Cupido No Se Enamora

❤️ Uno ❤️

KAYLEE HAMILTON.

 

 


— Por favor Mamá, te prometo que no me saco en ningún momento los guantes. —Desde hace una semana le vengo suplicando a mi Madre que me deje empezar la escuela como los demás chicos.

 

Pero se sigue negando a la idea.

 

Tiene miedo de que por error enamore a personas que no estén destinadas.

 

Ya hace un año nos dimos cuenta de que con los guantes puestos, no puedo enamorar a nadie.

 

— No entiendo porque tantas ganas de asistir a la escuela este año.

 

— Estoy harta de vivir encerrada, sin poder hablar con nadie.

 

— Si acepto, prometes no quitarte por nada en el mundo los guantes.

 

— Lo prometo.

 

— Está bien, hoy mismo te inscribo.

 

Sin poder evitarlo me lanzó a sus brazos.

 

— Gracias, gracias, gracias.

 

Le doy un beso en la mejilla y salgo corriendo a mi habitación para preparar la mochila.


















 

(…)

















 


Llegó la hora.

 

Hoy vuelvo a la escuela.

 

Ya estoy en la entrada, nerviosa por entrar.

 

La última vez que estube con personas, fue cuando tenía diez años.

 

Desde entonces no he vuelto a interactuar con los humanos.

 

Respiro ondo y entro al colegio Saint Marie.

 

Veo chicos llendo de acá para allá a gran velocidad.

 

Tanto que me marea.

 

Perdí un poco la constumbre.

 

Doy vueltas mirando a todos lados fascinada.

 

Extrañaba todo esto.

 

Cuando me doy cuenta ya estoy en el suelo con un chico encima mío.

 

Tengo su rostro muy cerca.

 

— Tené más cuidado. —Hablo levantándose y limpiando sus pantalones.

 

— Pero vos me chocaste.

 

— Porque vos estabas en mitad de camino.

 

Me miro frunciendo el ceño, con evidente molestia.

 

Por qué se enoja si fue él el que me chocó.

 

— Tendrías que ser más amable, ya que vos te me tiraste encima.

 

— No tengo porque ser amable con una Barbie como vos.

 

— Sos un desagradable.

 

— Vos no sos muy linda que digamos.

 

Me doy la vuelta dispuesta a irme pero su mano me detiene.

 

— A mí nadie me deja hablando sola, nena.

 

Sonrio de lado.

 

— Pues me alegra saber que voy a ser la primera.

 

Me suelto de su agarre y ahora sí logro irme.

 

Dejando a ese idiota hechando humo por las orejas de lo enojado que debe estar.

















 

 

(…)

















 


Salgo del salón.

 

Aún me siento un poco incómoda estando con tantas personas.

 

Voy a la cafeteria, luego de pagar mi comida me siento en una mesa vacía.

 

— ¿Puedo? —Levanto la mirada.

 

Es un chico.

 

Es una buena persona.

 

Lo puedo ver.

 

Eso es otra cosa que puedo hacer.

 

Puedo ver el aura de las personas y también puedo persibir cómo se sienten.

 

Puedo percibir que está nervioso.

 

— Si, claro.

 

Sin decir nada se sienta en frente mío.

 

— Soy Alan, ¿Vos sos la nueva no?

 

— Si, soy Kaylee.

 

Luego de eso ninguno dice nada.

 

Al levantar la cabeza veo al chico se hoy mirándome.

 

— Alan. —Lo llamo.

 

— ¿Si?

 

— ¿Cómo se llama ese chico? —Lo apunto.

 

— Ese es Jayden, lo llaman el anti-cupido.

 

Anti-cupido.

 

— ¿Por que anti-cupido?

 

— Supuestamente es por qué odia a cupido, ya que cada relación que tuvo lo terminaban engañando.

 

¿Me odia?

 

Eso no es mi culpa.

 

Mamá no me dejaba emparejar a nadie, hasta que aprende a controlar mi poder o tenga dieciocho años.

 

Para lo cual falta poco.

 

En tres meses es mi cumpleaños y voy a lograr que Jayden no me odie.




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