En un Burdel a las afueras de Narita-shi (chiba) se encontraba una bella mujer, tan bella que podía encandilar a cualquier hombre con solo mirarlo, no obstante; nadie conseguía satisfacerla, na-di-e-, pasaban los años y aunque ella ejerciera su profesión; no había "hombre en la tierra" que lograra hacerla sentirse especial, una buena noche con más frío que hielo; un viajero acabó pasando por el burdel, la mujer quedó prendada del joven. Su aspecto caucásico y de pelo rubio, ojos claros como el mar y piel blanca ventisca hicieron de su corazón quebrarse de amor, por otra parte, el aspecto joven del caucásico le hacía esconder sus años. iba de camino a una posada cuando la mujer lo detuvo, trató de charlar con él; y a pesar de que él podía no entender su idioma pues; el pertenecia a Europa y ella a Japón. Las palabras de lamujer fueron claras como el viento. ___¡Hazme sentir! el hombre entumecido y confundido no supo que decir. Ella le besó,él; la apartó con beemencia, pero ella no se alejó de le ni por un segundo. Al final no se supo como pero el caucásico joven acabó comprando a la mujer. Más tarde, allí en el bosque de Funabashi-shi, (船橋市) le habló de su livertad, le dijo que ella era libre. ___あなたは自由だ (You are Free) Pero ella no cedió, a sus 28-29 años de edad por pimera vez ella; se sentía esclava, esclava de un amor que por momentos parecía no ser correspondido. Los ojos del joven tan claros como el agua y tan azules como el cielo hiceron temblar a la mujer, sus labios sinceros denotaban amor, pero ella no quería otra cosa que estar con el por el resto de su vida, por lo que no le importaba si tenía que vivir en Europa. con el paso de un vendabal y una noche que empezaba a delcararse lluviosa se hospedaron en una posada, la posada 'Hiroshi'. Allí ella intentó probar su amor siendo esta más mayor que él. Al principio él renegó pero; al final el acabó por aceptarlo, así pues; acabaron consumando su amor entre la pequeña ventana de cristal que con el frío y la lluvia se humedecía. Poco después se casaron y se fueron a Europa, nunca se supo donde; y solo el tiempo los volvió a juntar de nuevo en Japón con una hija a la que llamarían con el mismo nombre de la madre: Risa.