Blancanieves el cuento eterno Capitulo VIII

El plan de Blancanieves estaba funcionando. Gracias a sus brebajes la reina se encontraba totalmente en sus manos,cuando un nuevo acontecimiento llegó para reforzar la idea de seguir atormentando a la malvada mujer.Como se había anunciado, el prometido de la reina arribó a la ciudad para conocer a su futura esposa.

Cientos de estandartes fueron izados en los torreones,los soldados con sus espadas levantadas fueron alineados a ambos lados del puente levadizo,y al final,la reina y sus cortesanos esperaban de pie al real visitante.A su lado como siempre se encontraba Blancanieves vestida magníficamente opacando con su belleza a las demás damas de la corte y a la mismísima reina.

El sonido de las trompetas anunciaron por fin la llegada del rey.Éste era un joven guapo mucho más joven que la reina.Su matrimonio había sido concertado por los ministros y consejeros para reforzar con la alianza el poderío de ambos reinos.El joven rey apareció montado en un magnífico caballo blanco seguido de su séquito. Al desmontar enseguida se fijó en la deslumbrante belleza de Blancanieves y furtivamente rozó su mano al besar la de la reina.

Esa noche se organizó un banquete en honor a Sus Majestades.Blancanieves se dirigió a uno de los balcones del castillo para tomar la brisa nocturna del mar,cuando de pronto se encontró cara a cara con el joven rey que la habia seguido sin que nadie se diera cuenta.

_Eres familia de la reina?_le preguntó. 

_No,en realidad soy su dama de compañia_le contestó la muchacha sonrojandose ligeramente.

 El joven se acercó un poco más:

eres muy hermosa,no he podido evitar fijarme en  ti desde el primer instante y noté que no te soy indiferente,si te decides nos iremos mañana mismo para mi país y te convertiras en mi esposa.

Blancanieves abrió los ojos estupefacta:

_¿Y la reina?_preguntó sorprendida.

_No la amo,yo nunca planee este matrimonio, sin embargo contigo me casaría de inmediato, al final yo soy el rey y puedo tomar mis propias decisiones.

Una idea cruzó por la mente de la joven:

_Está bien_contestó Blancanieves_pero no quiero que por mi culpa se desate una guerra entre los dos reinos,yo también me quedé impresionada con usted,Majestad, soy leal a mi reina pero también a mi corazón y me sentiría muy honrada de ser su esposa, pero nadie debe saber lo nuestro por el momento,continúe su compromiso y déjeme resolver el asunto a mi manera.

_Está bien,mi hermosa,haré lo que tu digas,pero no demores por favor,estaré esperando con ansias tu decisión, mi corazón desde ya es tuyo.

Se despidieron con un tierno y furtivo beso y regresaron al salón cada uno por separado para que nadie sospechara.

La visita del rey duró 7 días y durante ese tiempo Blancanieves y él se encontraban secretamente en el linde del bosque para que nadie sospechara de su amor.Mientras,la despechada reina sufría en silencio la frialdad del joven rey que procuraba mantenerse lo más alejado posible de ella,sólo cruzando palabras de cortesía y encontrándose brevemente durante los banquetes formales.

A la semana el rey se dispuso a regresar a su país y la boda se fijó para el próximo mes.Al despedirse cruzó una mirada apasionada con su amada recordándole su promesa.Los dias pasaron y Blancanieves se decidió a dar el próximo paso a su venganza.

 Una noche  en que se encontraba peinando a la reina frente a la chimenea,discretamente colocó una peineta en su cabello que rápidamente se disolvió en su cuero cabelludo sin dejar rastro.A los pocos dias la reina comenzó a alucinar: una tarde mientras paseaba por los jardines del castillo,observó horrorizada cómo las hojas otoñales que pisaba se tornaban negras y se enredaban en sus pies hasta hacerle caer.A sus gritos acudieron los guardias que no observaron absolutamente nada extraño,sólo a la reina caida de bruces sobre el sendero temblando de pánico. Otro dia estando asomada al balcón de su habitación vio aterrorizada a una enorme bestia envuelta en llamas que se dirigía directamente hacia ella....