Rimar por amor

Solo hace falta un segundo para cambiar una vida, solo un segundo que nada te resta ni te quita, solo un segundo en que nada te impida lograr alcanzar la acción dirigida.

Si te tomas un momento para pensar, podrás ver todo lo que te pierdes por mirar hacia abajo, aquella posición en la que siempre miras el celular, será lo que te impide observar todos los atajos.

No hace falta ser un santo para hacer el bien, ni un villano para hacerte daño, basta con hacer las cosas de la forma en la que crees, y si no pudiste hoy, siempre habrá otro año.

El rimar no es algo nuevo, algunos viven de esto, aunque ya se hizo palpable la diferencia de hacerlo cuando se recibe un sueldo.

No digo que sea malo, tampoco puedo decir que sea algo bueno, pero aquí les pregunto, ¿hace falta ser grosero y vulgar solo para engrandecer tu ego?

A mi no me parece, así no es como lo veo, a mi hijo le encanta verme rapear mientras halago a su madre, adoro a mi familia y amigos, tal y como deseo.

El rimar es como un deporte, puedes hacerlo solo o acompañado, pero sin importar el modo siempre hallarás la forma de tener a tus seres amados al lado.

Lo que digo puede sonar vacío, o ser la gran verdad para otros, aun así, no busco ser un guía, vidente, o tramposo religioso.

Solo vine para dar mi opinión, así de simple, así de sencillo, sin prestar atención a todos esos ignorantes que te dicen que los estupefacientes son “divertidos”.

Portar un arma no te vuelve superior, tampoco maltratar a la mujer que va contigo, si lo que buscas es una forma de sentirte mejor, prueba decirle que la amas, es un consejo de tu amigo.