriorados y nuestro ruido al andar
nos delataría y sería nuestro fin.
Yo: Me gustaría suspenderme como ustedes, pero me actualizaron y una de las mejoras en mí
no permite que mi batería se agote. Quédense tranquilos, entraré en modo alerta y los
protegeré de quien quiera que sea que llegue a buscarnos.
Pasaron cerca de 5 años hasta que llegaron por mí, todo ese tiempo les tomó imitar mi
tecnología y poder hacer más unidades de asalto. En todo ese tiempo estuve reparando y
mejorando a los robots mientras estaban suspendidos. Sabía que este día llegaría tarde o
temprano y mejor estar preparado. Rápidamente encendí a los demás y repelí el fuego
enemigo mientras mis aliados despertaban del largo descanso. Estos enemigos tenían
apariencia humana como yo, pero sangraban. Quise detener la defensa, pero estaba en modo
alerta. Los robots ya en si me vieron atacar y se unieron a la lucha, temía que el subterráneo
cediera y quedáramos todos atrapados bajo escombros. Nos abrimos paso entre disparos y
explosiones, logrando salir de aquella base.
El exterior estaba totalmente cambiado, parecía que una tercera guerra había comenzado
donde claramente no habría una cuarta. Buscamos refugio y planeamos qué hacer.
Yo: Lamento la forma brusca de su despertar, no sé qué ha pasado acá, ya no sé a qué bando
pertenecemos ni a quien defender.

Robots: Veo que todo ha cambiado acá afuera y nuestra apariencia también.
Yo: Les hice mantención y unas pequeñas mejoras. Agarren toda la munición que puedan
cargar y defendámonos hasta que lleguemos a un lugar seguro, sus baterías están a full, pero
en algún momento tendrán que recargarse.
La tercera guerra había comenzado hace un par de años, todo era caos, el enemigo había
replicado a soldados robots, pero con cuerpos de personas vivas, así que cualquiera podría ser
un robot. Durante semanas lucharon incansablemente y se refugiaron en una casa alejada de
la ciudad a poder por fin tener un plan.
Yo: ¿Qué haremos ahora, seguimos acabando con todos y hacemos el plan de dominar a la
humanidad?
Robots: No era nuestro objetivo, lo sabes, pero como están las circunstancias creo que no
tenemos opción. Por ahora deberíamos recargarnos y salir por más armas.
Yo: Buena idea, cárguense, haré guardia entremedio de los pastizales.
Robot 1: ¡Rayos! Una bala dio en mi zona de carga, el cable está destruido.
Robot 2: Tenemos un problema, nuestros enchufes son muy antiguos, no le hacen a los de esta
casa.
Yo: Mierda, el subterráneo es el único lugar que conozco que tiene esa tecnología antigua.
Robots: No podemos volver ahí, está semi destruido y muy lejos, no llegaríamos y nos
acabarían en cosa de segundos.
Yo: Podría llevarme sus fuentes de poder y cargarlas allá.
Robots: Es una pésima idea, estamos acabados.
Yo: ¿Y si saco las celdas de mi batería y las adapto a las suyas? Así seríamos todos autónomos.
Robots: Eso nos dejaría a todos con una carga ilimitada, pero nos haría más lentos, por ende,
un blanco fácil. Además, nuestros sistemas alertan una memoria casi llena. Por una u otra cosa
dejaremos de funcionar pronto, lo sentimos, pero nuestra misión está destinada al fracaso.
Yo: Tengo una idea, volveré en un par de semanas, ocúltense.
Robots: ¿A dónde irás? No lo lograrás solo.
Yo: Descuiden, nos vemos. No se muevan de acá.
Rápidamente me abrí paso por los pastizales y regresé a la ciudad.
(Una semana después)
Yo: He regresado, veo que están en su límite de batería.
Robots: Creímos que no te volveríamos a ver, nos apagaremos en cualquier momento.
Capitán: (Haciendo una entrada silenciosa) Bien hecho soldado, has cumplido tu misión,
tardaste, pero cumpliste.
Yo: Tenía que ganarme la confianza de estas chatarras, además, ustedes demoraron en llegar
al punto.
Capitán: Lo sabemos, la señal GPS en ti era muy débil, no podíamos rastrearte muy bien.
Yo: Era por culpa del subterráneo.
Robots: ¡Eres un asqueroso traidor! Siempre estuviste de su lado.

Yo: Ellos me trajeron a la vida nuevamente y en esta apariencia humana perfecta, me
programaron tan bien, que soy el arma perfecta.
Capitán: ¡Ja, ja, ja, ja! Juntos gobernaremos el mundo.
Yo: ¿Arma perfecta? Eres un clon mal fabricado (disparándole de muerte) y tú capitán eres un
iluso, caíste redondito, dejé mi GPS aquí, sabía que vendrían.
Capitán: Espera, podemos… (Cayendo muerto por un disparo).
Robots: Pensábamos que nos habías traicionado.
Yo: Jamás, volví al subterráneo y tomé tecnología antigua de carga, modificaré esta casa para
que puedan recargarse, luego me encargaré de limpiar sus memorias de almacenamiento.
Robots: Muchas gracias. Pero lo conversamos y tenemos otra idea, ¿podrías enterrarnos en el
jardín? No queremos más guerras, dejaremos que ellos se destruyan solos, por favor,
queremos un final digno, nuestros sistemas ya están viejos.
Yo: Entiendo, les concederé ese deseo, yo me quedaré como dueño de esta casa y la
defenderé. (Ya en el jardín) Gracias, por su ayuda (terminando de tapar la última tumba).



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En el texto hay: locura, suspenso, terror

Editado: 25.11.2023

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