Mar profundo Capítulo IX

Una atmósfera mística se apoderó del enorme salón.Las maravillosas modulaciones de aquélla voz surreal, como una cascada de cristales,sumergieron a los presentes en un éxtasis, llevándolos desde lo más profundo del océano y de la tierra,hasta el infinito reino de los dioses celestiales. Para cuando la princesa terminó aquélla intrusión mágica, un silencio sagrado inundó aquél recinto.De pronto, como salida de un sueño,la audiencia prorrumpio' en un aplauso atronador,mientras los rostros se humedecian con lágrimas de emoción.Todos se olvidaron de la cantante,que amoscada en un rincón, observaba con una mezcla de asombro y de la más genuina envidia,cómo la multitud se aglomeraba en torno a la sirenita y en las afueras del Castillo. Tal poder tenía aquel canto.Pero no sólo a las criaturas de la tierra había atraído el hechizo de aquella voz.Un grupo de sirenas que nadaba en aguas cercanas,se aproximó furtivamente a las costas,reconociendo de inmediato, el sonido único de su princesa desaparecida.Inmediatamente se sumergieron,y salieron raudas a llevar la funesta noticia al terrible rey del mar.El viejo Triton y el pueblo marino,llevaban horas buscando a la esquiva sirenita,pero a cada instante la búsqueda se hacía más desesperada.En cambio,Úrsula lloraba en silencio.Cuando despertó, notó la ausencia del frasco robado por la princesa,y asomándose a la esfera de cristal,se dio cuenta de todo lo sucedido."¿qué has hecho niña?,¡ nos has condenado a todos!", se lamentaba escondida en lo más profundo de su gruta.Pero aún así, no se atrevía a delatar a su amada ahijada por temor a la terrible ira y represalias del monarca del océano.

Al conocer la verdad,el taciturno y aterrador Triton,lanzó un rugido de rabia que hizo levantar grandes olas que azotaron la superficie.

_Traidora,cómo se atrevió a abandonarme y abandonar a su pueblo!, desde ahora reniego de ella como hija,queda desterrada para siempre, y ay de quien ose darle refugio!!!

Luego de proferir aquella terrible sentencia, Triton se retiró a su Castillo hundido,mientras su corte y el pueblo del mar, quedaban en un triste silencio, pues todos amaban a la sirenita, pero nadie se atrevería a contradecir una orden del iracundo rey de los océanos.

Mientras,para Ariel la vida transcurría como un cuento de hadas,aupada por todos, y halagada por su inocente belleza y su canto celestial, era tan feliz,que para nada extrañaba su vida anterior. El príncipe la llevaba consigo a todos lados, recepciones,banquetes,paseos a la luz de las estrellas.Desde todos los confines, venían príncipes, reyes y nobles,a disfrutar el magnífico espectáculo de aquella voz única. Una tarde,mientras paseaban por los alrededores del Castillo,el príncipe arrancó una hermosa flor roja y se la obsequió.

_Siento que me estoy enamorando perdidamente de ti,eres mi alma gemela, he estado mucho tiempo solo y creo que llegó la hora de poner fin a mi soltería con la mujer más bella y delicada del mundo:Ariel,¿aceptas ser mi esposa?_preguntó arrodillandose ante la perpleja princesa que,tomada por sorpresa no pudo reaccionar de inmediato.El príncipe se levantó: 

_Entiendo,es muy pronto y aún estás perturbada,pero esperaré el tiempo que sea necesario,no pienso perderte_prosiguió cabizbajo interpretando el silencio de Ariel como una momentánea negativa.

_¡¡¡Si,si quiero,claro que quiero, es lo que más he deseado en toda mi vida!!!"_exclamó la muchacha de repente.El príncipe sonrió divertido," ¡qué  muchacha tan extraña!, pero aún así adorable"pensó aliviado.

_¡Gracias por aceptar ser mi prometida,prometo hacerte la mujer más feliz del mundo,vamos al Castillo a anunciar la buena nueva!_,respondió el joven lleno de júbilo mientras besaba la mano de la princesa.

Ariel estaba en las nubes,por fin su sueño dorado se hacia realidad,pero su dicha no duraría mucho tiempo.Un nuevo acontecimiento vendría a desatar la más terrible de las tempestades sobre su frágil felicidad..