Cuentos de ultratumba

Laboratorio siniestro

En lo profundo de un bosque sombrío y apartado, oculto entre árboles retorcidos y enredaderas densas, se alzaba un antiguo laboratorio abandonado. Durante años, se rumoreaba que en ese lugar se llevaban a cabo experimentos prohibidos y oscuros, realizados por un científico solitario y desquiciado.

Los lugareños evitaban el área, temerosos de las historias que circulaban sobre extraños sonidos que resonaban en las noches de luna llena y luces intermitentes que brillaban desde las ventanas del laboratorio.

Un día, un joven aventurero llamado Alex, desafiando las advertencias de los lugareños, decidió explorar el misterioso laboratorio por sí mismo. Armado con una linterna y su valentía, se adentró en el oscuro edificio.

Al principio, todo parecía tranquilo y desolado. Pero a medida que Alex avanzaba por los pasillos polvorientos, descubrió indicios perturbadores de los experimentos pasados: jaulas vacías, instrumentos médicos oxidados y notas escritas en un lenguaje desconocido.

De repente, un ruido siniestro resonó desde lo profundo del laboratorio. Alex, lleno de temor pero decidido a descubrir la verdad, siguió el sonido hasta llegar a una sala oculta en lo más profundo del edificio.

Allí, se encontró con una escena aterradora: tubos de ensayo rotos, restos de cadáveres mutilados y en el centro de la habitación, una figura encapuchada trabajando frenéticamente en un experimento macabro.

Sin pensarlo dos veces, Alex corrió hacia la salida, escapando del laboratorio antes de que fuera demasiado tarde. Desde ese día, juró no volver a acercarse al lugar y advirtió a todos los que encontró sobre el horror que yacía en lo profundo del bosque, en el laboratorio siniestro que había osado explorar.




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