Cuentos Oscuros. Cenicienta

Parte 1

En el siglo XX, en una isla alejada de las grandes urbes, había un matrimonio de millonarios que vivía allí feliz, tuvieron una hija preciosa, a quien le pusieron de nombre Celeste, tenía la piel clara, y sus ojos verdes, su cabello era rubio, cuando cumplió 10 años su madre murió, dejando sumido en una gran pena a la niña y a su padre, un poco después su progenitor se casó de nuevo, la mujer se llamaba Ada, era muy dulce, se preocupaba de la pequeña y de su esposo.

Para cuidar a la niña el hombre contrato a una niñera, Yolanda, que tenía 4 hijas, Ada pensó que así la niña tendría compañeras de juegos, y no se sintiera tan sola, y que aprendería a compartir, y no ser egoísta, pero en vez de eso, la cuidadora le empezó a decir a Celeste que su madrastra no la quería, que si ella fuera quien estuviera en su puesto, la tendría poco menos que como una princesa.

A los 14 la niña odiaba a su madrastra, cuando ésta estuvo enferma su padre se quedó a cuidarla y solo fue Yolanda a una presentación de la escuela de Celeste, esa fue la gota que derramó el vaso para la preadolescente.

— Te dije que la Sra. Ada quiere separarte de tu padre, es una mala mujer, ojala yo pudiera casarse con él, te daría todo lo que quisieras, pero mientras este en ese matrimonio no me vera con otros ojos.

Esa noche, mientras su padre dormía cuidando a su esposa, la niña, desde la entrada a la habitación llamó la atención a la enferma, la mujer curiosa la siguió hasta la escalera.

— Quería disculparme por lo que paso hoy en la tarde, Celeste.

— No te preocupes, todo está bien, solo quería... — había ido con la intensión de concretar su plan, pero ya no quería hacerlo.

— Aprovechó de contarte que tendré que estar en cama mucho tiempo, vas a tener un hermanito, pero mi embarazo es de riesgo, deberé cuidarme mucho.

En ese momento la niña no pudo aguantar más, su furia se desató.

"Si papá casi no me pone atención por culpa de ella, ahora será como si fuera invisible para él".

Celeste junto todas sus fuerzas y empujo a su madrastra, mientras la mujer rodaba por los escalones, se escondió en su habitación, al grito llegó el padre y la niñera, que vieron a la mujer muerta al pie de la escalera.

Se investigó y se llegó a la conclusión que había sido un accidente, un año después la niñera se casó con el padre de la niña , ya que el hombre tenía un agresivo cáncer, el perder a su mujer y su hijo no nato lo destruyó, pero no quería dejar a su princesa como le decía a su hija, sola.

Apenas murió, Yolanda, empezó a dilapidar la gran fortuna de su difunto marido, y a Celeste la trataba cada vez peor, hasta la comenzó a golpear.

— Te lo mereces, tu mataste a Ada, si te denunció a la policía irás presa.

— Tú me convenciste que era la única forma que te casaras con papá, dijiste que me darías todo lo que yo quisiera si lo hacía.

— Nunca te dije que la matarás, tú lo planeaste sola, si no me haces caso en lo que digo entregaré esta grabación a la policía, incluso te pueden condenar a pena de muerte, no importa que lo hubieras hecho a los 12 años, te juzgarán como a una adulta.

Así tuvo que aguantar que la pasaran a llevar las 4 hijas de su nueva madrastra, cuando ya no pudo más lloró en el patio de la mansión pensando en suicidarse, o en escapar de ese lugar sin importarle que la denunciarán, ya nada le importaba.

En ese momento Ada, la madrastra que tiró por las escaleras, se le apareció.

— Cariño, he visto que metieron muchas cosas en tu cabeza, por eso me hiciste eso, solo un corazón puro podría matar a una de nosotras, lamentablemente para ti estas rodeada de oscuridad, te propongo que te quedes aquí, deberás soportar lo que pase como expiación por haberme matado, si lo haces y me ayudas con algo, te prometo que te ayudaré para que tengas lo que tu corazón desea.

Luego de un memento de meditar la muchacha rubia contestó segura de su respuesta.

— Acepto.

— Volveré a verte de vez en cuando, como te dije luego que pagues por tu crimen, te daré lo que tu corazón ansia, si me haces un pequeño favor.

— Gracias Ada.

Desde entonces ya no peleaba cuando alguna de sus hermanastras le quitaba algo, al final se quedó viviendo en la pieza de servicio, haciendo las labores de limpieza.

Cuando la jovencita cumplió 18, el dinero de su padre había disminuido mucho, así que la madrastra, aprovechando que iba a llegar el heredero de un millonario que tenía una casa de campo en esa isla, logró que la invitarán a la fiesta de bienvenida.

— Puedo ir también, hace mucho que no salgo y aunque le moleste soy parte de su familia.

— Si organizas todo, y te queda el tiempo para arreglarte, podrás ir.

La joven no durmió en toda la noche, buscó un vestido de fiestas de su madre, que a pesar del tiempo se viera a la moda, apenas amaneció empezaron a pedirle cosas, hizo todo rápido y bien. Mientras terminaba un encargo, sus hermanastras y su madrastra se arreglaron temprano y cuando se iban, Celeste ni siquiera había podido prepararse.

— Usted dijo que iría con ustedes si tenía todo listo, todavía es temprano, puedo cambiarme en 10 minutos.

— Dije que si estabas listas cuando nos fuéramos, y no lo estas. Nos vemos a la noche.

— ¿Y si las alcanzó más tarde?

— Jamás dejaré que te unan con nosotras, eres una miserable sirvienta, te quedas aquí, si te veo allí entregaré la información que tengo a la policía — la amenazó como siempre.



#1243 en Terror

En el texto hay: fantasmas, muertes, mutilaciones

Editado: 26.07.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.