(Versión libre del cuento clásico La Sirenita)
Existe un lugar remoto del océano, un lugar donde la profundidad es tan grande,que nadie sabe hasta dónde llegan sus límites. En este lugar,las aguas son de un color azul oscuro, casi negro,y enormes rocas como dientes afilados,se alzan amenazadoras aquí y allá sugiriendo la monstruosa apariencia de una boca insaciable y hambrienta en espera de su presa.Pocos se atreven a pasar por allí. Los piratas más fieros que se aventuraron en aquellos lobregos pasajes olvidados de Dios,se persignaban mirando atentamente hacia el abismo donde descansaban por siglos,los buques víctimas de terribles naufragios.
Muy en lo profundo, habitan seres fantasmales,criaturas de pesadillas,peces luminiscentes con largos colmillos, enormes medusas como lámparas de noche,cangrejos y serpientes que se arrastran entre el limo huyendo de sus depredadores en medio de las más desesperantes tinieblas. En este reino de penumbras y silencio, gobernaba el rey Triton,soberano absoluto de todas aquellas contrahechas criaturas ,con su corte de sirenas y tritones,seres monstruosos y depredadores voraces,capaces de enfrentar y aún aniquilar a los más fríos asesinos de las profundidades.Sin embargo, el rey tenía una hija,una pequeña sirenita de nombre Ariel,que si bien su aspecto no se diferenciaba en nada de los demás, su alma era noble y amorosa.Recorría su enorme y oscuro reino de una punta a la otra y terminaba sus andanzas en la cueva fantasmal de su madrina Ursula, un híbrido mitad humana,mitad pulpo,escalofriantemente abultada con ojos saltones, que amaba a su ahijada como si fuese su propia hija.
Úrsula era una temible bruja conocida por sus espeluznantes hechizos que hicieron temblar de pavor a las criaturas de los siete mares en más de una ocasión. Sin embargo el amor que sentía por la pequeña Ariel,hacía que bajo las súplicas de ésta, suavizara un tanto sus espeluznantes sortilegios.A cambio, la dulce princesa le llevaba casi a diario,conchas,corales y algas que lograba recolectar cerca de la superficie, como también perlas,joyas y cuanto tesoro encontraba en el interior de los barcos hundidos repletos de cofres y fantasmas.
En una ocasión, Ariel se encontraba embelesada contemplando las sorprendentes imágenes que proyectaba la brumosa bola de cristal que bajo el influjo de los conjuros y pases mágicos de la bruja, emitía reflejos de lo que sucedía más allá de las fronteras de su reino.
_¿Te gustaría que la esfera mágica te mostrara algo?_ preguntó con voz cariñosa a la curiosa jovencita.
_En realidad no tengo interés en ver nada de nuestro mundo,lo conozco como la palma de mi mano,pero una vez escuché a mis hermanos y mi padre hablar sobre otro lugar donde no hay agua y donde habitan seres extraños que respiran sin branquias,no tienen aletas ni escamas,y se deslizan sobre dos extremidades.
Úrsula enmudecio: _¿para qué quieres saber de ellos?,al final sólo sirven de comida para los de tu especie_respondió al rato,con el enorme rostro serio,pero al contemplar la mirada suplicante de su ahijada,una vez más su viejo corazón se ablando':
_Está bien,pero sólo un momento_resoplo' disgustada.
La pequeña sirena rechino' sus afilados dientes de alegría y acercando el rostro a la esfera iluminada,se dispuso a adentrarse con los ojos desmesuradamente abiertos por el asombro en el mágico mundo de los hombres.Ante su vista,desfilaron brevemente las ciudades,castillos,aldeas,nobles y vasallos,mujeres,hombres,niños y ancianos,cuando un rostro que apareció como una fantasía hermosa en primer plano, captó toda su atención,
_¿Quién es?_ preguntó a su madrina sin poder apartar la vista como si estuviese hipnotizada.