Cuentos de velorio

22-HAY QUE SABER LLEGAR

En un principio, sentí que no podría soportarlo. El dolor era intenso, descomunal, casi físico, insoportable por momentos. Algunas veces con accesos de profunda depresión y por instantes era capaz de producir una sensación de vacío como si faltara algo en todo el centro del pecho.

Esto daba lugar a una carencia, que solo llenaba el profundo dolor y la inefable quimera. ¿En qué instante sucedió? ¿me pregunté muchas veces, cómo fue que no pude darme cuenta antes? ¿En qué momento empezó a llenarse tu corazón de desamor y de olvido?

No lo supe, solo sentí los efectos devastadores cuando no hubo otro argumento posible que esgrimir, ni otra explicación razonable para dar: El amor había sido reemplazado por el desprecio, la alegría por la tristeza, los sueños por pesadillas, todo había terminado. Solo quedaba dar la vuelta a la última página, cerrar el libro, apagar la luz e irse.

Medio siglo después, la Gochita sin saber cómo, encontró uno a uno los pedazos de corazón esparcidos por el camino y sin pedir nada a cambio, sin poner condiciones, sin exigir sobre seguros ni compromisos, con mucha paciencia pegó cada uno de esos pedazos hasta completar el rompecabezas.

Ante semejante prueba de desinterés y desprendimiento, decidí entonces con paciencia y un cargamento gigante de sentimientos, acompañarla por el resto del camino. La carga se hizo liviana y los pies ligeros. Fue entonces por fin comprendido en un raro momento de clarividencia, que el amor, esa tierra prometida y buscada por cada uno de nosotros por toda nuestra existencia, a pesar de parecer esquiva, a lo mejor es posible que la tengamos enfrente de nuestros ojos sin darnos cuenta.

Amaba de nuevo y pensando en ello, poco a poco descendí, en medio de los sopores anestesiantes de la inconsciencia y no supe cuando me quedé dormido. En ese instante no sabía que este sueño esta vez sería para siempre.

Fue entonces, cuando al transitar por el camino me sonaron proféticas las palabras que dijo aquel arriero “Que no hay que llegar primero, sino hay que saber llegar…”



#10899 en Otros
#3307 en Relatos cortos

En el texto hay: aventuras, esperanza y paz, búsqueda amor

Editado: 01.01.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.