¿cupido o Destino?

Capítulo uno

Kensy

—    Psicópata… — grité al lanzar un cogin a a la puerta luego de su «llámame»

Como voy a llamar yo a un tipo que se hace pasar por quien no es para entrar a mi casa. Debí estar completamente mal para creer está estupidez. En que pensaba. Me senté en el sofá, coloque una almohada en mi cara y grité lo más fuerte que pude. Me quede así, la almohada me libero de ver a mi alrededor sólo muebles y una habitación sin vida.

—    Necesito salir — quite la almohada y hable conmigo misma — estoy harta de esto — me levanté y me quedé inmóvil, volví a sentarme — pero, donde...

Un número al cual recurrir, una sola persona con quien salir y divagar mi mente. Tome mi celular y marque el primer número, espere el segundo tono, y respondió. Su voz al otro lado sonaba tan distinta a como la recordaba, a como solía ser en los días que reíamos por tonterías. Cuanto tiempo ha pasado.

—    Hola — mi voz es tímida y no se si estoy haciendo lo correcto 

—    Kensy, creí habías muerto mujer… — era la misma de siempre.

—    No… sólo… bueno, trabajo… - rasque mi cabeza

—    No conoces otra palabra, cierto — sé a donde va.

—    Nicole, necesito distraerme y sos la única amiga que tengo — dije la verdad — ¿podemos salir?

Hablamos muy poco desde que se termino la universidad, a decir verdad sólo los días festivos. Me he alejado sin darme cuenta de ella y la extraño. 

—    Por fin seguirás mi consejo… — su voz se escucha seria por un momento — huuuuuu…. Te mostraré lo que es vivir, te veo en media hora en la disco.

—    ¿Qué..? No, Nicole es salir no ir a beber… sabes que, fue mala idea — me sentí insegura de hacerlo.


—    Ya no aceptó un no. Vos me llamaste ahora te aguantas

En que me metí, esta chica está loca. Me colgó y envío un whatsApp «no te atrevas a dejarme plantada, dejo de ser tu amiga» es una chantajista, sí, eso es lo que es. Me arrastre por toda la sala y busque algo que ponerme para ir a la disco, nada, sólo ropa formal. Tengo una idea pero hay que ver si funciona.

Me senté frente a la computadora que ya término de iniciarse y busque en youtube como convertir un vestido formal en algo más casual. Pase casi 10 minutos viendo el vídeo y siguiendo cada paso, poniendo pausa para hacerlo bien y no arruinar mi única opción. El último detalle y a probarlo.

—    No está mal para no saber lo que hacía — reí viéndome al espejo.

Estoy retrasada, en cualquier momento Nicole comienza a llamar como loca preguntando donde estoy. Salí del departamento pidiendo esto no sea una locura. Al cerrar la puerta recordé la tarjeta que el tipo dejo en la mesa, la abri de nuevo y la guarde en mi bolso. En veinte minutos llegue al lugar pactado y encontré a mi amiga entre el ruido y la gente.

—    No, es enserio — dejó su bebida en la mesa — por qué te vestirse así, Kensy por Dios aquí puedes encontrar un galán, así no se acercarán a vos.

Ella está más que perfecta, parece una muñeca de las que teniamos cuando eramos niñas. Su cabello largo y lacio con ondas en las puntas, vestida impecable y su rostro como de porcelana. Tiene una delicadeza que me sorprende y sus movimientos me hacen pensar si en realidad es persona o una muñeca. Me senté y espere a que ella hiciera lo mismo, una vez a mi lado llamo al mesero y pidió un bebida para mí.

—    Tomaté eso y luego vamos al baño — me ordenó, a penas escuche por el volumen alto de la música.

Me negué por un momento pero luego recordé el motivo de estar aquí. Dejar a un lado todo lo que me rodea y por una sola noche divertirme. Agarre el baso con líquido transparente y lo tome de un trago, el trago quemó mi garganta y me hizo fruncir las cejas y cerrar los ojos. Sentí que me halaron de la mano obligandome a abrir los ojos de golpe. Nicole me arrastro por el lugar hasta que llegamos al baño, saco algo de su bolso y me lo entrego, no mire que era hasta que me empujó dentro de un sanitario.

—    ¿Y esto que.? — era un vestido rojo, con escote de corazón y pegado al cuerpo.

—    Ponételo 

Deje caer mis cosas y obedecí lo que mi amiga me decía. No sé que planes tiene pero a estas alturas cualquier cosa que sea me dará lo que tanto necesito para olvidar mis días de estrés. Coloque el vestido y guarde el que arregle. Salí y mi amiga esperaba con los brazos cruzados encima del lavado. 

—    Mejor… ahora ven aquí — tenía su maquillaje listo.

Me deje como una niña jugando a maquillarse, al terminar me mire al espejo y no me reconocí. Era como si al entrar al baño me transforme en otra mujer totalmente distinta físicamente. Mi rostro se mira con más vida y mi cuerpo no se ve tan sencillo como siempre. Me roció con su perfume y salimos buscando de nuevo nuestra mesa.

—    Ahora, contame por que la llamada. Te cansaste de ser tan cuadrada… — se rió.

—    Sí y no, no soy cuadrada… y una, por que hoy me encontré con un tipo que me mintió para entrar a mi departamento, y dos, me sentí sola...

—    Lo último lo entendí, lo primero no. Explicate mejor

—    Un tipo en la calle me dijo que venía por un trabajo y así me engañó hasta que llegamos a mi departamento.

—    ¿Quien era?

—    No lo sé… dejó su tarjeta pero ni la quise ver

—    Es guapo…

—    Yo que sé - trate de evitar el tema 

Luego lo pensé por un momento y recordé el cuando nos detuvimos en la calle, sus ojos en contacto con lo míos y el profundo café en ellos me hizo sonreír un poco. Se formo un chocoyo en una de sus mejillas y creo que en ese momento deje de pensar y sólo actúe. Pero despues... bueno despues lo amenace con una nabaja.



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En el texto hay: juvenil, vidas cruzadas, amor

Editado: 17.07.2019

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