Cuentos en tinta roja

Síndrome del puzzle

Nadie me completa, nadie me llena, nadie, nadie, nadie, voy a morir solo.

— Doctor, ¿por qué nadie puede cumplir el rol de la pieza que me falta?

—Tu mayor equivocación es buscar a alguien que complete tu rompecabezas.

— Pero... yo necesito alguien que me complete, usted no entiende que estoy solo en este mundo, perdido, abandonado. Doctor, usted no entiende nada, sólo me saca mi dinero pero no me da ninguna solución, usted tampoco me sirve, es igual a ellos, no me sirven, ninguno.

Nadie me comprende, este hombre que se hace llamar psicólogo me dijo que me iba a ayudar pero no está haciendo nada al respecto. Ya me cansé de intentar colocar su pieza en mi vida, no me sirve.

—Tranquilice por Dios, baje esa lámpara.

— ¡Usted no me va a decir que hacer!

— Dios mío, salga de mi consulta hágame el favor, contrólece señor Fideg.

Ahora me echa a patadas, nunca voy a volver, me encargaré yo mismo de buscar la pieza que me falta y el que se interponga en mi camino pagará con su vida.

~Meses después~

— Señor Fideg, usted es lo que yo estaba buscando, es perfecto para mí, guapo, caballeroso, con dinero...

— Yo soy todo lo que buscas, lo sé... el problema, es que tú... no eres lo que busco, me has hecho perder el tiempo cariño, ahora me debes algo...

— ¿Qué quieres decir?...Me asustas, no escondas tus manos...

— Sólo faltarán 20 segundo para que la droga haga efecto CA-RI-ÑO...

— ¿Qué me has hecho hombre loco? nunca debí haber confiado en tí, estas loco, loco, er...

— Ya, la droga comenzó a hacer efecto... ¿se te paralizó la lengua corazón ?

Esto es lo que disfruto, esto, el sufrimiento de los demás para salvarme de el mío, se siente tan bien eliminar las piezas abstractas, ya llevo 5, cuando menos lo esperes completaré mi vida, estoy seguro de ello.

Ahora tú, perra esquerosa, sangra, sangra por mi pena...

ja
ja
ja

Nunca me cansaré de atravesar las entrañas de estas personas sin sentido en mi vida con mi belleza, la única que me entiende, tan filosa y sedienta de sangre, tan peligrosa, somos el uno para el otro. A veces pienso que tu eres la que me falta, pero a ti ya te tengo y el vacío no se va, creo que tendré que seguir deshaciendome de la piezas inservibles que hay a mi alrededor.

— Tu y yo cariño, así, por siempre, quitale las entrañas a esta golfa... ¿puedes creer que pensaba que yo era su complemento? sólo me quería convencer de ser el único para ella. Tú y yo, pequeña amiga, sabemos que no es así, ella es una mentirosa, pero su corazón ha dejado de latir, eso lo resuelve, nunca más va a volver a engañarme, ni a mi ni a nadie, y todo gracias a ti preciosa...

Desde mi última consulta al Psicólogo me siento mejor, me siento impulsado a tomar cuantas vidas deba para poder encontrar...

mi pieza faltante.




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