Hay algo mal...

Se lava las manos, se arregla el peinado, se sacude el traje, pero hay algo mal...
Quizás sea la luz, nunca le han favorecido los colores cálidos, sí, eso debe ser.
Se lava las manos, se arregla el peinado, se sacude el traje, pero hay algo mal...
Quizás es esa baldosa de la esquina izquierda, cerca del piso de su baño, lleva chueca ya más de un mes, pero no la ha querido arreglar.
Se lava las manos, se arregla el peinado, se sacude el traje, pero hay algo mal...
Los zapatos, por supuesto, tienen una pequeña mancha blanca, cada uno en un diferente lugar.
Se lava las manos, se arregla el peinado, se sacude el traje, pero hay algo mal...
Quedan menos de cinco minutos antes de la hora de salida predispuesta, no se puede atrasar, si lo hace perderá más de lo que nunca ha podido ganar, pero arriesgarse a salir con algún problema en su presentación parece ser un escenario incluso peor.
La ampolleta del baño también es errática, pues ha quedado mal conectada, cada tanto se prende y cada tanto se apaga, puede que haya sido durante la pelea que se rompió... ahora no hace más que molestarlo y recordarle su falta de tiempo.
Se lava las manos, se arregla el peinado, se sacude el traje, pero hay algo... ¡Eso ha de ser! ¡la sangre! Ha dejado un rastro de huellas y él ni se había dado cuenta, que bueno que lo descubrió, ahora sí, podrá salir tranquilo.