Cupido Rebelde

Capítulo 19

Bianca

Lunes 22 de octubre, 9:15 a.m.

No puede ser, a mí me gusta Eddy, siempre me ha gustado Eddy, además Lay es mi cupido. Solo debe ser las hormonas por tener tanta testosterona masculina cerca.

Es imposible que me guste un ser de otro mundo o no sé, ni siquiera se definirlo. Sin contar que pronto se irá y él no es humano.

—Bianca.

—¡¿Qué?! —me altero por la sorpresa.

—¿Qué te pasa loca? Eddy te está volando la mente —deja las toallas tendidas en todo el vestidor—te decía que deberías irte, antes de que te sorprendan aquí—asiento tomando mi mochila.

—Nos vemos en la próxima clase —asiente y salgo rápido sin que me vean.

¿Por qué rayos estoy pensando en la posibilidad de sentir algo por él? No puede ser posible.

Eddy siempre me ha gustado, no puede llegar él que se supone me intenta ayudar a conquistarlo y gustarme.

Me salto la próxima clase y llamo a mi hermana, necesito una visión femenina experimentada.

—¿Qué quieres? —pregunta adormilada.

—¿Recuerdas la llamada que te hice la otra vez? Sobre mi corazón y una sensación extraña.

—Aja… te gusta Eddy, es normal que sientas eso.

—No era con Eddy —escucho el rechinar de la cama.

—Haber ¿Cómo? ¿Hay otro chico?

No es exactamente un chico.

—Es que no puede ser ¿cierto? Solo paso tiempo con él, debe ser cariño.

—Del cariño, se pasa a las ganas de verlo siempre, de tenerlo a tu lado y no dejarlo ir nunca y eso ya es amor.

—Si es amor, debe ser amor fraternal.

—Eso ya lo decides tú, pero de que te gusta, te gusta.

—Gustar y amar es diferente.

—Un poco, de gustar a amar no es mucha la distancia… Eddy te gusta —asiento y ella continua—¿lo amas? ¿sabes que es amar no?

—Creo que si… ese sentimiento de que no puedes respirar cuando lo tienes cerca, como tu corazón se acelera al verlo o tenerlo cerca y el deseo de verlo feliz, aunque no sea conmigo.

—¿Sientes eso hacia Eddy?

—Si

—¿Y hacia el otro chico?

—También…pero tiene que ser amor fraternal —declaro.

—Si tú quieres ponerlo así —suspira cansada—ya es tu decisión, solo ten en cuenta los sentimientos del chico.

—No le gusto por Dios, ni siquiera es humano —me tapo la boca por la sorpresa—quiero decir…

—Que es extremadamente guapo que no parece humano, es inalcanzable para ti, ahhh… ¿Es el chico que vimos en la heladería?

Aun lo recuerda.

—Si.

—Nunca le vi la cara… se veía de lejos guapo —ruedo los ojos—deja a Eddy y sal con él.

—Que dices —niego sabiendo que fue un error pedirle ayuda a mi hermana—sabes que siempre me ha gustado Eddy y ahora que me hace caso, no pienso dejarlo.

—Te hace caso, pero no te pide que seas su novia, está tardando mucho y tú no puedes esperarlo toda la vida.

—Nunca he tenido novio y quiero que él lo sea y si tengo que esperarlo lo esperaré.

—¿Cuánto tiempo? —me quedo callada.

—No sé, el tiempo que sea necesario —suspira.

—Yo te aconsejo que beses al otro chico.

—¡No!

—¿Por qué te indignas? Como si nunca hubieras besado a nadie.

—No he besado a muchos chicos, además no voy a engañar a Eddy.

—Es solo un beso, además Eddy y tu aun no son nada y sí lo has hecho —abro la boca.

—Solo he besado a un par antes de Eddy…

—Un par las bolas que no tengo… crees que no sé qué te besaste con algunos de mis amigos y eso que tenías apenas trece —me sonrojo—esos chicos no los denuncié porque bueno.

¿Cómo pudo saberlo?

—Mi mamá no sabe ese lado tuyo —se burla—y me tildaba a mí de la rebelde que se escapaba a ver al novio.

—Pero sí lo hacías…

—Sí, pero no sabe la otra joyita que tiene por hija, besándose con chicos de dieciocho.

—Ya cállate, además ellos pensaban que éramos gemelas porque te quedaste enana y tienes cara de niña —ríe.

—En fin, tengo que confesar que el tiempo de Eddy está contado, porque si ahora que estás con él, que te has ganado su atención te empieza a gustar otro significa que tu amor hacia Eddy no es tan fuerte como piensas o ha disminuido con el tiempo. Y no intentes aferrarte a algo que simplemente no se va a dar.

Aunque tenga razón, es imposible que me guste mi cupido.

Esta llamada me ha dejado más confundida que antes. Quiero creer que lo quiero como un hermano más.

Las clases terminan y como prometió Eddy, me esperó a que terminara mi trabajo en el periódico escolar para llevarme de vuelta.

—¿Quieres ir por un helado? —estaba por asentir, luego recordé a Lay y el remolino de pensamientos llegaron arrasando en mi mente todo a su paso.

—Eh… no, mejor comamos el que tengo en casa —asiente y enciende el auto para partir.

Pasamos la tarde viendo películas una escogida por él y una por mí. Lay apareció un par de horas después y al ver que Eddy estaba presente, prefirió irse a mi habitación.

Afuera aun llovía por lo que me imagino no voló y usó el transporte público.

Me sentí realmente mal cuando lo vi temblando y pálido al punto de desmayarse esta mañana.

—¿En qué piensas? —niego—estás distraída ¿no te gusta la película?

—Es interesante —ríe pausándola.

—No te gusta —sonrío avergonzada—no pasa nada —pasa su brazo sobre mis hombros y me atrae hacia él—¿irás a la excursión al museo?

—Si, solo necesito la firma de alguno de mis padres y lo entrego mañana ¿tu irás? —asiente acercándose a mi oído, tomando un mechón entre sus labios y lo jala riendo por su bobería.

—Te apartaré asiento a mi lado.

—Vaya, Erick se molestará de que le esté robando a su amigo —ríe llevando su cabeza hacia atrás con diversión.

—Me vale tres hectáreas su molestia, el hace lo mismo cuando está con una chica.

—Siempre supiste que él no me agradaba ¿cierto? —se acomoda en el sofá mirándome desde su altura.

—Aunque lo dudes ahora, yo siempre te miraba y sí, notaba como te comportabas de una forma diferente cuando él se te acercaba y es que conozco a Erick, cuando le gusta alguien quiere demostrar todo su amor… por eso lo apartaba cada vez que intentaba acercarse a ti.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.