Culpable mi Jefe 2 "Dulce obsesión"

Capítulo 3

La vida te puede cambiar, en un momento, te da golpes tan duros que no sabes cómo reponerte de todas esas adversidades. Llegué rápido a la editorial, las oficinas de mi amigo quedaban cerca de mi ex trabajo. Me aparqué y subí directo a las oficinas, uno de los guardas de seguridad me impidió el paso por qué Scott así lo quiso. Así que lo llame.

— Hola, maldito, cobarde, estoy aquí abajo y no puedo pasar por qué no estoy autorizada. Me recibes o se pondrán las cosas peores para ti. Yo ya no tengo nada que perder, solo son 5 minutos y no me verás más nunca.

— Hola, Paula, no tengo tiempo para ti — Suelta con arrogancia. — Lo siento.

— ¿Tienes tiempo para varios periodistas en la empresa para que den la noticia que aparte de robarme mi libro me dejaste en embarazo y me echaste siendo un delito eso?

— Ya doy la orden de que ingreses. — Responde, colgando la llamada.

Tomo el ascensor  subiendo directo al piso de presidencia. Colegas de la empresa me miran rumoreando entre sí, al contrario de ellos, voy con una gran sonrisa. Sé cómo doblegar a mi ex jefe. Llego a la oficina de Scott encontrándome con Karina dándome un gran abrazo, tenemos días que no nos vemos desde la pelea con Scott. Note que ya tiene mi reemplazo y por el porte de ella, pronto estará en la cama de ese idiota.

— Señor, Treinor, buenas tardes — Saludo, mientras, Chris sale del baño.

— Hola, preciosa, cómo estás de guapa, cómo siempre. El embarazo te sienta bien. —Afirma Chris dándome un abrazo y beso. — Haces falta en esta oficina.

— Hola, Chris, tú tan amable como siempre. Eres todo un caballero, no puedo decir lo mismo de tu amigo.

— ¿Tanto me odias Paula? Por qué yo  por ti, siento cosas muy fuertes — Espeta, mi peor pesadilla.

— Ni se imagina, Señor Treinor. No me interesa lo que sienta por mí. Y si lo odio con todas las fuerzas de mi corazón, y quiero que me firmes este documento, donde afirmas que no serás el padre de mi bebé y que no serás parte de su vida.

Los dos hombres se quedan mirándose a los ojos y luego posan sus miradas directas hacia mí. Yo los miro como si nada me importará sentada en una de las sillas de la oficina. Noto que ha remodelado su despacho después de mi desastre. Se ve mejor.

— ¿Qué dices, Paula? No es mucho lo que pides. Piensa en tu bebé  ¿Lo dejarás sin padre? — Interroga Chris asombrado — Dime, Paula.

— No. No, Chris. Es nada para lo que él me hizo, aparte, le estoy haciendo un favor a tu amigo quitándole una responsabilidad de la que nunca se hará cargo, este maldito, idiota. — Gruño con mucha irá

— ¿No es una trampa para hacerme firmar otra cosa? — Interroga Scott — Dime, pastelito.

Odio que me diga así.

— No soy como tú de tramposa, idiota — Afirmo enrojecida de la furia — Firma y me largo de aquí. Ya no me agrada este sitio.

— Antes no decías eso cuando te hacía el amor aquí. — Dice con una sonrisa coqueta — Ya olvidaste lo bien que la pasamos.

— Error, querido, cuando teníamos sexo. — Refuto — Lo olvidas. Tú no sabes que es amar, Scott. Firma, por favor.

— Amigo, ¿Estás seguro de firmar? Luego te puedes arrepentir — Dice Chris a su amigo. — Scott es una locura.

Revisa de pies a cabeza los documentos para que no sean una trampa como la que él me jugó a mí. Después de unos minutos firma sin importarle nada, me los entrego acercándose a mí. Eso ya no funcionaba, él mató todo eso que sentía por él.

— Amigo, ¿Por qué los firmaste? — Increpa Chris furioso — No verás jamás a tu bebé, ¿Estás seguro, Scott? Cometes, un error, amigo.

— Estoy seguro, Chris. Ese bebé no es mío, te lo puedo jurar, ¿Quién me afirma que ella no se acostó contigo o con André?

— Sí. Sí, tienes razón, ¿Quién te asegura que no es tuyo? — Suelto. Quería matarlo, pero no me quedé con las ganas de abofetearle ese lindo rostro.

Antes de irme le dije:

— Me conseguiste reemplazo rápido. — Suelto — ¿Ya la metiste en la cama? — Digo dejando salir una sonrisa sarcástica marchándome del lugar.

— ¿Estás celosa, pastelito? —Pregunta mientras me iba del sitio.

No lo puedo negar si me dio celos ver a mi reemplazo, aún me importaba ese niño de mamá. Uno no puede olvidar de la noche a la mañana a la persona que se ama. Quería arrancarlo de mi pecho de un solo golpe, pero sabía que mis heridas no sanarían tan rápido. El tiempo sería mi mejor compañero en este duelo.

Estoy en el parqueadero ingresando mis cosas al carro cuando recibo una llamada sorpresiva. No pensé que me quisieran verme después de lo que hice y dije.

— Señor, Louis, que sorpresa que me llame. No podría verlo a la cara, me siento avergonzada con usted.

— Paula, mi esposa y yo queremos verte. Te esperamos en la casa para cenar, no faltes. — Dice con una voz triste, colgando la llamada.

¿Cómo podría ver a la cara a esas dos personas que me dieron tanto durante 3 años trabajando para ellos? Nunca tuvimos problemas, al contrario, me dieron la oportunidad de publicar mis libros. Me siento mal, sin embargo, Scott me desgracio la vida. No podía quedarme con eso.




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