BIANCA
Lunes, agosto 21
Mi hermana me apresura para llevarme al colegio, es mi chofer durante esta semana antes de que se vaya a la universidad y el auto sea mío.
Mis padres compraron este auto para ambas y como ella casi no lo usará porque estará de residente en el hospital y la residencia donde se está quedando queda a quince minutos caminando y cinco en transporte público; me dejará el auto.
Aunque dudo que dure mucho tiempo sin él y mi padre correrá a comprarle uno.
Es muy consentidor, le pedimos cualquier cosa y solo dice “déjame ver”
Entro al auto y me recibe con una mueca.
—¿Qué te has puesto?
—¿Qué tiene? —miro mi ropa, es un vestido lila con flores blancas, unas botas negras y mi chaqueta de jean.
No veo nada malo.
—Ese vestido es mío.
—Más bien ¿Qué te pusiste tu? —ignoro su comentario observando su vestimenta que consiste en un short de jean muy corto y un top blanco mostrando su abdomen, además de unas chanclas rosas y para rematar unos lentes de sol rojos en forma de corazón—tu no usas chanclas fuera de casa.
—No me cambies de tema.
—Usaste mi vestido ayer, yo uso el tuyo hoy —resopla encendiendo el auto y salimos del estacionamiento.
—Ese vestido no era nuevo, este si y te queda bien —gruñe enojada—odio tus pechos —sonrío.
—La envidia mata —me saca el dedo medio antes de girar en la siguiente intersección.
—¿Planeas confesarte este año?
—Jamás —miro hacia afuera, los árboles cubren cada casa que pasamos como si lo abrazaran.—además si lo hago quedo rechazada por obvias razones.
—¿Cómo quieres que pase algo, si no le dices que te gusta? —me mira por encima de los lentes—atrévete, como la canción—ríe—atrévete te te, salte del closet, destápate, quítate el esmalte—comienza a bailar.
—Cállate, cantas horrible y sabes muy bien que yo solo soy la chica de los apuntes.
—Porque así lo quisiste, solo le hablas cuando él se acerca por los apuntes, no lo buscas para conversar o vas a sus fiestas, ni siquiera vas a los partidos, aburrida.
—No me gusta y además el siempre está ocupado siendo popular.
—Entonces no tiene tiempo ni para tener una novia —comienza a reír asustándome.
A menudo le da ataques de risas que te deja preocupada por su salud mental. Siento la necesidad de decirle a mis padres que necesita terapia, luego recuerdo que es así de nacimiento y lo dejo pasar. Quizás se le cayó a mi papá de pequeña, él suele ser despistado, no sé cómo es médico y encima pediatra.
La observo de reojo y me pregunto "¿por qué tengo una hermana tan loca?"
—¿De qué te ríes?
—De Eddy en el pasado, era un escuálido chico que parecía desnutrido de lo delgado que estaba, ahora es un musculoso joven, capitán del equipo de fútbol y popular entre las chicas... lo más grandioso y admirable es que te gustó siendo feo —ruedo los ojos.
—Él nunca ha sido feo.
Sí, era muy delgado y la ropa le quedaba grande, aun asi, era un chico increíble... solíamos hablar antes de que se volviera popular y me gustaba ese chico, el que hablaba por horas y horas sobre anime y películas de terror, sobre fútbol y música de todos los géneros.
Un día simplemente me emocionaba el solo hecho de reunirme con él en las tardes en el parque, visitar a su familia en esos almuerzos domingueros después de la iglesia, solían hacer barbacoa y nos invitaban a nosotros y a un par de familias más.
Extraño esos tiempos.
Ahora solo me saluda por los pasillos, casi no hablamos salvo para los apuntes y raras veces me pregunta sobre algo al azar.
Quisiera que este año suceda algo extraordinario, no sé, quizás que él se fije en mi o, aunque sea volver a tener la amistad que creí que teníamos.
Mi hermana aparca en la entrada y me apresuro en tomar mis cosas para bajar.
—Paso por ti a la salida —asiento antes de cerrar la puerta.
Me coloco la mochila en el hombro y suelto un suspiro lastimero antes de empezar a caminar.
Este año estaré sola. Mi único amigo verdadero en este colegio se mudó en vacaciones para la ciudad porque a su padre le ofrecieron un puesto de alto rango en una empresa.
Hablamos por videollamada casi todos los días y nos visitamos cada cierto tiempo los fines de semana durante vacaciones, pero no es lo mismo.
Será una odisea buscar donde sentarme en la cafetería.
A mi lado pasa Lisa y me saluda con la mano acompañado de un guiño. Es la chica popular del colegio, líder de las porristas y hermosa por naturaleza.
Esa chica destila sensualidad envidiable, pareciera que la escuela fuera su pasarela y todos nosotros los espectadores, porque donde quiera que pase, tú te volteas a verla.
Tiene todo para ser modelo, alta, esbelta, de una piel canela que uno creyera que se echa escarcha porque brilla con el sol, su cabello castaño con luces doradas, sus ojos grandes y negros, nariz perfilada y labios carnosos, siempre de un rosa con brillo, parece una Bratz.
Esa chica fue mi amiga antes, no nos llevamos mal ni nada. Lo mismo que pasó con Eddy sucedió con ella, se volvió popular y empezó a juntarse con otras personas.
Ambos son mejores amigos, hubiéramos sido tres mejores amigos, pero si soy sincera, yo me alejé de ambos cuando empezaron a tener otros intereses y yo veía que no encajaba en ellos. Y más porque envidiaba que Eddy se fijara en ella y no en mí.
Se reúne con los demás chicos populares al pie de la escalera, entre ellos está Eddy, percibo como la mira, deseando que ella le haga caso. Aun no entiendo porque no han tenido nada, todos quisieran salir con Lisa y él es uno de ellos. Todas las chicas cuerdas en este colegio quisieran que al menos Eddy las mirara un segundo, menos ella que parece no importarle.
Sin embargo, hay rumores que dicen que ellos son esos amigos que se enrollan, amigos con derechos. Le pido a Dios que no sea el caso.