Savannah
— ¿Estas bien? —le pregunto a mi asistente que parece a punto de colapsar. Está caminando de un lado a otro. Obviamente, con su ropa toda desorganizada y su escritorio todo desordenado.
Si no fuera porque sé que está pasando por un mal momento lo regañaría por tener tanto desorden en su oficina
El me mira como si no me esperara, vamos ¿Qué horas son? me asombro al ver que es muy temprano, no acostumbro el llegar temprano a la empresa, pero hoy no es cualquier día. Sé que algo no anda bien cuando veo sus manos y la alerta me hace retroceder.
Sus venos están hinchadas ¿molesto o estresado?
No puedo evitar retroceder, el miedo me embarga y decido mantener a una distancia prudente.
Sé que, si él o cualquier hombre quisiera perder el control seguridad lo notaria, no es que crea que él es un hombre conflictivo, pero vamos soy preventiva.
—Oh lo lamento jefa. No es nada importante —Sé que miente por su tembladera en sus manos.
—Creí que era tu amiga —Digo más molesta de lo que realmente quiero decir.
La baja el rostro abatido, sé que está teniendo una gran batalla mental por decirme que está sucediendo, pero espero por su bien que me cuente la verdad.
—Lo lamento. Sé que eres mi amiga, pero esto es algo demasiado vergonzoso—Admite mientras su rostro se coloca totalmente rojo.
No puedo evitar sonreír por que se mira demasiado lindo e infantil en esa posición tan vulnerable.
Nicolás Ambrosetti es un hombre rehabilitado de las drogas, estuvo en prisión y tiene un pasado turbulento. La mayoría de los empleados lo evita por ello, sé que tuvo que mudarse de ciudad por lo mismo y actualmente está haciendo su práctica profesional aquí. Al principio me dejé llevar por los rumores, pero a medida que lo fui conociendo supe que él quería comenzar de cero y le di la oportunidad. No soy quien para juzgar a nadie.
Honestamente, mi fe en los hombres es escaza, pero no por haber coincidido con un mal hombre voy a pensar que todos son así. Sé que él ha pagado muy caro por sus pecados cometidos y está tratando de mejorar su vida.
Me siento mientras le señalo que también se siente. Sé que esto es algo peligroso pero mi deber como jefa es certificar que mis empleados están bien y tratar de ayudarlos por si sus problemas lo sobrepasan.
Sé que debe ser algo demasiado fuerte, porque el suele controlar sus sentimientos y tengo la certeza de que él es un buen hombre. Quiero ayudarlo en todo lo que pueda, no sé si pueda ayudarlo de la manera correcta, Pero intentarlo es un paso ¿no?
—Cuéntame que sucede ¿me dirás? —Sé que varios accionistas, clientes y trabajadores lo han insultado; en más de una ocasión he tenido que intervenir. A veces las personas suelen ser demasiado crueles, insensibles e insensatas. Muchos han dado su brazo a torcer y han dejado de ofenderlo.
He dejado más que claro que aquel que se meta con el no podrá volver a ingresar a este edificio, no permitiré que en mi empresa a nadie se le denigre y mucho menos soy indulgente ante el dolor ajeno.
Respira hondo y se recuesta en su silla. Ignoro el corazón latiéndome como un loco. Apenas reprimo antes de poder calmarme. Estar cerca de un hombre no me sienta nada bien
— ¿Que sucede? —Vuelvo a preguntar tratando de sonar calmada
—Mis padres quieren verme. Medio susurra y sé que está a punto de quebrarse.
¿Qué hay de malo? es solo ir y ya ¿no?
Si claro, se te olvida lo que hizo en su pueblo natal y que todos lo consideran una peste. —Me recuerda mi conciencia
— ¿Iras? —Pregunte sonriendo tratando de darle tranquilidad —Sé que debes extrañarlos un montón
Nicolás es un hombre guapo, tatuado y su cuerpo bien cuidado; aunque su personalidad es de alguien todo lo contrario. Es un hombre asombrosamente misterioso, silencioso y aunque es perfeccionista como profesional. En el ámbito personal no se muchas cosas sobre él.
Sé que lo hace por prevención, pero a veces me pregunto si el realmente era culpable para ir a cárcel o el pago por algo que no debía
—No lo entiendes—Dice mirando hacia abajo, se frota las manos ¿ansiedad? —Yo le dije a mis padres que había rehecho mi vida totalmente
¿Rehecho mi vida totalmente? que significa exactamente eso, por lo cual decido seguir indagando y encontrar las respuestas.
—no entiendo
—Solo lo dije para que mama dejara de preocuparse, le conté que tenía a alguien especial que me aceptaba con todo y mi pasado... pero una cosa llevo a otra y no sé cómo me comprometí de ir esta navidad a casa
—Haber podrías ir más despacio ¿vale? —Digo tratando de entender el hilo de su relato —Le dijiste a tus padres que tenías novia ¿es verdad? —Pregunto a lo que él niega rápidamente y yo suspiro pesadamente —Y si le encimamos a ello el hecho de que te comprometiste al llevarla a conocer a tus padres ¿ah?
¿Por qué miente? digo él es un hombre guapo, sensato y muy sabio ¿por qué usaría las mentiras en sus padres? El con su físico podría conquistar a cualquier mujer por los debería estar algo más relajado esto no es el fin del mundo y tiene solución ¿no?
— ¿por qué mentiste? no debes hacerle esos a tus padres. Ellos solo quieren tu bienestar —No debería seguir preguntando ni seguir con esta conversación, pero mi parte sensible dice que me debo quedar y mirar la manera en que pueda ayudarlo.
Él se encoge de hombros y le doy una mirada de pocos amigos. En que líos te has metido querido amigo, sé que él sabe lo terca que soy y hasta no encontrarle una solución no dejare simplemente el tema
El niega la cabeza rápidamente
—Mi madre no deja de llorar cada vez que llama, ella quiere que tenga una familia y que deje de negarme al hecho de ser feliz —Dice mientras alza la mirada
Hay tanto vulnerabilidad en esa mirada que me hace encogerme ¿qué tanto de tu pasado es real? me pregunto mientras me pierno en su mirada almendrada
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Editado: 22.12.2021