1. Ritmo de Lluvia
En un hermoso estanque rodeado de juncos y flores silvestres, vivía un grupo de ranas cantoras. Cada noche, llenaban el aire con sus melodías alegres, creando una sinfonía que encantaba a todos los habitantes del jardín. La más especial de todas era una rana llamada Melodía. Tenía un canto tan dulce que podía hacer sonreír, incluso a los días más nublados.
Una tarde, mientras Melodía practicaba su canto en la orilla del estanque, notó que el cielo comenzaba a oscurecerse. Las nubes grises se acumulaban rápidamente y un viento frío soplaba sobre el estanque.
—Oh no —exclamó Melodía—. Parece que se avecina una tormenta.
Sus amigos ranas comenzaron a preocuparse. Sabían que, si la tormenta era demasiado fuerte, podrían perder su hogar en el estanque. Melodía decidió que debía hacer algo.
—No podemos dejar que esto arruine nuestro hogar —dijo Melodía con determinación—. Debemos usar nuestro canto para cambiar el clima.
Las ranas cantoras se reunieron alrededor de Melodía, listas para ayudarla. Comenzaron a cantar juntas una melodía alegre y optimista, creando armonías que resonaban en todo el estanque.
A medida que cantaban, algo mágico comenzó a suceder. Las nubes grises empezaron a dispersarse lentamente y un rayo de sol brilló a través del cielo.
—Miren —gritó Rayo, una rana con un canto potente—. Lo estamos logrando.
Animadas por su éxito, las ranas continuaron cantando con más fuerza. Su música llenó el aire y comenzó a atraer a otros animales del jardín: pájaros, mariposas e incluso Tony, el robot inventor.
Tony llegó corriendo al estanque al escuchar la hermosa música.
—¿Qué está pasando aquí? —preguntó con curiosidad.
—Estamos tratando de cambiar el clima con nuestra canción —respondió Melodía—. Queremos mantener nuestro hogar seguro.
Tony sonrió y decidió unirse a ellas.
—Yo puedo ayudar —dijo Tony—. Tengo algunas ideas para hacer que su canto sea aún más poderoso.
Con la ayuda de Tony, las ranas cantoras usaron su magia musical combinada con algunos inventos ingeniosos del robot para amplificar su canto. Juntos crearon un espectáculo impresionante: luces brillantes danzaban en el aire mientras la música resonaba en todo el jardín.
Poco a poco, las nubes se disiparon por completo y un hermoso arcoíris apareció en el cielo. Las ranas celebraron su victoria mientras bailaban felices en la orilla del estanque.
Sin embargo, cuando pensaban que todo había terminado, notaron que una sombra oscura se cernía sobre ellos. Una gran ave rapaz volaba alto en el cielo, buscando comida. Las ranas sintieron miedo al ver al ave acercarse rápidamente hacia el estanque.
—Rápido, escóndanse —gritó Melodía mientras todas las ranas se lanzaban al agua.
Tony observó cómo las ranas se sumergían rápidamente y decidió actuar:
—No podemos dejar que esa ave nos asuste así —dijo Tony—. Debemos usar nuestra música para alejarla.
Con determinación, Tony se unió a las ranas y comenzaron a cantar una melodía poderosa y vibrante. La música resonó en todo el jardín, creando ondas sonoras que brillaban en el aire.
Atraída por la melodía, el ave rapaz se detuvo en su vuelo y comenzó a girar en círculos, confundida por los sonidos alegres que provenían del estanque. Al final, decidió alejarse volando hacia otro lugar donde no había tanto ruido.
Las ranas celebraron su victoria nuevamente:
—Lo hicimos —gritaron todas juntas mientras salían del agua.
Esa noche, mientras las estrellas brillaban sobre ellos, las ranas cantoras aprendieron que su música tenía el poder no solo de cambiar el clima sino también de proteger su hogar y sus corazones.
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2. La Tormenta del Festival
Con la llegada del festival anual de la música en el jardín, las ranas cantoras estaban emocionadas por mostrar su talento al mundo. Melodía fue elegida como la estrella del espectáculo debido a su hermosa voz y carisma natural.
Sin embargo, mientras ensayaban para el festival, notaron que las nubes comenzaban a acumularse nuevamente en el cielo.
—No otra vez —dijo Rayo con preocupación—. No podemos permitir que una tormenta arruine nuestro festival.
Melodía miró a sus amigos y recordó cómo habían cambiado el clima anteriormente con su canto.
—Podemos hacerlo otra vez —dijo con confianza—. Si trabajamos juntos y usamos nuestra música mágica, podemos mantener alejadas las nubes oscuras.
Las ranas se prepararon para ensayar una nueva canción que no solo celebraría su amistad sino también su poder para manipular el clima. Mientras practicaban, decidieron incluir una parte especial donde cada rana podría expresar sus deseos para el festival.
El día del festival llegó y todos los habitantes del jardín estaban ansiosos por escuchar a las ranas cantoras. El escenario estaba decorado con luces brillantes y flores coloridas; sin embargo, las nubes grises seguían amenazando con arruinar la celebración.
Cuando llegó su turno de actuar, Melodía tomó una profunda respiración y miró a sus amigos:
—Recuerden lo que hemos aprendido. Nuestra música puede cambiarlo todo.
Comenzaron a cantar con alegría y determinación. La melodía resonaba en todo el jardín mientras las ranas utilizaban su magia musical para invocar luz y color incluso en medio de la oscuridad inminente.
A medida que cantaban más fuerte, las nubes comenzaron a moverse lentamente hacia los lados como si fueran empujadas por un viento invisible creado por su música mágica. Los animales del jardín se unieron al coro animado, creando un ambiente festivo lleno de energía positiva.
De repente, cuando llegaron al estribillo final de su canción, un rayo de sol atravesó las nubes grises e iluminó todo el escenario. El público estalló en aplausos mientras las ranas celebraban su éxito.