Culpa tuya

Capítulo 8

NICK 
Dejé que se fuera a pesar de las ganas que tenía de estrecharla entre 
mis brazos y decirle lo mucho que la quería. Había perdido los papeles, 
lo sabía, me había dejado llevar por mis demonios interiores, aquellos 
que me asaltaban cada vez que mi mente imaginaba a Noah con 
cualquier otro tío que no fuese yo. Sabía que no era normal lo 
obsesionado que estaba con ese tema, pero solo de pensar que alguien 
podía tocarla o besarla me volvía completamente loco. 
Mi vida giraba en torno a esa chica. Ya no era la misma persona que 
antes, ya no estaba encerrado en mí mismo, había abierto la puerta de 
mi corazón a Noah, y me había costado, pero corría el riesgo de no 
poder cerrarla después de haberla dejado entrar. Esa puerta estaba 
entreabierta y Noah parecía querer salir a la mínima oportunidad, 
volviéndome loco y jugando con mi cordura. 
Lo de su viaje me había matado, un mes entero sin Noah sería un 
infierno, ya lo había pasado mal cuando tuve que largarme dos semanas 
a San Francisco, pero que se fuera a Europa sin mí, solo de pensarlo me 
ponía enfermo. Quería obligarla a quedarse, sabía que si utilizaba toda 
mi artillería, toda mi capacidad de persuasión conseguiría convencerla 
de que no se fuera, pero no me lo perdonaría jamás. Noah era una chica 
de espíritu libre, no era una chica tranquila, de las que se quedan en 
casa; mi chica era aventurera, le gustaba salir de fiesta, le gustaba 
beber, joder le gustaba el sexo, Noah no se quedaría en casa teniendo la 
oportunidad de recorrerse Europa. 
Me llevé las manos a la cabeza intentado controlarme. 
Mierda, la había cagado, me la había tirado de la peor forma posible, 
sin siquiera mirarla, sin besarla, sin decirle lo mucho que la quería. 
Noah solo me conocía a mí en la cama, no tenía experiencia con nadie 
más y no quería que creyese que no la quería por habérselo hecho de 
esa forma, aunque una parte de mí había disfrutando castigándola, me 
había excitado privándola del orgasmo, sabía que no había estado bien 
y menos con alguien como ella, menos con la Noah dulce y 
tremendamente atractiva que me miraba a los ojos cuando le hacía el 
amor. 
Y se había ido llorando, o apunto estaba antes de salir por la puerta. 
Habían pasado unos diez minutos desde que se había marchado. Salí del 
baño y crucé la sala de conferencias donde mi padre había organizado 
miles de eventos y me fui directamente a recepción. La gente de la fiesta seguía deambulando por el hotel y supuse que los recepcionistas debían 
estar ya hartos de tantos niñatos borrachos. 
Una chica rubia me sonrió detrás del mostrador. 
-Soy Nicholas Leister, tengo una habitación a mi nombre-dije deseando 
subir en busca de Noah. 
-Su DNI por favor-dijo con una sonrisa demasiado amable. 
Ni lo intentes guapa, solo estoy interesado en una mujer y no eres tú. 
Le di mi DNI y esperé hasta que comprobó mis datos. Le había dicho a 
Jenna que pusiese la habitación a mi nombre y que esta estuviese 
alejada del pasillo donde todos los de la fiesta subirían borrachos de un 
momento a otro. 
No me importó pagar un poco más con tal de tener tranquilidad y 
buenas vistas. Noah no tenía ni idea de esto, claro, pero mejor no 
decírselo. 
-Aquí tiene, le deseo buenas noches y cualquier cosa que desee solo tiene 
que llamar -dijo la rubita haciéndome un repaso con los ojos. 
-Gracias-contesté cortante dirigiéndome al ascensor. 
Me puse nervioso mientras esperaba; no sabía cómo iba a recibirme 
Noah, me daba terror haber ido demasiado lejos, haberla asustado. 
Me subí y cuando llegué a nuestra planta agradecí tener a todos los 
idiotas que la estaban liando dos plantas más abajo. Fui directo a la 
puerta 234 y entré. 
Dentro la habitación estaba iluminada por una pequeña lámpara que 
había en la esquina y Noah estaba sobre la cama, hecha un ovillo y 
llorando abrazada a una almohada. 
Sentí que se me oprimía el corazón. 
Fui directo hasta a ella, me acosté a su lado y la atraje hacia a mí. Ella 
soltó un sollozo, pero no me apartó. 
-Lo siento, Noah-dije abrazándola por detrás, joder era un imbécil, un 
capullo. Le aparté el pelo húmedo del rostro y la besé en la mejilla-No 
llores, por favor. 
Ella levantó la mirada hacía a mí, sus pestañas estaban húmedas y sus 
bonitos ojos hinchados. Me coloqué encima de ella obligándola a 
mirarme. Me sujete con los brazos para que no tuviese que soportar 
todo mi peso.

-¿Qué ha pasado ahí abajo Nicholas?-dijo entrecortadamente. 
Me incliné para limpiarle las lágrimas con mis labios. Estaba suave, 
suave como el terciopelo. La besé con cuidado, con todo el amor que 
sentía por ella, como siempre debería besarla. 
-No lo sé, Noah-le contesté un momento después acariciándole la mejilla 
con cuidado. Sus ojos me observaban perdidos, dolidos por mi culpa. - 
No quería hacerte llorar, joder, no quería hacerte daño ¿vale? Verte así 
me mata, perdóname, por favor-le dije enterrando mi rostro en su 
cuello, besando su tibia piel, sintiéndome tan culpable que me dolía el 
corazón. 
Ella tiró de mí hacía atrás, su mano en mi nuca me hizo estremecer. 
- ¿Qué querías conseguir tratándome así? 
Cerré los ojos con fuerza, y los volví a abrir un segundo después. 
-Quería que me dijeses que ibas a quedarte, que no ibas a marcharte con 
tú madre-le confesé aunque no era del todo cierto. 
Noah negó con la cabeza, por lo menos ya no lloraba, eso era algo. 
-Hay algo que no me estás contando. 
Joder, que bien me conocía, mejor que nadie, aunque había secretos que 
era mejor mantener enterrados. 
-Noah, tienes que entender que el hecho de que yo haya sido el único 
hombre que te ha tocado...-joder como podía explicárselo-Para mí, que 
fueses virgen, fue el mejor regalo que podrías haberme hecho, solo con 
imaginar a alguien tocándote o haciendo lo que yo te hago... 
Me estremecí de solo pensarlo. 
Ella me miraba atentamente. 
-Sabes que nunca haría nada con nadie que no fueses tú- 
dijo en un susurro. 
-No lo entiendes, sé que no debería afectarme tanto, pero alguien te 
beso está noche, alguien que no fui yo, y eso me ha sacado de quicio, si 
no hubiese sido una chica me habría metido en una buena pelea-Noah 
abrió la boca para interrumpirme pero no la dejé-Sé que no es normal 
que tenga esta obsesión con que nadie te toque pero no hay nada que yo 
pueda hacer al respecto; es así como me siento, intento controlarlo pero 
no sé cómo hacerlo...



#13461 en Novela romántica

En el texto hay: romance, amor, culpamia

Editado: 03.01.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.