Cuisinett

Capitulo Nro. 1. La suerte de mi lado.

Aquí me encuentro haciendo fila para entrar al dichoso Cuisinett, hace más de cuatro meses después de que me gradué de gastronomía que he intentado contactarme por cielo, mar y tierra con el contratista del restaurante, le mando miles de cartas, correos y demás, pero hoy eso va a cambiar estoy dispuesta a hacer un escándalo para poder ser parte del equipo.

Con mis últimos ahorros en mi bolsa, mi vestimenta formal, mi maquillaje simple, y al ser la siguiente en entrar recojo la poca dignidad que me queda y doy el paso para entrar.

-Buenas noches bienvenida al cuisinett, ¿tiene reserva?

Al ver que es el mismo recepcionista de todas las veces trato de fingir mi voz

-Buenas noches, no tengo.

Al escuchar mi fatal intento de cambiar la voz alza la mirada para enfocarla en mi rostro, su sonrisa se ilumina con diversión.

-Vaya vaya ¿qué te trae de vuelta pequeña? ¿vienes a recoger tu dignidad? la deje aquí acumulada en este rincón

Señoras y señores les presento al idiota de mi mejor amigo,

-Angel no tengo tiempo para tus bromas.

-Pues yo tampoco tendré tiempo de secarte las lágrimas cuando salgas de acá.

Siempre es lo mismo, cada viernes por la noche al salir de este restaurante, pero esta vez será diferente, esta vez no saldré con las manos vacías.

-Soy una clienta más debes tratarme con respeto.

-Como sea sigue que tengo una larga fila que atender y recuerda que debes pagar más al no tener reserva coneja.

-Pondré una queja sobre ti en el buzón de sugerencias.

Doy cinco pasos hasta que escuche otra idiotez de Angel

-Seguro la ignoraran como las demás.

Al voltear a su dirección me encuentro que me está sacando la lengua imito su acción mirando a los malhumorados señores de la fila.

Ups creo que si se van a quejar de él.

Siguiendo mi camino hasta el gran salón iluminado con grandes candelabros, personas disfrutando de jazz suave que se escucha y de lo deliciosa que seguro debe estar su comida, me detengo unos minutos más observando en qué lugar podría sentarme, hasta que mi mirada choca con una mesa totalmente vacía.

Tomo asiento y no demoran más de un minuto en pedirme la orden.

-Buenas noches señorita, la noche de hoy seré su server*, ¿le comento sobre el menú? o ya tiene algo en mente.

Sin pensarlo dos veces y sin pensar en mi pobre cartera casi vacía digo

-Buenas noches, podría traerme la especialidad del día por favor

Asiente mientras veo como sutilmente anota en la elegante libreta con una pluma dorada.

-Sería un placer señorita, en unos momentos vendrá el summelier* para la prueba del vino y un tiempo después el food runner* para la entrega de su pedido.

Sin más se va en dirección a la cocina, mientras examino el lugar rezándole al altísimo para que una vez en su vida cometan un error.

Al esperar un poco más y como antes informaron el sommelier con una carta especial rellena de nombres de vinos.

Joder que caro me va a costar esto.

-Buenas noches señorita, ¿qué tal su estadía hasta el momento?

Tanta elegancia para hablar me marea

-Muy buena, gracias.

-Me indica por favor cuál es su plato elegido.

-El especial del día.

-El especial del día- parece saborear las palabras mientras echa un vistazo a la carta,

joder como hará para mantener ese bigote tan perfecto, le llevará horas peinarlo, mis estúpidos pensamientos son interrumpidos por don bigotes.

-Le recomendaría un vino dulce, el cual sería un buen acompañante para su elección.

-Perfecto, puede elegirlo usted por mí por favor.

-Me sería un placer.

Es inevitable no volver a verle el bigote antes de que se marchara.

Mis nervios aumentan cuando veo el food runner* dirigirse a mi dirección, consigo lleva una mesa rodante y encima de esta el dicho vino, dirijo mi mirada al platillo que esta encima de una bandeja de plata.

Miro al cielo una vez más porque mi suerte mejore esta vez, porque alguien haya cometido un mínimo error.

-Buenas noches señorita. - dale con el señorita – le entrego su pedido, espero que lo disfrute.

Sin decir más deja todo sobre la mesa una humeante Soupe à l´oignon, la boca se me hace agua, seguro debe estar delicioso.

Sin esperar un segundo más empiezo a degustar tan magnifico plato, y para mi mala suerte está más que bien elaborado, su sabor hace en mi paladar magia, de la alta cocina francesa viene esta belleza…

Estaba a la mitad de mi plato, con los ojos llorosos al saber que no volveré a pisar este lugar, pensando en aceptar la propuesta del restaurante de la esquina. soy una estúpida al pensar que en este lugar alguien cometería un mínimo error para poder quejarme y que por primera vez llamara su atención, tonta una completa tonta.

Entre lamentos termino mi plato, alzo mi mano para pedir la cuenta y largarme de una vez por todas, y en ese preciso instante mi pequeña oportunidad se hace presente, para mi suerte y desgracia siento como un líquido recorre desde mi cabeza hasta mi espalda baja, el olor a vino se hace presente.

¿QUE CARAJOS PASA?

-¡TU¡ - volteo rápidamente para encontrarme un dedo índice señalándome, alzo mi mirada para encontrarme con unos ojos verdes esmeraldas mirándome con rabia, la dueña de aquellos ojos, estaba furiosa y yo era el centro de su atención.

-¡TU! – VUELVE A REPETIR

-¿yo? – me señalo a mí misma confundida

-SI TU, NO TE HAGAS LA MOSCA MUERTA-

-Per... perdón señora no se….

-ERES TU LA PUTA BARATA QUE SE ESTA ACOSTANDO CON MI MARIDO-

Siento como el vino derramado en mi cabeza por su culpa se desliza por mis mejillas

¿Puta? ¿acostando? ¿marido? Qué coño pasa

-Señora no sé de qué me habla, no la conozco a usted y mucho menos a su marido

-CALLATE CAMILA, ERES UNA ZORRA COMO PUDISTE HACERME ESTO




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