Cupido apunta muy cabrón

CAPÍTULO 8. El mejor lugar para guardar reposo es una cama, y el hombro de Thiago.

La tensión entre Thiago y René pesaba en el aire mientras conducían hacia la casa de ella. James miraba de reojo a René, preocupado por su estado emocional. Cuando finalmente se detuvieron frente a la casa de ella, James apago el motor y se giró hacia René.

—¿Estás bien, René?

La chica se limpió las lágrimas que había derramado sin darse cuenta, y asintió con la cabeza, tratando de parecer tranquila.

—Si, estoy bien. Solo fue un día difícil, pero nada que no pueda manejar — Respondió tratando de convencerse así mismo.

James frunció el ceño, sabiendo que ella no estaba siendo del todo sincero.

Giggles

Esta se ríe mirándolo, parecía que había pasado mucho tiempo desde la última vez que se llamaron así.

—Algo que siempre me daba orgullo de que fuéramos amigos, era que con solo mirarte yo sabía que era lo que pasaba contigo, pero ahora pienso que jamás había sido así. Dimos tantas cosas por hecho que lo que teníamos más que una amistad era simplemente alguien que estaba solo para mí.

René levanta su cara mirándolo, tratando de descubrir que cruzaba por su cabeza.

—¿Por qué ahora?

—Porque Monique me hizo verlo. Ni siquiera fui capaz de ver que sentías algo por Thiago y por eso lo siento — ¿Qué clase de persona era ella al dejar que su amigo pensara mal? —. ¿Qué tal si iniciamos de nuevo?

Este levanta su mano dándole su meñique.

—Quiero ser un buen mejor amigo — Esta asiente poniéndole el meñique a su altura mientras lo cruzan sonriéndose entre ambos —. ¿Ahora si me vas a contar lo que pasa? Thiago lucía realmente herido, ¿Fue por Dome?

—Parece que ya estas al tanto de ella — Se ríe está recargándose en el asiento por completo —. Hablamos sobre Thiago y yo, sobre la situación en la que estamos. Y… su reputación… no fue fácil escuchar lo que dijo.

—A lo que tengo entendido, tu decidiste darle una carta escribiéndole lo que sentías. Sabías en lo que te metías, y conocías que era un mujeriego, pero yo que enserio no lo soporto, soy capaz de ver que hay algo diferente en él.

—Sí, lo sé. Pero aun así… aún sí es difícil lidiar con lo que siento, James — Confesó René, mirando hacia afuera, tratando de no llorar por alguna razón se sentía así.

—Entiendo, pero René, a veces el amor nos hace tomar decisiones que pueden parecer locas desde afuera. Te juro que yo no era la clase de persona que se le declararía a otra delante de todo el mundo — Dijo James con una voz suave pero firme —. Si sientes algo por Thiago, no puedes dejar que las opiniones de los demás te afecten. Tienes que seguir lo que sientes en tu corazón.

—Gracias…

—Oye — Le dice este deteniendo de que ella se baje del carro —. ¿Él sabe?

René niega con la cabeza, con una media sonrisa.

—Nadie merece quedarse con la cabeza llena de pensamientos sobre cosas que no sabemos que hicimos.

Esta asiente bajándose completamente de carro, al abrir la puerta de la casa siente un mal presentimiento pues el ambiente estaba tenso, y su madre lloraba en el sillón.

—Mamá. ¿Qué pasa? — Pregunta René, mirando como su hermana ya abordaba la situación trayendo un vaso de agua para su madre.

—Tu hermano… Ese idiota me va a matar de los nervios — Dice la mujer sin poder calmarse.

—¡YO TE LO DIJE! Si tu hijo quería ir a la universidad tenía que ir a una aquí, porque él iba a hacer lo que él quisiera — El hombre tenía los labios morados del coraje que sentía —. Y MIRA DEJO LA UNIVERSIDAD.

—¿Harper dejo la carrera? — Pregunta ella ganándose la mirada de odio de su padre.

—A SUS HABITACIONES — Esta toma a su hermana quien estaba asustada, ambas se quedan en su habitación escuchando el desastre que se armaba abajo.

Esta se toma la cabeza caminando de un lado a otro intentando calmarse por el día que estaba llevando, trataba de calmarse. Su teléfono suena tratando de callarlo al instante.

“Hola, ¿Cómo estás?” Pregunta este sintiéndose mal por como terminaron las cosas.

—Thiago es un muy mal momento enserio — Este no podía escuchar bien, por la música, pero se aleja escuchando un ruido extraño.

“¿Estas bien?” Pregunta este, pero no recibe contestación alguna de René, solo el sonido de que ella había colgado. Lo hizo porque su calma había llegado al límite, estaba al borde de su cama, sin parar de temblar.

El escuchar como su padre estaba arrojando cosas la había estresado de más haciendo que su calma se fuera. Se tapa los oídos intentando ignorar todo, acostándose en su cama, siendo difícil conciliar el sueño.

Eran las siete de la mañana, pero está ya estaba levantada desde las cuatro, se había quedado en su cama tratando de no pensar en el día de ayer, pero era imposible, salió temprano por la mañana.

James noto como es que ella ni siquiera había dormido, pasaron por un café y al llegar a la escuela esta se fue directo hacia su asiento.

—¿Te sientes mal, René? — Le pregunta Enea a lo que esta niega con la cabeza.




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