Cuentos Infantiles De Fantasia

5. EL PRÍNCIPE QUE NO QUERÍA SER REY

EL PRÍNCIPE QUE NO QUERÍA SER REY

Érase una vez, en un reino muy muy lejano, vivía un joven príncipe. Darian era el hijo único del Rey Theron y la Reina Calista, y desde que tenía uso de razón, todos le decían que algún día él sería el rey.

Pero Darian no quería ser rey. No es que no le gustara su reino, ni tampoco deseaba ser malo con su pueblo. Simplemente no se sentía cómodo con la idea de tener esa enorme responsabilidad sobre sus hombros. Prefería pasar sus días cabalgando por el campo, escalando árboles o jugando con sus amigos en el pueblo.

Cuando cumplió 15 años, como dictaba la tradición, el Rey Theron decidió que era el momento de comenzar a entrenar formalmente a Darian para que estuviera listo para ser rey. Así que llamó a sus mejores maestros y consejeros para que le dieran clases sobre política, administración, derecho, economía, protocolo y todas las demás áreas aburridas que Darian tendría que aprender.

Al principio intentó prestar atención y portarse bien en las lecciones. Pero muy pronto se dio cuenta de que lo único que hacían era quitarle tiempo para jugar y divertirse. Además, mientras más aprendía sobre lo que significaba ser rey, más se daba cuenta que esa no era la vida que él quería tener.

Así que un día Darian tomó una decisión: huiría del castillo en busca de la vida de aventuras que siempre había soñado. Sabía que sus padres se preocuparían mucho y seguramente mandarían a todo el ejército a buscarlo, pero no le importaba. Estaba dispuesto a correr el riesgo con tal de no tener que ser rey.

Esa noche, cuando todos en el castillo estaban dormidos, Darian se escabulló a las caballerizas, ensilló a su caballo Apolo y partió galopando hacia las montañas sin mirar atrás ni una sola vez.

Cabalgó sin parar durante todo el día, adentrándose más y más en un espeso bosque donde nunca antes había estado. Para cuando cayó la noche, Darian y Apolo estaban exhaustos, así que buscaron un pequeño claro junto a un arroyo donde pasar la noche.

Mientras comía algunas frutas silvestres que había recolectado, Darian pensó en lo que dirían sus padres cuando descubrieran que había huido. Seguro estarían furiosos con él. Y también muy preocupados, pero a fin de cuentas tendrían que entender que él nunca pidió ser príncipe y que no quería esa vida para él.

De pronto, escuchó unos extraños ruidos provenientes de los arbustos. Darian se puso en alerta pensando que podrían ser lobos o bandidos. Para su sorpresa, de entre los matorrales salió una pequeña hada seguida de varias luciérnagas.

  • No temas, noble príncipe -dijo el hada-. Hemos venido a ayudarte.

Darian no podía creer que un hada le estuviera hablando. Siempre pensó que eran sólo cosas de cuentos de hadas.

  • Mi nombre es Zafira -continuó el hada-, y éstas son mis amigas las luciérnagas. Vimos que huiste del castillo y adivinamos que no quieres convertirte en rey.
  • Así es -respondió Darian-. Toda mi vida me han dicho lo que tengo que hacer y estoy harto. Quiero vivir aventuras y ser libre. 

Zafira sonrió dulcemente.

  • Te entiendo perfectamente y creo que puedo ayudarte. Verás, nosotras las hadas tenemos poderes mágicos que los humanos no comprenden. Si tú quieres, puedo usar mi magia para convertirte en otra persona durante algunos años. Así podrás tener las aventuras que tanto anhelas sin las responsabilidades de ser príncipe.

Darian no podía creer lo que estaba escuchando.

  • ¿De … de verdad puedes hacer eso? -preguntó emocionado.
  • Claro que sí -respondió Zafira-, la pregunta es... ¿aceptas mi oferta?

Darian lo pensó unos instantes. Siempre había soñado con vivir emocionantes aventuras y gracias a Zafira ahora podría hacerlo, sin tener que renunciar a ser príncipe.

  • ¡Acepto! -dijo finalmente con una enorme sonrisa.
  • Muy bien. Entonces presta atención -dijo Zafira al tiempo que agitaba su varita mágica.

Una luz brillante envolvió a Darian por completo. Cuando se disipó, ya no era un apuesto príncipe sino un fornido leñador.

  • Wow, qué cambio -exclamó Darian al verse-. Muchas gracias Zafira, me encanta.
  • Me alegro. El hechizo durará cinco años. Para entonces confío en que ya hayas vivido suficientes aventuras y estés listo para ser rey.
  • Cinco años suena perfecto -dijo Darian-. Y no te preocupes, cuando me convierta en rey prometo usar mi poder para proteger el bosque y todos los seres mágicos que viven en él.

Zafira sonrió complacida al escuchar esas palabras. Sabía que Darian sería un gran rey cuando llegara el momento.

Se despidieron y luego el hada y las luciérnagas desaparecieron entre los árboles. Darian montó sobre Apolo y partió rumbo a la ciudad más cercana, listo para iniciar sus anheladas aventuras.

Durante los siguientes cinco años, Darian vivió todo tipo de experiencias emocionantes. Se unió a una tripulación de un barco pirata, peleó contra feroces dragones en lejanas tierras, salvó a una hermosa princesa de unos bandidos, exploró ruinas antiguas llenas de trampas … Y entre aventura y aventura, trabajó honradamente como leñador para ganarse la vida.




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