Cumandra

Capitulo 7. Los Sueños De Atenea

Tras mandar a Ethan a su cama, se tumbó en el sofá, usando un cojín como almohada y su manta para taparse. No hacía demasiado frío, por lo que con eso le era más que suficiente. Debido a lo cansada que estaba, se durmió enseguida.

***

En su sueño primero empezó oyendo voces y viendo blanco... Esto se volvió más nítido y frente a ella, aparecieron varios jóvenes de uniforme amarillo jugando fútbol. Un chico de pelo castaño liso, también con uniforme amarillo, se acercó a ella. Atenea estaba sentada en un banco a la sombra

—Toma— dijo el chico mientras le ofrecía una lata. El clima se sentía cálido, era verano.

—¿Es para mí?— preguntó Atenea sorprendida

—Para quién sino... Vamos, tómala. Si no bebes algo con este calor hasta un Demonio como tú moriría— dijo el chico. Atenea tomó la lata

—Gracias— dijo Atenea

—¡Chicos vamos a descansar!¡Traje bebidas!— dijo ese joven. El resto de chicos dejaron de jugar y se acercaron a él. Emocionados y felices tomaron una bebida, se sentaron bajo la sombra que estaba Atenea a descansar

—¿Qué opinas Atenea? ¿Crees que podremos ganar el partido?— preguntó un chico con gafas

—Con esa velocidad lo dudo— respondió tajante y sinceramente Atenea.

—Eres cruel— dijo el chico mientras echaba un suspiro triste. El resto se rieron

—Solo digo la verdad... Pero tampoco me hagas demasiado caso, apenas sé de fútbol— dijo Atenea

—Pero estuviste jugando hace algunos años, ¿no?— dijo el chico de gafas

—Cuando era más pequeña, sí. Pero solo un par de años. Hasta que me cansé de que el entrenador no me sacará al campo y lo dejé— dijo Atenea. Abrió la lata y tomó un sorbo— Por eso digo que no soy la más indicada para hablar

—Ese entrenador seguro era estúpido. Con lo rápida y ágil que eres, los equipos deberían estar peleándose por tí— dijo otro joven de cabello negro

—Bueno, no es algo que me interese ya. Tengo asuntos más importantes que un partido local— dijo Atenea

—Cierto, ¿a que viniste? Si estás aquí es porque pasó algo— dijo el chico que le ofreció la bebida

—Quería hablar con su capitán— dijo Atenea

—Mateo esta fuera de la ciudad hoy, pero yo puedo darle tu mensaje si quieres. A fin de cuentas soy el subcapitan— dijo el chico castaño

—Esta bien Pablo, supongo que no importa que lo sepáis todos. A fin de cuentas soys de la misma banda— dijo Atenea— Os entregaré la calle del nuevo distrito comercial. Con tal de tener un poco de más equilibrio entre la repartición de terreno

Los chicos le miraron sorprendidos y luego se pusieron a gritar emocionados

—Gracias Atenea. Eres todo un ángel— dijo Pablo— Algo así nos viene de perlas

—Son noticias geniales— exclamó el chico de gafas. Entre gritos de alegría y jolgorios, la joven se levantó del banco

—Bueno, eso es todo. Les dejo ya— dijo Atenea

—Espera, no te vallas aún. Si no tienes nada que hacer, ¿porqué no juegas con nosotros?— preguntó Pablo

—Eso, juguemos juntos. Lo pasaremos bien— dijo el moreno.

Los chicos empezaron a insistir y finalmente terminó cediendo. En el momento en que Atenea iba al campo con ellos, el sueño cambió... Se volvió oscuro, el paisaje más frío. Miró sus manos, estaban ensangrentadas y a su alrededor había miembros y miembros de varias bandas tirados inconscientes. Frente a ella, en posición de pelea estaban estos mismos chicos

—Ustedes... Porqué...— dijo Atenea con rabia— ¿¡Porque me traicionaron!?

En lo que estaba apunto de golpearles, despertó. Su mano estaba a escasos centímetros del rostro de Ethan. La retiró rápido y fingió que no pasaba nada, con tal de desviar su atención y que no preguntara.

***

Pobre Ethan, le dí un buen susto antes. Las pesadillas sobre mi pasado se han vuelto más frecuentes desde que tengo este problema con Eva y Lucía. A fin de cuentas, ellas también me usaron a conveniencia y traicionaron cuando les dejé de ser útil. Pero no sabía que reaccionaba inconscientemente. Si lo llego a saber, se lo habría dicho. Un golpe mío le habría mandado al hospital.

Después de que Ethan se marchara, Atenea se preparó el desayuno y charló con su compañera Claudia. Ya que está mañana le vio durmiendo en el sofá y no sabía porqué estaba allí. Posteriormente, se puso a hacer cosas para ocupar su tiempo y no pensar demasiado en las pesadillas.




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