Cuerpo, corazón y mente, al mismo tiempo escritos

Héroe Anónimo

Nunca quise ser el que destacaba, la razón de mis acciones se encuentra muy alejada, de lo que muchos llamarían exagerada, pero prefiero hacer mucho de poco, que nunca hacer nada.

Un ex militar ante ustedes se presenta, eso es algo a tomar en cuenta, a mis sesenta años he recorrido más que cualquiera, pese a que ya no me sirven las piernas.

Ayudar al prójimo es algo que siempre he valorado, "no te sigues a problemas ajenos" es lo que mi padre me ha enseñado.

Aprendí como soldado a sobrevivir en la adversidad, habilidades que he ganado fortaleciendo otras por igual, capitán de mi escuadrón a una edad temprana, pero encontré un nuevo camino una día por la mañana.

Faltaban alimentos fue en un tiempo de escasez, las personas morían de hambre el gobierno no sabía qué hacer, a nosotros nos dieron comida y fue con la excusa de, "son tiempos duros el ejército se debe de fortalecer".

Yo me hallaba patrullando como ya era costumbre, pasé por los almacenes ahí siempre algo se descubre, quejidos de dolor fue lo primero que escuché, y me acerqué corriendo de polvo levantando una nube.

Había un niño en el suelo llorando y con moretones, dos soldados lo patean sin preocuparse de causar lesiones, yo intervine frenando a esos dos encarando sus agresiones, "¡Somos valientes soldados, no estúpidos matones!"

No dijeron nada, mi rango era mayor al suyo, pero aun así sonrieron "Hablen, los escucho", dijeron que un superior les ordenó castigar al niño, que había robado comida y que ya era repetitivo.

Pregunté por la orden y entonces lo pude ver, se apareció el coronel junto con todo su poder, "Ese niño nos ha robado necesita un escarmiento, pero si te preocupa su vida supongo le diré"lo siento'".

"¡Nosotros no hacemos esto, debemos cuidar a la gente!", "Un aficionado como tú nunca podrá entenderme, este niño es un ladrón necesita que se lo enseñen, pero si gustas puedas tomar su castigo y eso será suficiente"

Acepté con gusto y ese par me golpearon, el coronel sonreía era un hombre despiadado, cuando el castigo acabó aun no me sentía derrotado, pese a todos los golpes el suelo nunca había tocado.

Esos tres se fueron riéndose a carcajadas, sabía que soportar y callar era la única opción aceptada, caminé hacia el pequeño que aterrado ya estaba, y fue entonces cuando la verdad me fue revelada.

Él entró a escondidas en busca de alimentos, se sintió culpable al ver que su mamá no estaba comiendo, todo con la intención de que pueda alimentarse él, no le importaba tener que pasar por hambre.

Un día de la nada su madre se desmayó, por trabajo excesivo y hambre finalmente colapsó, no hubo médicos que pudieran ayudar a su mamá, pero él sabía la solución se tenía que alimentar.

Le rogó a sus vecinos que al menos un pan le regalaran, pero todos se negaron la hambruna a todos golpeaba, cerca de su pueblo había una base militar, y aunque le costara la vida quería a su madre salvar.

La primera vez fue exitosa, la pudo ayudar, aunque sean solo pequeñas cosas, a ella la pudo salvar, siguió robando comida, para a su madre alimentar, hasta que llegó el día en que lo lograron atrapar.

Intentó explicarles que por favor lo dejaran, que si no llevaba comida su madre peligraba, a esos tipos eso poco les importaba, y descargaron su frustración con quien les suplicaba.

El coronel ha visto esto pero no los paró, en cambio al ver al niño él solo se rió, se acercó para humillarlo y sobre él orinó, lo que explicaba porqué el niño tenía ese fétido olor.

La frustración me golpeaba, yo no pude hacer nada, no pude frenar a mi superior y menos a mis camaradas, la cabeza me dolía, el malestar no paraba, pero aún había que yo no intentaba.

Tomé una mochila, medicina y alimentos, y se las di al niño antes de darle palabras de aliento, "Huye de aquí y no vuelvas, y sobre lo demás lo siento, pero debes salvar a mamá, eso haría un niño con intelecto."

El niño regresó por donde había entrado, le rogué a los cielos "Por favor, ayúdalo" sin reparos, me decidí a regresar a mi puesto, fingir que nada pasó, mientras que contramedidas en mi mente maquino.

El tiempo había pasado, diez años tal vez, llamaron a todos los soldados que se encontraban de pié, hubo un incidente, nos informó el coronel, un ataque terrorista que nadie pudo prever.

Nos pusieron en filas, tomamos todos un arma, pese a todo el caos se mantenía la calma, fue extraño teniendo en cuenta la situación que se presentaba, y fue ahí cuando el enemigo mostraría sus garras.

Un grupo de soldados ahí el fuego abrió, pero no al enemigo sino algo peor, sus pobres compañeros murieron sin compasión, "¡Soldados atentos se presentó un traidor!"

Los disparos llovieron cayendo desde ambos lados, todo mi pelotón se ha dividido en dos bandos, entonces a lo lejos vi esos dos soldados, los mismos que en el pasado al niño habían masacrado.

"Así que eran traidores, ellos eran terroristas", la verdad me golpeó pero no cambió mi punto de vista, maté a esos dos dejándolos en la pista, "genial, dos escorias menos en la lista".

Hubo bajas en ambos lados, pero ahí no acabó, desde la lejanía un auto se acercó, había hombres armados, y entonces se reveló, el enemigo si venía esto fue una distracción.



#6709 en Otros
#2026 en Relatos cortos
#516 en No ficción

En el texto hay: relatos cortos, rimas, drama accion y amor

Editado: 20.12.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.