Cupido apunta muy cabrón

JAMES

El sol estaba demasiado fuerte para ser un día de enero. El ambiente se sentía tenso a pesar de que solo era un calentamiento, James entrenaba solo contra la pared practicando sus saques que parecían, mientras que por el rabillo del ojo miró como René cruzaba por toda la cancha para sentarse debajo de un árbol en el único lugar con sombra disponible para sacar un cuaderno y sus audífonos. Este solo nego con la cabeza al mismo tiempo que volvía a lo suyo.

En cambio René, ni siquiera era capaz de escuchar música. James estaba delante de ella, con ese uniforme azul con blanco que le quedaba grande, pero lo hacía ver aún más alto de lo que era, más seguro. Golpeaba con gran fuerza la pelota, signo de que estaba comenzando a frustrarse. Uno de sus lápices giró por las rendijas de la banca, así que se agacho a buscarlo, pero al levantar la mirada tenía a James delante de ella.

—¿Cuántas veces te he dicho que tengas cuidado con tu falda? — Le preguntó este molesto, pues al agacharse no se dio cuenta de los mirones detrás de ella.

—Estaba distraída con tu saque. Enserio fue tan malo — Bromeó ella mientras miraba al equipo femenino de volley quien entrenaba en la misma cancha —. Ni siquiera por que tienes público.

—¡Callate! — Le dijo este mientras pensaba que robaba de la botella de agua de ella, sin saber que la chica la había preparado especialmente para él —. Tienes que irte. Se esta haciendo de noche y estás arruinando mi concentración.

—Ni siquiera concentrándote podrías hacerlo bien — Refuto esta con una sonrisa.

Él no pudo evitar reírse también. Ellos siempre eran así, molestos, ironicos, sabiendo hasta donde llegar. Ella era la única que podía burlarse de su manera de sacar la pelota sin tener conocimiento alguno de volley ball y salir impune.

—Lo digo enserió. Vete a casa, estás en falda y esta anocheciendo.

—Es que me gusta verte jugar.

La forma en lo que lo dijo, con una media sonrisa lo desarmo. No supó que responder, ¿Le contestaba “A mi me gusta tenerte cerca”? o ¿Lo ignoraba? ¿Era una frase sencilla o tenía un doble significado? Las palabras se acumulaban en su boca.

—Mentira, iré a casa. Está a punto de iniciar “Master Chef”

Este sonrió aliviado. Ella se puso de pie, al mismo tiempo que tomaba sus cosas.

—Me mandas mensaje cuando llegues a casa — Agrego él. Tomó su suéter y se lo puso en la cadera, pues su falda era muy corta y era peligroso que se fuera así, para él había sido un detalle cualquiera, pero para René hizo que su corazón diera un salto.

La vio marcharse, sin duda cuando quería algo caminaba demasiado rápido, se estiró ligeramente para calentar de nuevo, cuando una figura se poso a su lado, era una chica de cabello rubio ondulado con piel bronceada, el chico tuvo que cerrar la boca de la sorpresa cuando sus ojos se cruzaron.

—¿Tu eres el capitán del equipo de Volley? — Le pregunto la chica.

—No, bueno sí, soy el suplente — Agregó con rapidez.

—Me dijo el entrenador que entrenaríamos contra ustedes algunos set por falta de equipo. Mis compañeras aún están listas por lo que si quieres en caminar a tu novia, puedes ir sin problema.

—¿Mi novia? — Dijo este extrañado. Entonces recapitulo golpeando con una mano su cabeza —. Es rara no es mi novia, es como mi hermana.

Involuntariamente se rasco la nuca, sintiéndose torpe por segunda vez en menos de un minuto.

—Parecia tu novia.

—Es mi mejor amiga desde que tenemos como diez años, hemos crecido juntos, si saliera con ella, sería como salir con mi versión molesta..

Monique lo miró unos segundos en silencio, como si analizará la sinceridad tras esas palabras.

—Entonces… ¿Estas libre, capitán suplente?

—Claro ¿Quieres entrenar ya?

Esta rio aún más fuerte y fue algo que desconcentró a James. Quien al entenderlo se puso completamente rojo, quiso decir algo, pero escucho el chiflido del entrenador, sin duda esta chica era de armas tomar.

—Estaré mirando, capitán suplente. No me decepciones — Dijo mientras se iba, James se quedo ahí, más tieso que concentrado, mirando como se alejaba, en su mente solo podía pensar “Rayos… es hermosa”

René jamás notó el cambio.

Para ella, James seguía siendo el mismo de siempre: El que se robaba su comida, el que la fastidiaba con sus bromas, el que iba todas las noches a ver películas hasta quedarse dormidos en la misma habitación. No notó cuando el comenzó a quedarse más tiempo en la cancha, pidiéndole que a ella que se fuera a casa, pensó que era cuestión de que sentía nervios cuando estaba ella, pero nada más alejado de la realidad.

Mientras miles de cosas cruzaban en su mente, mientras armaba su castillo de arena, James se estaba enamorado de alguien más.

Así que la sorpresa de su confesión la tomo por sorpresa. Desde un segundo piso, Monique, era linda, con su cabello largo y el suéter de el, sin duda lucia mejor en ella. Nunca la había visto como una amenaza, porque nunca pensó que James, su James, pudiera mirar de esa forma a alguien que no fuera ella, y en cierta forma era verdad por que cuando la miraba él brillaba.




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