Cupido Rebelde

Capítulo 31

Bianca

Viernes, 14 de diciembre 2:30 p.m.

Dos semanas han pasado desde nuestro acuerdo y aunque no lo quiera admitir, las cosas han cambiado, ya no duerme conmigo, se ha ido no se adónde y ya no pasamos tanto tiempo como antes porque o él está trabajando o yo ahora me junto con Eddy y Lisa.

Claro que en el fondo de mis pensamientos aún tengo ese deseo de estar con Lay.

Después de nuestro paseo Eddy, Lisa y yo casi todos los días nos reunimos en casa de alguno o en alguna cafetería o en la heladería incluyendo a Lay en nuestro grupo.

También Eduardo y Lisa se están llevando mejor que antes y se nos une de vez en cuando.

Había entendido por lo que me contó Lisa que no se llevaban bien porque sabía su secreto, pero el mismo Eduardo me contó todo y es que ellos se llevaban bien hasta que él se enteró por curiosidad al leer su diario, Lisa se enojó mucho quitándole el habla y dejándolo solo en la escuela. Él decidió ignorarla también y esa es la razón, pero su pelea empeoró cuando Edu se hizo mi amigo y ella temía que me contará la verdad.

Es un cambio radical que nos ha sentado mucho mejor de lo que creíamos.

—Ahora que estamos bien, deberíamos pasar navidad juntos —justo ahora estamos en la nueva cafetería al final de la calle donde está la heladería.

—Que emocionada estás prima —le saca el dedo haciendo reír a Eduardo.

—No saben cuánto extraño las navidades en una casa y al día siguiente pasar el día en pijamas.

—Teníamos doce, ya vamos para dieciocho Lisa —hace un puchero que nos incomoda.

—No has cambiado nada, sigues siendo persuasiva —niego—por mi está bien.

Ambas miramos a Eddy que niega, se retuerce por nuestra intensidad.

—Bien —sus hombros caen.

—Qué bueno que aceptaron porque ya mandé a pedir las pijamas, llegan el jueves —rodamos los ojos sin creer que hayamos caído—Tú también primo —lo abraza incomodándolo.

—Oye Bianca ¿y Lay? ya no lo vemos mucho juntos —comenta Eddy.

—Nos llevamos bien, pero últimamente estamos muy ocupados y ahora más que estamos estudiando para las pruebas de admisión…—los tres me miran incrédulos—¿Qué?

—Aunque se lleven bien, sabemos que se están evitando.

—No es cierto.

—Eddy me contó que a Lay le gustas —fulmino al bocón—y sinceramente se nota que aun muere por ti y tú por él.

—Bueno él no quiere nada, además estamos por graduarnos, él se irá, yo iré a la universidad.

—Excusas —Lisa me calla.

—¿Quieres que hable con él? Tal vez me escuché —sugiere Eddy, pero niego.

—No te molestes.

Termino de tomar mi café y me levanto despidiéndome de los chicos.

De camino a casa en autobús porque Lisa y Eddy decidieron ir por mí; le escribo a Lay diciéndole que me iré a la ciudad este fin para ver a mi hermana, que si quiere puede dormir en mi cuarto. Se que duerme a la intemperie y no le he dicho que vuelva porque conozco su orgullo, pero me hace sentir mal que pase frío y más en estos días que anda lloviendo.

Me contesta con un gracias.

Recojo la maleta que preparé y me subo a mi auto partiendo hacia la ciudad, no sin antes pasar por el trabajo de mi papá por dinero.

Me encanta ver mi pueblo en estas épocas, las calles y casas decoradas con luces y muñecos navideños. La nuestra se podría decir que es la única sin decorar porque eso siempre lo hacíamos con Blanca, ahora mis padres ni se acuerdan y yo tendré que decorarlo sola.

Subo el volumen a la música mientras canto feliz.

Si me gusta cómo está el pueblo en estas fechas, amo como se ve la ciudad y el árbol que está el en centro de la ciudad es bellísimo y gigante.

Llego a la residencia y subo esperando encontrarla.

Le escribo enojada porque me dijo que estaría libre en la tarde.

“Perdón, ayer pedí el día para comprar algunos regalos y tuve que trabajar hoy porque no tendré día libre hasta año nuevo

Ven al hospital por la llave”

“Gracias hermana haciéndome conducir de más”

Por lo menos aún es de día y puedo pasear por el centro.

El hospital es inmenso, también está decorado con luces navideñas y un árbol grande. Me acerco a la recepcionista que me sonríe como si me conociera.

—Blanca te buscan en el área de observación —sonrío con nerviosismo.

—En realidad soy la hermana menor de Blanca —me mira fijamente y se sorprende.

—Ay perdón, es que son casi iguales —sonrío acostumbrada a escuchar eso.

—Quería preguntarle si sabe ¿Dónde se encuentra?

—Debería estar en el ala de observación, déjame llamarla —saca su celular y le marca mientras me mira con una sonrisa—son iguales, me ha hablado mucho de ti, te llamas Bianca ¿no?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.