Parados en uno de los enormes balcones del Castillo, Ariel y el príncipe anunciaron su compromiso ante la corte y el pueblo que con alegría recibió la noticia.Para celebrar tan esperado acontecimiento, Su Alteza ordenó organizar las fiestas populares más grandes que se hubieran celebrado en la historia del país,a las que fueron invitados personajes de la cultura, política y la realeza de todos los reinos vecinos.
Más de cien costureras fueron encargadas de confeccionar el ajuar de bodas de Ariel.La alegría y entusiasmo eran generales,pero la princesa parecía no disfrutar de aquel jolgorio y el bullicioso ajetreo a su alrededor.Desde hacía varios días,un molesto y persistente escozor en todo su cuerpo no la dejaba conciliar el sueño,mientras, su piel se había llenado poco a poco en algunas áreas de unas manchas rojizas que iban aumentando de tamaño. Preocupada,trataba por todos los medios de ocultarlo sobre todo a su flamante novio,y para ello esquivaba cada vez con más frecuencia sus invitaciones a salir a sus habituales paseos ,fingiendo disímiles y repentinos malestares.Una noche, en que la irritación de la piel se le hacía insoportable,escapó furtivamente de la fortaleza y se dirigió a la costa desierta.Sin pensarlo dos veces, se desnudó y se arrojó a las tranquilas aguas iluminadas por las estrellas fugaces.De inmediato sintió un alivio que le hizo suspirar agradecida,cuando de repente, sus músculos comenzaron a estirarse,sus estilizadas piernas desaparecieron,sus manos se engarrotaron retomando sus antiguas garras afiladas,y una escamosa cola rematada de peligrosas espinas,se agitó involuntariamente rompiendo la tranquilidad de la suave marea nocturna.
Aterrorizada, Ariel se sumergió dejando entrever sólo parte de su rostro,¿qué acababa de suceder?,¿qué haría ahora?,si no recobraba rápido su forma humana y se daban cuenta de su ausencia en el Castillo,adiós príncipe,adiós boda,y sobre todo, adiós a la mágica vida que recién comenzaba..
Un leve chapoteo seguido de un blando roce sobre sus hombros,la hizo volverse abruptamente.Una figura conocida y entrañable, flotaba como una aparición a su lado:"¡¡¡Madrina!!!", exclamó en un grito que salió desde lo más profundo de su alma.Ariel se arrojó al regazo de Úrsula como cuando era muy pequeña y algo le asustaba,a su vez,la vieja hechicera la envolvió amorosamente entre sus largos tentáculos.
_Sentí tu angustia,y quise ver qué te sucedía_profirió en voz queda y entrecortada.
_Perdón por haber robado tu frasco_respondió la princesa entre sollozos_¿cómo están mi padre,mis hermanos?_ continuó con voz compungida.
_Tu padre está devastado desde que te marchaste,te ha desterrado pero a pesar de su orgullo,él te ama profundamente, y sé que algún día te perdonará, pero dime,qué te pasa,por qué estás tan asustada?, te expulsaron del Castillo?_ preguntó Úrsula preocupada.
Ariel le contó todo lo que había sucedido.
_Tú abandonaste el mar,pero el mar nunca te abandonó, sólo está recordándote a dónde perteneces.Las lesiones en la piel se irán haciendo cada vez más frecuentes, cuando eso te suceda,inventa una excusa y ven a la playa,el agua salobre te curara.
_Pero ¿cómo recobrare mi forma humana?, cómo hacer para que no me descubran?_ preguntó ansiosa la princesa.
_El elixir que tomaste te permite ser humana cuando estés en tierra firme,en cuanto a lo de ser descubierta,eso tienes que resolverlo tú con astucia,es una de las consecuencias de tus actos irresponsables,ahora me iré, casi amanece,ten cuidado mi amor,recuerda que estás en territorio enemigo,si los humanos te descubren,no te perdonarán.
Úrsula se hundió en las aguas,mientras Ariel la seguía con la mirada llena de nostalgia. Siguiendo sus consejos, se acercó a la orilla y a medida que entraba en tierra firme,su cuerpo iba transformándose una vez más, recuperando su forma humana,la princesa miró a todos lados,y asegurándose de no ser observada,se vistió y tomó rumbo hacia el Castillo...