Aquellas escalofriantes palabras resonaron en los oídos de Ariel como una amenaza.Sabía que de su ingenio y valentía dependía si podía escapar de aquella trampa mortal con vida y lograr el objetivo que le había llevado hasta allí.
_El océano se secara', pero la sangre es vida_recitó despacio mientras se abría las venas de uno de sus brazos con sus afiladas garras como le había enseñado su madrina.Los monstruos acercaron sus horribles cabezas retráctiles en las que centelleaban pequeños y fríos ojos voraces,mientras sus enormes hocicos dejaban entrever tres hileras de puntiagudos y letales colmillos afilados como cuchillos.
_Los Antiguos aceptamos tu saludo y ofrenda,puedes preguntar lo que desees_formularon con voz gutural luego de saborear por unos instantes el rojo líquido diluido en el agua salobre que fluia desde el brazo abierto de la sirenita.Ariel se estremeció de asco y horror, había sentido sobre su piel el aliento podrido de aquellas criaturas infernales y por un instante pensó que su existencia terminaría en aquellas terribles fauces.
_En realidad vine por ayuda,los humanos han invadido nuestro territorio y mi padre no quiere involucrarse,necesito que me entreguen su arma más poderosa para salvar mi reino_repuso con voz entrecortada mientras se inclinaba en una profunda reverencia.
Los Antiguos estallaron en estruendosas carcajadas que retumbaron como un eco escalofriante a través de las enormes columnas llenas de limo del salón.
_Primera vez que una sirena se aventura por estos lugares y continúa con vida,y aún quieres nuestra ayuda?, tendrás que ofrecer algo más que un poco de tu sangre para tan atrevida petición.De lo contrario te ofreceremos como cena a nuestra mascota por interrumpir nuestro eterno descanso_Ariel no sabía de quien hablaban, pero el tono siniestro de aquellas palabras,evidenciaba que se trataba de algo mucho más aterrador..
_Les ofrezco un reino con todos sus habitantes _ exclamó Ariel con voz sorda.Los Antiguos quedaron en silencio.
_¿Qué has dicho?_rugieron acercando una vez más sus horrendas cabezas al rostro de la princesa.
_Y además cientos de barcos con todos sus marineros_continuó Ariel apartando el rostro.
_¿Crees que somos tontos?, los barcos y sus tripulantes serán nuestro botín de guerra,pero el reino,¿de dónde lo sacarás,no queremos el tuyo,no nos apetece la carne de sirena ni el palacio sumergido de tu padre!_sisearon mostrando sus temibles dientes.
_No,no se trata de mi país, es una ciudad en la superficie, repleta de humanos_Los Antiguos regresaron a su lugar:
_¿eso es cierto?
_Si,pueden confiar en mi,yo los he visto,si me ayudan podré guiarlos hasta allí.
_No podemos movernos de aquí,pero nuestra mascota sí,vemos a través de sus ojos,te seguirá y te ayudará, pero también te mantendremos vigilada a través de él, si nos engañas,te devorara' y arrasara' con tu pueblo.
Ariel irguio' su cabeza decidida:_estoy de acuerdo.
Los antiguos giraron al unísono sus espantosas cabezas en dirección a una enorme puerta de hierro escondida tras las sombras.
Mientras,en la superficie continuaba la matanza,en el agua flotaban los cuerpos destrozados de las sirenas por las balas de cañón y los arpones,y en las cubiertas de los buques se balanceaban los heridos y mutilados por las horribles torturas inflingidas por Olaf y sus seguidores desesperados por conseguir información sobre los tesoros hundidos y el ignoto reino de Ariel.De pronto una ola colosal sacudió las naves a punto de volcarlas,mientras un rugido aterrador,como el sonido salvaje de una tormenta hizo temblar las aguas.Frente a ellos,furioso e imponente,el rey del mar blandia amenazante su enorme tridente dorado envuelto en llamas.Casi al instante,el mar se abrió ante sus ojos en un boquete gigantesco,y de su interior, saltó a la superficie la princesa Ariel seguida de la bestia más horrenda jamás vista...