cuidado con el demonio

cuidado con el demonio

CUIDADO CON EL DEMONIO

 

 

 

 

Aquellos vientos pasaban como un susurro entre los árboles, al tanto que los cascos de los caballos se hundían en los charcos del camino abierto a tajos en mitad del bosque.

El claro dejaba ver a lo lejos una comarca donde el piquete de soldados se detuvo.

- Marchemos hacia esa casa y esperemos a que amanezca.

Ordeno el sargento al momento que se secaba la frente (…) Eran las primeras horas de la madrugada, entre sofocos inexplicables de los días de Mayo.

-… Parece que aquí no viviera nadie.

Articulo el cabo luego que se asomara por la ventana << allí nacía la oscuridad, sentíase esa intimidad del murciélago, la vegetación hizo hongos por toda aquella casa entre bejucos trenzados como asombrosos cabellos que caen, continua el asco allá y acá, y aquel no se qué que produce el vacío infinito, se mueve la oscuridad y da paso a la tiniebla, entonces se presenta el abismo y da miedo >> al momento que uno de los soldados, se acercaba apresurando el paso desde otro extremo de la casa.

-¡¡¡ Vi algo salir volando por una de las ventanas de atrás!!! .

Así que la tropa decidió entrar y revisar todos los rincones; en la cocina el sargento encontró una tasa de café caliente sobre la mesa, acto seguido un grito prohibió formar un primer análisis.

- Mi sargento, hay un hombre muerto en una de las habitaciones,

Las conjeturas comenzaron a fluir.

- El soldado que lo encontró dice que aun estaba vivo, apenas pudo pronunciar “cuidado

con el demonio”.

- Basta cabo.

Le interrumpió el sargento a la vez que llamo a gritos al soldado que vio salir volando algo de la parte trasera de la casa.

- ¿Que fue exactamente lo que vio soldado?

- Mi… Sargento vi a un hombre que salto por la ventana.

- Eso no fue lo que dijiste. ¿Que fue realmente lo que viste?

A lo que le respondió, luego de reorganizar sus mas vagos análisis.

- Vi un hombre saltar de lo alto de la ventana, pero no lo vi caer, como si fuera…

Y apenas en susurros pronuncio.

- volando a lo oscuro entre los árboles.

Absortó en la contemplación de lo que arrojaba su retentiva, nadie sabia lo que en aquel momento paso a formarse en la mente del soldado, la retrospectiva de un acontecimiento que no podía ser cierto, las características mas distintivas de lo que pudo ver mientras la madrugada hacia gala.

 

 

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- ¿Como dijo soldado? ¿Que fue un hombre lo que vio volando? Déjese de apendejadas y dígame que fue lo que vio allá atrás.

- Toda la tropa esta casada mi sargento.

Contesto el cabo y prosiguió.

- Tenemos todo un día y una noche cabalgando, están vencidos por el sueño… ni el mismo

sabe que fue lo que vio ¿porqué no descansamos un poco y luego seguimos el camino? El

Coronel Landaeta nos espera.

El cabo aun no terminaba con la sugerencia, cuando el sargento comenzó a impartir instrucciones.

- Hubo un asesinato en este lugar y el criminal huyo por la parte trasera de la casa…

Usted se quedara aquí con un soldado y yo iré con los otros dos por el camino atrás, trataremos de encontrar a ese hombre que salio por la ventana.

El decidido sargento y dos soldados más se enrumbaron por un camino que los llevaría pronto a la orilla de un río, mientras el cabo y el soldado que aun no abandonaba el pasmo de ver a un hombre saltar por los aires como si fuera un ave, permanecían en la vieja casa.

De pronto una carcajada lúgubre y paralizante los envolvió a ambos en mitad de aquella sala.

- ¡Cabo! ¿Que vaina es esa?

Caminaron hacia la puerta para salir del lugar, cuando un fuerte golpe abrió la puerta del corredor y un hombre de apariencia monstruosa se paro ante ellos; ambos se paralizaron de asombro, el joven soldado, apenas vio el filo del hacha, cerro los ojos, acto seguido, la sangre del cabo le salpico el rostro.

Al momento en la rivera, mas allá de la empalizada, una bocanada de vientos fríos sacudió los árboles rompiendo aquella calma viciada y corrompida, mientras las inquietantes miradas del sargento no conseguían nada entre el camino y la orilla del riachuelo, <<lo seguía la nada que produce enigmáticas multitudes de voces que no existen, da la sensación de acoso, más no están allí, pero se siente que se mueven, están en los árboles y observan, desde todas partes(…) Es el aturdimiento >> entre tanto las bestias comenzaron a inquietarse y otra vez la lóbrega carcajada hizo eco en la espesura. Sucediendo en consecuencia los caballos se agitaron inquietos, tanto que uno de los jinetes se desplomo sobre las rocas de donde no volvió a levantarse, cuando el sargento pudo ver entre el claro del bosque, media docena de hombres se aproximaban a ellos y volvió sobre su marcha dando una orden de retirada a su otro soldado, cruzaron por el camino entre lo oscuro hasta llegar nuevamente a la casa, de un salto paso sobre los tres escalones de la entrada para conseguirse con la postura mas aberrante que jamás imagino(…) El cabo yacía decapitado en mitad de la sala mientras el soldado colgaba de un gancho al techo, lo mas aterrador fue el silencio sepulcral, trastabillo pasos y se fue de espaldas al suelo, miro el rostro pálido del soldado parado tras de si, al momento que se manifestó un agudo y filoso alarido que dejo de ser ante la detonación del arma del soldado entre sus sienes, al voltear la mirada al fondo del pasillo pudo vislumbrar la presencia de un espectro que asusto al soldado y lo empujo al suicidio tras el primer frenesí , mas no encontró mejor suerte y el sargento pronto sintió el frío que anuncia la muerte entrarle por los talones.




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