Un salto ligero, directo al vacío, un paso certero, un paso sencillo, así es como se baila, en este mundo, en este terreno, sin ser divertido.
Un ser divertido, alguien arrogante, de frente y constante, carente de sentido, es como se juega, con estas reglas, de aquellos que el juego han decidido.
Doble sentido, doble moral, arma de doble filo, que apunta hacia el norte, en donde respira, en donde razona, en donde se siente que tu mente se rompe.
Un niño lo entiende, el adulto comprende, el anciano se mueve, aunque no sabe a dónde, mientras que aquellos que lo rodean sólo pueden ver lo que simplemente no se esconde.
Tú lees un libro, alguien lo escribe, otro lo publica, otro pone su nombre, ciclo infinito, que no marca un hito, que no deja huella, tampoco se esconde.
Trucos mentales, que usan tu mente, abusan de tu suerte, y transforman tu nombre, son los mismos que nunca dudarán en dejarte a tu suerte cuando el tablero se rompe.
Puede ser corto, también confuso, algo repetitivo, y carente de orden, pero logré que te quedes hasta el final, y con eso ya estoy conforme.