Cuentos mágicos

Blancanieves,el cuento eterno Capitulo VI


A medida que se iba acercando al pueblo veía un panorama desolador,rostros tristes,demacrados por la miseria,casas semi destruidas y una suciedad espantosa.Avanzó un poco más y pudo divisar a lo lejos la magnífica vista del imponente castillo,sus muros,torres y almenas se alzaban orgullosamente sobre el cielo,contrastando con la pobreza del pueblo. Apuró el paso y llegó hasta las puertas de la ciudadela.Una multitud trataba infructuosamente de entrar,comerciantes,campesinos,gente humilde llegada de diversos pueblos tratando de encontrar una oportunidad dentro de los muros donde vivia la gente poderosa.

Una pareja de soldados de rostro impenetrable impedía la entrada.Blancanieves se apartó un poco de la muchedumbre y recitó para sí un pequeño conjuro,se pasó la palma de la mano por el rostro y se acercó a los guardias.Hipnotizados por el hechizo,los soldados abrieron el enorme portón y la dejaron entrar sin problemas. Ya dentro,la muchacha observaba maravillada la otra cara de la ciudad,las opulentas mansiones y palacios y la elegancia de los lujosos vestidos de los nobles.Sin perder tiempo se acercó a las enormes puertas claveteadas del castillo y preguntó a los guardias por el jefe de servicio.Al rato apareció una mujer obesa con varias llaves colgando de un cinturón: 

_Soy la encargada de la servidumbre, qué deseas muchacha?_preguntó observandola con una mezcla de curiosidad y desconfianza. 

_Busco trabajo señora,vengo desde lejos y no conozco a nadie por aquí, pero sé hacer de todo y no tengo reparos en hacer cualquier tarea.

_Pues estás de suerte,precisamente hoy despedí a una de las mujeres de limpieza,si te interesa puedes venir conmigo,el trabajo es duro pero la alimentación es buena.

_Es todo lo que necesito, un poco de comida y un techo para dormir_contestó la joven entusiasmada.Siguió a la mujer a través de los corredores, y a medida que se adentraban en el interior ,sintió que una enorme tristeza le invadía.

Blancanieves siguió a la mujer a través de oscuros corredores y estrechos escalones,hasta que  al fin llegaron a su habitación.Era pequeña, oscura y bastante húmeda, con una veladora,una camita estrecha y una palangana, pero para la muchacha acostumbrada a dormir en el piso de la choza de los enanos le pareció un verdadero lujo.

_Está prohibido salir ni pasear por el castillo a menos que estés trabajando, mañana a primera hora te reunes en el patio con las demás sirvientas_ordeno' la mujer.Blancanieves asintió con la cabeza y cerrando la puerta se acostó a dormir.Durante los siguientes dias la muchacha hizo todo tipo de trabajos,las otras empleadas eran tan jóvenes como ella,pero bastante parlanchinas y perezosas. 

Una mañana al levantarse sintió un inusual ajetreo en el castillo,salió a averiguar y supo que la reina se encontraba con una fuerte crisis de jaqueca, los médicos no habían podido hacer nada para aliviarla y todos estaban desesperados y asustados por la terrible reacción de la reina debido a su incompetencia. Blancanieves se acercó a la jefa de la servidumbre: _yo puedo curar a la reina_le susurró. La mujer la miró con asombro: 

_¿como así muchacha?

_Yo tengo una receta de mi abuela que cura todas las enfermedades .

La mujer llevó a Blancanieves frente a los aposentos de la reina y dijo algo al oído de uno de sus pajes. El muchacho entró y al rato salió: _dice la reina que puedes pasar_anuncio' solemnemente.

Blancanieves temblaba de emoción, al fin se encontraría frente a frente con su archienemiga,pero disimulo' y entró a la recámara. La reina estaba recostada en su inmenso lecho rodeada de hermosos cojines.A su lado se encontraba el médico de cabecera que observó a la joven con recelo.La reina se incorporó. Un frío recorrió el cuerpo de Blancanieves, el rostro de la malvada mujer era aún mucho más diabólico de lo que habia imaginado.

_Y bien muchacha,¿me dijeron que tienes un remedio para mi?_preguntó la perversa mujer...

 




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