Capítulo 35

Lay

Sábado, 12 de enero 2:17 p.m.

Sabía que esto pasaría, debí haber aprovechado el momento y no ser un estúpido miedoso y cobarde, creyendo que nos protegeríamos si no aceptaba nuestros sentimientos.

Tengo que volver a la agencia y odio admitir que tengo miedo y no por lo que me pase sino porque una vez que me vaya no volveré a ver a Bianca.

Por eso tengo que decirle mi plan y aunque ella lo sabe, sé que la destrozará saberlo.

Camino por el pueblo ya que al no tener nada que hacer porque Bianca no está y el único amigo que tengo que es Eduardo tampoco, no me queda de otra que estar solo.

Podría haberme quedado en el cuarto de Bianca, pero su madre andaba rondando la casa y ella con su buen oído me pone nervioso.

Este pueblo es demasiado aburrido, tanto que hasta le pedí a mi jefe trabajar, pero dijo que no me necesita hoy.

No me queda de otra que vagar por ahí. Estoy practicando por si me castigan enviándome a ser un alma en pena, vagando por el mundo sin rumbo.

—Lay cupido —me giro sorprendido para recibirlo con una sonrisa.

—Goran —lo abrazo emocionado—tengo que hablar contigo urgente.

Me aparta sorprendido.

—Esta muestra de afecto tan repentina ¿a qué se debe?

—A que estoy emocionado —sacamos nuestras alas y volamos hasta el techo de las plazas.

Lo observo emocionado y nervioso a la vez, no sé si dejar que hable o hablar yo primero ya que si vino es por algo importante.

—Lay…

—Ya encontré mi cuerpo Goran, necesito que me ayudes a volver a la vida —hace una mueca.

—No sé si te pueda ayudar amigo—mi sonrisa poco a poco se borra—tienes los días contados, ya saben que rompiste las reglas y que sales con una humana.

—¿Qué?

Estuve yendo camino a mi puesto cuando escuché que la directora estaba hablando con uno de los del concejo de camino a la sala de juntas por lo que me escabullí para escuchar todo.

—Lay no ha cumplido con su labor y encima ha rebelado nuestras identidades, como Hall que también incumplió esa regla y lo perdonamos por ser uno de los primeros, por su culpa los humanos suponían que éramos dioses inventados por ellos mismos.

—Pero hay que agregar que Lay también sale con la humana, otra regla incumplida.

—Ha seguido los pasos de Hall Cupi… Hall —golpean la mesa con fuerza.

—Quiero que busquen a ese cupido rebelde y lo traigan, no va a causar más estragos, le hemos perdonados demasiadas faltas, no vamos a perdonar más.

—Sandra Cupido ordena la captura de Lay cupido lo más pronto posible —esta asiente levantándose junto a ellos.

En cuanto se fueron corrí a su oficina y le pedí explicación.

Me comentó que al ver que no volvías a la agencia, decidieron enviar a un cupido a investigar encontrándose con que has roto muchas reglas.

—Por ahora necesitamos traerlo, ya veré si puedo apelar por él, sabes que le tengo cariño por más que sea rebelde.

—¿Puedo ir yo a buscarlo? Por favor, lo mejor es que sea un amigo cercano a alguien cualquiera —me sonríe.

—Está bien, por favor convéncelo de regresar, lo mejor para él es venir por su propio pie —asentí y salí en tu búsqueda.

—Y aquí estoy Lay cupido, pidiéndote que vuelvas a la agencia.

—Eso iba a hacer, necesito volver a la vida y necesito que me ayudes a hacerlo —niega.

—No puedo, no sé hacerlo, nunca había pasado algo así —mis ánimos caen como ráfaga.

—Entiendo, tendré que rogarle al concejo, ellos deben saber cómo hacerlo por algo son el concejo —asiente.

—Vamos…

—Espera… —lo detengo—tengo que despedirme.

—Despídete y vámonos.

—Ella no está aquí, regresa mañana —Goran resopla resignado—dame una semana, diles que en una semana regreso, lo juro —suplico alterado.

Se me están acabando las oportunidades y no puedo irme sin verla por última vez.

—No puedo prometerte nada, vendrán por ti a las malas.

—Por favor, convéncelos, prometo volver en una semana —suspira asintiendo.

—Haré lo que pueda—sonrío asintiendo—¿Qué se siente?

—¿Qué cosa?

—Salir con una humana ¿Qué se siente?

—Me hace sentir vivo, sentir cosas que no sabía que volvería a sentir.

—¿Vale la pena todo este riesgo?

—Cada maldito segundo —palmea mi hombro y se marcha volando.

Respiro hondo pensando como decírselo a Bianca.

Domingo, 13 de enero 6:40 p.m.