Creyeron que me había rendido pero no…
Perdieron la fe en mí desde el comienzo…
Todos dijeron "Solo ríndete", "Déjalo", "El sueño no existe", "Abandona", aquella vez que mi rodilla el suelo tocó…
Ahora les da miedo voltearme a ver, sabiendo que soy diferente a el que se fue, el niño que tanto lloraba, se lamentaba, renegaba, y se fastidiaba finalmente ha logrado trascender su ser.
Yo…
Estoy…
Aquí…
¡Soy aquel niño que alguna vez pateaste, renegando de que no tenía talento al ponerme los guantes, solo un saco de boxeo que al final abandonaste!, ¿crees que era difícil ser tu hijo…? ¡¡Es más difícil tenerte de padre!!
El resto de niños puede jugar, ¿por qué yo no? No entiendo, ¿qué significa "ser el hijo de un campeón"?
Mis amigos reciben balones, autos y dinero al por montón…, ¡¡¿A quién se le ocurrió darme en mi cumpleaños un maldito golpe de cinturón?!!
¿Que es por disciplina? ¿Que lo tengo que aguantar? ¿Que esto me hará más fuerte? ¿Que esto me preparará? Todo eso era mentira, yo siempre supe la verdad… ¡¡Maldito viejo de mierd*, solo te quieres desquitar!!
Me apaleas para cada mañana no sentirte culpable, no eres capaz de aceptar el daño que tú mismo causaste, mi madre te abandonó por ser mal hombre y mal padre, ya no aguantaba tus abusos, ofensas y mal carácter.
Eso te dolió en el alma, eso lo sé muy bien, ¿pero qué parte de tu dolor me involucra a mi también?
Pensé que serías mi salvador ahora que mamá se fue, pero mi verdugo acabaste por ser.
Tuviste tu tiempo de gloria allá en tu juventud, un campeón del boxeo que seguía el deporte con rectitud, mi madre amó tu tenacidad que fue tu principal virtud, pero al envejecer te obsesionaste en que "este ya no eras tú".
La fama no es eterna, nada dura para siempre, ¿porqué nunca fuiste capaz de aceptarlo e ir al frente? Recuperar la tenacidad que una vez te hizo el más fuerte, y quizás, con un poco de esfuerzo mantenerte.
No fuiste capaz de aceptarlo tu egoísmo te cegó, te dije que al igual que mamá siempre soñé con ser pintor, pero una idea retorcida en tu mente se formó, "Tú cumplirás mi sueño por mí, es tu trabajo convertirte en el nuevo campeón".
Ya perdí la cuenta de los litros de sangre que he derramado, los huesos que me he quebrado, los cumpleaños que has olvidado, y todo por tu maldito "entrenamiento rutinario".
¿Qué niño de diez años debe de hacer cien flexiones, o ser amenazado con no comer? Te reporté a la policía la vez que me escapé por la noche, pero solo soltaste un "billete" y se acabaron los reproches.
"Maldito mocoso, creo que no has aprendido bien… tal vez deba castigarte más duro esta vez, tranquilo no tengas miedo solo por un momento te va a doler, para mañana habrás logrado comprender".
Esa noche el viejo me dio una golpiza, no hubo persona que a mi rescate asista, solo quiero morir, desaparecer de esta vida, quiero ser un niño normal al que aman y cuidan…
…
Los años han pasado, el abuso continuó, perdí mi brazo derecho a causa de una lesión, pero ahora es diferente ese niño ya creció, y esta noche tomará una decisión.
Tú llegaste como siempre pateando la puerta, yo te esperé sentado a un lado de nuestra huerta, solo admirando el paisaje, no esperaba que lo entiendas, maldito viejo mi venganza en este momento es que empieza.
Pese a la falta de un brazo, yo con dieciocho tú con cuarenta, no le di tiempo al retraso por si alguna vez despierta, la voluntad de huir, de alcanzar aquella puerta, para nunca volver a aquí, y conseguir mi vida perfecta.
Recuerdo cuando te vi, otra vez intentaste golpearme, pero yo lo esquive solo para devolver el ataque, el asombro te ganó y lanzando otro contraataque, fue que cayendo al suelo acabé dejándote en jaque.
"Has criado a un monstruo con todo tu odio y rencor, todo habría sido diferente si me hubieras dado tu amor, entiende de una vez no seguiré tu legado de boxeador, al igual que mamá voy a convertirme en pintor."
Con esas palabras esa casa abandoné, cogí una maleta y salí corriendo con mis propios pies, no sabía a dónde iba, porque estaba corriendo esta vez, solo sabía que nunca iba a volver.
…
El tiempo avanzó y comencé pintando en las calles, gané algo de dinero logrando que la gente mi arte admirase, no era lo que imaginaba pero al menos era feliz, aquí no había golpes, insultos, y el día ya no lo veía gris.
Después de varios meses un hombre apareció, bastante excéntrico era el sujeto pero me felicitó, el vio mi potencial y me propuso entrar en acción, "¿Qué te parece tener tu propia exposición?"
Era el dueño de una galería de arte, ¿el cielo me estaba sonriendo, al triunfo este era mi pasaje? Acepté con gusto sin saber lo que vendría adelante, un futuro incierto para cualquier apasionado al arte.
Críticos llegaron para admirar mis obras, solo buenos comentarios, las malas críticas nunca perdonan, no hay arte que le guste a todos, esa es la verdad que siempre se asoma, pero no me rendiré trataré de llegar a más personas.