Cuentos Oscuros. La Bella y la Bestia

Parte 5

— Dime sus nombres — ordenó el hombre a su esposa.

— No los sé.

— ¿Cómo eran?

— Tampoco lo sé, no los vi

— ¿Te hicieron un bebé y no sabes cómo son?

— Estoy diciendo la verdad.

— Eres una mentirosa. Te gusta engañar a los demás — siempre la culpó que le había sido infiel, y en castigo Dios hizo que su segundo hijo fuera una bestia.

Nadie más que su familia sabía del niño, ya que a la partera le habían dicho que había muerto, y cuando había visitas le ordenaban mantenerse escondido. Por eso ahora estaba asustado, en el cuarto trasero, viendo todo desde una rendija.

— Debería matarte por haberme sido infiel, pero no deberé ensuciarme las manos, veo que Dios ya te castigo por tu pecado, niños vengan conmigo — tomó a cinco pequeños, tres varones y dos damas, gemelas de tres años.

— ¿Y mamá? — se atrevió a preguntar el mayor de todos, temeroso.

— Se quedará, sus amantes la mantendrán.

— Noooo... Llévate también a... — empezó a suplicar la mujer moribunda. 

— Ya no me falta ninguno, tengo a todos mis hijos — se llevó también los animales, durante un rato la mujer gritó pidiendo piedad para los niños que quedaron, hasta que entendió que nadie volvería.

— Cariño, ven — llamó al pequeño.

— Mamá ¿Por qué nos dejaron solos?

— A papá no le gustó que tuviera a tu hermanita.

— Ella es un angelito... en cambio yo soy un animal...

— Eso es mentira, él nunca te quiso, es como los del pueblo, no ve más allá de las apariencias. Son malvados, tu padre quería matarte cuando naciste — lo miró tiernamente — lo lamento, pero pronto te quedaras solo — la madre tenía los ojos febriles, tristes, estaba tan deshidratada que ya no lloraba.

— ¿Tú también me dejarás mamá? ¿Dónde irás?

— Al cielo, pronto moriré, quiero pedirte un gran favor, sé un hombrecito, como siempre lo haz sido, lucha por vivir — vio a la bebé, estaba muy débil por todos esos días sin haber mamado, porque ya ni leche tenía  cuando muramos, por favor, entiérrame con tu hermanita.

— No morirán, yo las cuidaré.

En ese momento la bebé dejo de moverse.

— Hermanita, hermanita — gritó angustiado el niño.

— Pobre, irá al purgatorio por la eternidad, no pude bautizarla, ni eso me permitieron esos desalmados. Promete que nos enterrarás juntas y pondrás una cruz para nosotras.

— Te lo prometo mamá — la mirada del pequeño se volvió dura, algo en él cambio.

— Gracias mi niño, quisiera quedarme por ti, pero sé que sabrás como sobrevivir, hace lo que tengas que hacer, pero vive, ojalá ellos te hubieran dejado algo de comida... no tuvieron piedad contigo, no la tengas con ellos — la mujer dio su último respiro y quedó quieta mirando al infinito.

El pequeño estuvo al lado de los cadáveres toda la noche, al otro día algunos lobos trataron de entrar, el niño de seis años trancó la puerta, apenas pudo salió a hacer una tumba, puso a su mamá y la recién nacida en su pecho, las tapó con tierra y luego puso muchas piedras pesadas para que los predadores no las comieran, y una cruz.

Tuvo suerte, pudo cazar un par de animales, cuando era mucha carne la que quedaba, empezó a aullar para llamar la atención de los lobos, con el tiempo la manada lo aceptó. Al siguiente invierno las cosas se pusieron más complicadas, así que el pequeño iba a las granjas, robada vegetales y gallinas, si alguien lo descubría lo degollaba, con el tiempo se extendió la noticia que una bestia atacaba los lugares para comer, por eso empezaron a dejarle comida.

— Yo lo hice venganza... ellos matar mamá, hermana, dejarme mí para morir... ahora sé que matar no sé debe hacer... yo ir al infierno... está bien, me lo merezco... no te odio... nunca poder... te amo.

Con esa declaración cayó con los últimos estertores de la muerte, botando sangre por la boca.

Toda la noche Marie sacó a los animales y los lanzó por un acantilado, luego hizo una fosa muy grande. Apenas termino puso dentro el cadáver de quien se enamoró de ella, luego tomó el mismo preparado que le dio a la bestia, entró en el hoyo y se acostó al lado del muerto.

— No creía poder vengarme de ti, ya que no tenía ni la fuerza ni el apoyo necesario. Pero me encontraste y al traerme aquí y enamorarte de mí vi la oportunidad de hacerte pagar por todas las vidas que tomaste, te enseñe a ser un humano, cuando entendiste tu pecado tome tu vida, así vengue a mi familia, como juré — cuando sintió los primeros efectos del veneno lo abrazó — te mentí en todo... menos en una cosa... te amo... y sin ti a mi lado prefiero morir — vomitó sangre — nos encontraremos en el infierno, amor mío.

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En el presente.

El sacerdote y los que buscaban a la bestia que mató al Conde encontraron una tumba atrás de  una cabaña en lo profundo del bosque, al cavar descubrieron el cadáver momificado de una mujer y un bebé, el Padre las santiguó, sus ojos estaban llorosos.

— Mamá ¿Por qué?

Nadie entendió lo que dijo, todos creyeron que era una oración la que rezó en voz baja.

El hombre de Dios recordó su lucha luego que se lo llevaron de allí, era un niño de 7 años, trato varias veces de volver donde su madre y sus hermanos, pero su padre lo apaleaba cuando lo descubría, al final dejo de ir, pensaba que ya no había nada que hacer, 5 años después de que abandonaron a su madre, salió en la noche al sentir un ruido en el granero de su nuevo hogar, vio a un ser bípedo que había matado a su padre, el asesino tenía un cuchillo que el joven recordaba perfectamente.



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En el texto hay: misterio, muerte, hombrelobo

Editado: 25.09.2020

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