Hola viejo, ¿será que me estás escuchando? Quizás no, quizás yo sólo estoy hablando. Me acuerdo de aquellos días en que llegabas gritando, pero no por odio, solo para anunciar que estabas entrando.
No había dinero pero teníamos una vida de lujos… la codicia, la envidia, las adicciones, al final ninguna te sedujo.
Un obrero más en una construcción después de todo el dinero en casa era un apuro, pero tener la convicción de levantarte a trabajar temprano cada mañana fue lo que mantuvo tu corazón tan puro.
Te ofrecieron algo más fácil, robar, dijeron que era dinero seguro, pero tú no aceptaste y ocupaste, trabajar, porque eso sí traía un futuro.
Te llamaron aburrido por no irte a emborrachar con tu sueldo en un derroche más que absurdo, pero tú no escuchaste y al regresar de trabajar nos abrazaste a todos haciéndonos sentir seguros.
"Es un pobretón tu papá" me dijeron en la escuela y me dio vergüenza, seguro. Pero me alegré al ver que al menos el mío no era un mujeriego, vividor, abusivo e inmaduro.
Nuestro hogar era pequeño, los cuatro durmiendo en la misma habitación, eso era algo de todos los días; yo en el centro abrazando a mi hermano pequeño y ustedes a nosotros, cálidas y bellas noches tranquilas.
Mi madre era ama de casa, no es una labor sencilla, pero tú mejor que nadie sabía que por la debilidad de su cuerpo no podía estar demasiado lejos de una silla.
Ahora entiendo que sacrificaron sus relaciones maritales por nosotros, por temor a que alguno de nosotros los vería, pero también entiendo ahora, lo que significaba "hijos, vayan a jugar al parque, su mamá y yo queremos acomodar mesas y sillas".
Gracias a ustedes nos hicimos hombres de bien, perfectamente formados, educados y amados también. Pero llegados a esto me faltó por agradecer, las noches que no durmieron… para que nosotros sí lo podamos hacer.
Pese a su debilidad mi madre nos vio crecer, fue felíz con nuestros logros y nos adoraba de la cabeza hasta los pies; fue feliz hasta el día en que la vimos fallecer, no sin antes decirle "Mejor mamá no pudimos tener".
Y así al final solos nos quedamos los tres, pero como mamá hubiera querido no nos dejamos vencer, nos levantamos y luchamos, caímos y volvimos a caer, pero sin importar lo grueso del muro, TÚ siempre lo supiste romper.
Hoy en día tengo familia, una carrera, y personas a las que quiero proteger, es más, mi hermanito tiene todo eso también.
Desde el día en que te fuiste para nunca más volver, nosotros continuamos fuertes e invencibles, como siempre nos soñaste ver, y ahora que estás en el cielo, junto a mi mamá debo suponer, quiero que nos sigan mirando, porque padres como ustedes trataremos de ser.
Me duele que no estés presente, nunca me ha dejado de doler, pero aún estando muerto quiero que pienses, que tus enseñanzas dieron frutos y yo las guardaré muy bien.
Te amamos papá, y a mamá también, y hoy en tu día te juramos, que al igual que a nosotros, tus nietos serán personas de bien.
Porque mí padre solo hay uno, y solo uno va a haber, porque aunque solo padre nuestro fuiste, para mi de todo el mundo, el mejor siempre vas a ser.
Con amor: H