Cuentos de Oz

El hotel (Tercera parte).

Después de haber perdido a Helga luego de que nuestro plan no funcionara como queríamos y
durante mis viajes empecé a idear un plan de como volver a ella. Esa puerta que se abrió
cuando volví al 2.028 fue mi devastación, Helga no salió de ella, sino que un hombre al otro
lado me dijo que debía volver a 1.323 después que construyera el hotel y que me citara a esa
ubicación y hora exacta a mi yo de ese entonces, para que cuando el portal tras las puertas se
abriese, pudiese volver.
Debía volver, era lo único que mi mente pensaba, pero debía explicar que había sido de mí en
esos cinco años de ausencia. Por suerte hace unos años antes de todo esto me había cambiado
de país, por lo que no tenía relación con mi pasado, mis padres habían fallecido hace años y
era hijo único, los únicos que podrían haber estado preocupados por mí eran mis vecino y
compañeros de trabajo, pero ahí se me ocurría una mentira para calmarlos.
Mi vida en ese momento se había transformado en una misión donde debía construir el hotel,
cubrir los portales del tiempo con puertas, hacer que mi yo del 2.023 y más personas llegaran a
esa ubicación y hora exacta para así volver a encontrarme con Helga desde el comienzo.
¿Entonces quién era ese hombre que me dio esa información y desde que año me estaba
hablando? Ahora estaba devastado y con más dudas que antes. Salí del hotel sabiendo que
debía tener mucho dinero para poder construirlo en el pasado, ideé una forma de tener
mucho dinero de aquí a cinco años más, donde los portales se abrirían nuevamente. Trabajé
duro durante ese tiempo, ahorré, vendí mis pertenencias, y al final pedí muchos créditos
simultáneamente en bancos. Ahora con esa enorme cantidad de dinero en mano debía
transformarlo en oro, temía que se deterioraran los billetes con el pasar del tiempo.
Decidí enterrar los lingotes en un lugar secreto y viajar al pasado para poner a construir el
hotel, pero luego pensé, si entierro los lingotes, no los encontraré jamás en el pasado, ya que
las puertas solo llegan aquí del 2.023 en adelante. Así que, me los tuve que llevar al pasado.
Ya frente a la puerta 33 nuevamente, crucé los dedos esperando reencontrarme con Helga, la
abrí y la atravesé. Llegué a un pueblo parecido al lejano oeste, cerca de un bar, vaqueros iban y
venían, rápidamente me busqué un sastre para andar vestido acorde a la época, tuve que
pagarle con la ropa que andaba trayendo, le pareció muy extraña y quería replicarla. Mirando
más detalladamente el paisaje me di cuenta que estaba en el mismo lugar donde estaba el
hotel. Ahí debía construirlo, pero en algunos años más, me acerqué a la estación del sheriff y le
pregunté por alguna entidad de arquitectura y bancos cercanos. Me dijo que tuviera cuidado
en donde pusiera mi dinero, ya que había una banda de asalta bancos merodeando la región.
Dada esa información me dirigí a una casa de arquitectos donde en esos largos cinco años que
me esperaban debía tener los planos y contrato para la construcción del hotel, llegamos al
acuerdo de que les pagaría la mitad ahora y que en unos 20 años más deberían construir en el
terreno que acababa de comprar y el resto deberían cobrarlo en el banco una vez estuviera
listo. Les pareció todo muy raro, pero cuando vieron el oro con el que les pagaría aceptaron
inmediatamente. Viví tranquilo el tiempo que me quedaba en aquel terreno con casa que
compré hasta que debía irme cerca de los bares a estar listo para atravesar la puerta devuelta
ahora a un 2.038.
Volví al hotel y ahora me tocaba esperar cinco años más hasta poder elegir otra puerta, temía
que Helga ya no estuviese viva, me hubiese olvidado o que no volvería por ella y hasta que me
rechazaría por lo viejo que me vería. Pensé en rendirme, pero la amaba como a nadie más y
era probable que los bancos me estuviesen buscando por no pago.
Así pasaron los años, yendo y viniendo por el tiempo, muchos años hasta que por fin di con ella
en el 1.328 en aquella pileta, ella estaba igual a como la última vez que nos vimos, tan
hermosa, tan llena de vida, en cambio en mí, los años se notaban, esperaba el rechazo de su
parte.
Helga: ¿Erick, eres tú?
Erick: Lo siento Helga, solo los que participamos podíamos volver y no me imaginaba una vida
sin ti, así que entré puerta tras puerta esperando cinco años en cada una de ellas para poder
reencontrarme contigo.
Helga: Vamos a casa, necesitamos asimilar todo esto.
Ya en casa pudieron hablar de todo lo sucedido en años cuando para Helga solo fue un
momento. Erick le contó que una persona le había dado la misión, y Helga lo interrumpió para
decirle que estaba embarazada y que ese era el plan que tendría para su hijo, Erick ahí
entendió la misión. Ya muy avejentado solo pudo pasar unos cuantos años con su hijo a los
cuales les daría las directrices para pasarlas de generación en generación hasta que su yo del
2.023 pudiese reencontrase nuevamente con Helga en 1.323, eso sí en una de las vigas del
granero se dejó un mensaje que decía: No te marches.



#363 en Paranormal
#4086 en Otros
#1128 en Relatos cortos

En el texto hay: locura, suspenso, terror

Editado: 25.11.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.