Cupido Rebelde

Capítulo 11

Bianca

Jueves 7 de septiembre 9:30 p.m.

Llegamos a Florencia y nos dejan a cada uno en la parada más cercana a nuestra casa. De manera seca me despedí de Eddy, no quería actuar mal con él, pero es algo que no puedo controlar.

Con Lay siguiéndome a la par, camino a casa.

—¿Qué sucede? Estás muy callada.

—Nada —aparto la mirada. Me detiene tomándome por los hombros.

—Nada y estás llorando —aparta una lágrima de mi mejilla—¿Qué pasó?

—Sigamos caminando, aquí hay cámaras y no quiero que piensen que estoy loca —asiente siguiéndome—¿Me estoy haciendo daño a mí misma?

—¿De qué hablas?

—De insistir tanto con Eddy cuando él aún está enamorado de Lisa —suspira con pesadez.

—No sé qué decirte Bianca.

—De mi depende tu lugar en la agencia —asiente—lo sé, pero duele carajo —paso mi mano por el cabello esponjoso.

—Lo sé y si decides dejarlo, lo entenderé —niego.

—Estoy más determinada que nunca en hacerlo, hemos llegado tan lejos como para dejarlo ahora y estoy muy molesta contigo ¿Por qué dejas que Lisa abrace de esa manera a Eddy?

—¿Qué quieres que haga?

—No sé, dile que te molesta, que deje de hacerlo o que no sea tan melosa con él, la gente va a creer que soy una estúpida por su culpa.

—Ella me terminó el martes —me detengo mirándolo sorprendida.

—¿Y no pudiste insistirle?

—Lo hice, no quiere nada conmigo, de un principio dijo que no quería nada serio, lo siento… tendrás que hacer el doble de esfuerzo.

Esto será más difícil, ahora que está soltera, es probable que Eddy quiera intentarlo de nuevo con Lisa o ella en su egoísmo quiera estar con él.

***

Como es costumbre ya, Lay se queda a dormir conmigo, hace unos días me hubiera parecido extraño tener a un chico y lindo, durmiendo en mi habitación y en mi cama junto a mí y que mis padres no lo sepan, pero ya hasta me he acostumbrado a dormir abrazada a él y parece no molestarle.

Quién lo diría, mi cupido vela mis sueños.

Estoy por acurrucarme a su lado cuando el teléfono empieza a sonar insistentemente.

Leo los mensajes y es Eddy.

Sé que te sentiste incomoda con lo que sucedió y lo siento mucho.

Ya hablé con Lisa, sobre poner límites.

Te dije y te aseguro que no quiero lastimarte.

Perdóname.

Sonrío.

Lo está intentando y lo amo por eso.

Escribo…

—¿Es Eddy?

—Si.

Está bien

Yo te dije que no sería fácil y estoy consciente de la amistad que tienen

¿Aún queda en pie nuestra cita de mañana?

Claro😊

😀

Genial, nos vemos mañana 😘

—Lay, me envió un beso —le muestro el celular, él se limita a asentir.

—Envíale uno igual o un corazón, que se yo —se encoge de hombros dándome la espalda.

Hasta mañana😘❤

Aviento el celular lejos con vergüenza al haber enviado eso y me acuesto cubriendo mi rostro que debe estar rojo como un tomate.

Es verdaderamente incomodo hacer estas cosas cursis de enviar emoticones, pero a la vez me emociona y más si es con Eddy.

Viernes 8 de septiembre 4:30 p.m.

“Viernes 8” lo marqué en mi calendario como la tan esperada primera cita con Eddy.

Hoy casi no vi a Lay y las últimas horas se escapó con una chica. Desde que terminó con Lisa, las chicas han estado como locas durante el día.

Tampoco vi mucho a Eddy salvo a la salida para decirme que pasaría por mí a las cinco.

Pasé la mayor parte del día con Eduardo porque mi límite para juntarme con los amigos de Eddy se agotó. No soporto a Erick y más sabiendo lo que me dijo ayer.

No tengo idea de que ponerme, Eddy no me ha querido decir adónde vamos ni qué haremos. No sé si debo ponerme vestido o pantalón.

Cuando estoy en medio de una crisis, aparece la luz al final del camino, en forma de videollamada.

—Blanca —digo casi llorando.

—Mi mamá me dijo que hoy es tu cita y supongo que no sabes qué hacer con tu vida —asiento frenéticamente—tu primera cita —se burla—quién iba a creer que al fin Eddy te haría caso.

Por eso no quería que supiera nada.

—Cállate y ayúdame, viene en media hora.

—Que espere, tu esperaste casi ocho años para que te prestara atención, que el espere unos minutos por ti —ruedo los ojos—siempre debes hacerte esperar, no puedes parecer desesperada… muéstrame tus conjuntos.

Saco varios que tenía planeado, pero ninguno me ha gustado. Ella me sugiere que me ponga un jean porque al no saber dónde iré, es lo más seguro y práctico.

—Bien, ese jean con esa blusa escotada tejida y blanca, ponte un top debajo y tu chaqueta de jean, ya sabes tu toque personal —sonríe—ah ¿Qué te pondrás en los pies?

—Pensaba en los botines chocolates —asiente aprobándolo—bueno te dejo, voy a dormir.

—Te urge, tienes unas ojeras que en mi vida había visto.

—No he podido dormir, ayer vi morir a una persona, fue muy triste —su semblante cambia—olvídalo, no quiero ponerte triste ahora, te dejo para que te arregles y envíame fotos de cómo te ves.

Cuelga y me apresuro a vestirme, quedan cinco para las cinco y ya Eddy llegó, acabo de ver su auto aparcarse y ahora camina hasta mi casa. Se ve increíblemente bien.

Lleva una camiseta negra, un jean oscuro y zapatillas rojas, abrigado con una chaqueta de jean acolchada.

Me apresuro a arreglarme en lo que mi mamá lo recibe. Gracias al cielo que mi padre está de turno y no podrá avergonzarme como le gusta hacer.

Como puedo me peino y me arreglo todo en quince minutos. Tiempo récord para mí.

Antes de salir tomo una bocanada de aire y me mentalizo que solo es una salida, sin trasfondo, solo para ver si funcionamos bien juntos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.