Cupido apunta muy cabrón

CAPÍTULO 10. Relación falsa = Dinamita: Thiago y René = Fósforos.

Estos fueron al baño para lavar el decolorante del cabello de ella, esta se acomoda de cuclillas a la bañera, mientras que Thiago lo lavaba bien, aplicándole bien el jabón. Este la incorpora secándole el cabello sin duda iba a hacer todo el kit completo para que ella no tuviera que mover un solo dedo.

—Siento todo lo que te he hecho pasar esta semana.

—Thiago, es tu vida. Tú decides como vivirla, solo tenemos que enfocarnos en el plan.

Este la voltea para verla de frente, pero ella en cambio se mira en el espejo como se miraba con esa cortina de cabello matizada no era un gran cambio, pero amaba como se miraba, al ver la sonrisa. Thiago sintió que si podía cuidar eso mientras pudiera todo estaría bien, tendría que reprimir sus emociones, sus ganas de tomarla en brazos.

René enserio no podía creer lo bien que se miraba, por el espejo miro a Thiago que parecía absorto en sus pensamientos.

—¿Quieres ir abajo a comer galletas? — Este despierta de sus ideas asintiendo con la cabeza. Ambos se sentaron a ver Harry Potter mientras comían, René se sentía adormilada, se acomoda en el asiento tomando una cobija.

Thiago la mira de ojo deduciendo que esta no tardaría en quedarse dormida, y así lo hizo justo como en la biblioteca esta quedo dormida, Thiago no podía ni quería callar el sonido de su corazón. ¿Qué tendría que hacer? Amaba a René, le gustaba mucho la forma en la que sonreía, pero el pensamiento de que creyó lo mismo con Dome y la lastimó hizo que se detuviera. La rodeo con su brazo acomodándola en su pecho.

Cierra los ojos por un segundo sucumbiendo al deseo de quedarse dormido junto a ella. Ambos durmieron en esa posición toda la noche, cuando René despertó eran cerca de las once de la mañana, ella jamás había dormido tanto, se incorpora dándose cuenta de que Thiago también se había dormido, ambos se habían dormido.

Sintiendo su cara volviéndose un tomate se pone de pie para limpiar la cocina, en lo que se le pasaba la vergüenza, de los nervios comienza a preparar algo de café, haciendo que este se despierte.

—Dios… ¿Cuánto dormí? — Pregunta este adormilado, había dormido sentado más sin embargo su cabello estaba hecho un desastre.

—Cerca de once horas. ¿Cómo sigues? — Él se acerca hacia ella, había dormido en una posición fatal, más, sin embargo, había valido la pena completamente por ver a René así, tenía los ojos hinchados de tanto dormir, su cabello era hermoso y despeinado.

—Definitivamente me encanta como se mira tu cabello — El corazón de ella dio un brinco, tratando de disimular su vergüenza.

—Pudiste elogiar mi aspecto, pero escogiste elogiar tu creación. Demasiado narcisista para mi gusto.

Él iba a decir algo, pero decide revisar su celular dándose cuenta de las llamadas perdidas que tenía su madre e incluso en este momento le entraba una llamada de ella.

—Lo siento es mi madre — René le sonríe débilmente dejándole el café allí mientras sube a su cuarto.

Este se sienta respirando hondo.

—Hola mamá — La mujer estaba demasiado preocupada.

“Maldita sea, Thiago Adrián ¿Dónde haz estado?”

—En casa de René, pase la noche aquí — Le contesta este sintiéndose apenado por la noche que seguramente hizo pasar a su madre.

“¿Qué dijeron sus padres? Les llevaste algo” Esta sentía un pesar de lo que su hijo hizo, pero también estaba agradecida que su hijo no se la pasará durmiendo en un parque con tal de no estar en casa. Se dio cuenta de que su hijo ni siquiera hablo “Dime que no es lo que parece”

—Ella está sola, no paso nada. Pero entiendes que no puedo dejarla sola.

“Ella es la chica de la goma de mascar ¿No es así?” Este solo responde con un “uhm” siendo un afirmativo para su madre “Sin duda te gusta mucho”

—Si, mamá.

“Thiago, no lo arruines esta vez ¿Está bien?” Si su madre hubiera estado allí mirando la cara de este que le recordaba lo malo que era, esas palabras hubieran sido diferente “Debes tener cuidado, tus acciones tienen una consecuencia, no eres un niño. Y René es una buena chica, enserio lo es”

—Lo se mamá.

El peso de que hasta su madre pensará que él era demasiado para ella, lo hizo darse cuenta de que era demasiado estúpido el hecho de que ella se enamorará de él. La mira bajar las escaleras con un cambio diferente y la ropa de él seca entre sus manos, para darse cuenta de que tenía que asegurarse de que tenía que aprovecharse lo más que pudiera.

“¿Me escuchaste?” Pregunta su madre mientras que el para nada lo había hecho “No quiero sorpresas, ni mini tuyos dentro de cinco años más”

—No tendrás nietos madre, cuídate.

Este cuelga apenado mirando a René que lo miraba fijamente.

—Mi madre te manda saludos — Ambos escuchan truenos al exterior, sabiendo que no iban a poder salir —. Yo me quedare contigo la semana que no esté tus padres, es demasiado peligroso que estes sola. Y además será mejor para que me ayudes a estudiar.

Ella sonríe agradeciendo en parte que él se quedará, pero en otra sería más difícil para ella aclarar sus emociones.

—Iré a casa por unas cosas, esta vez yo quiero hacerte la cena ¿Está bien?




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