Cupido Rebelde

Capítulo 38

Bianca

Miércoles, 23 de enero 7:42 a.m.

No sé cómo me levanté para ir al colegio. Ahora mismo estoy aparcando en los estacionamientos y no quiero salir del auto.

No dormí en lo que quedó de la noche, porque no pude ¿Quién podría en este momento?

Ni siquiera me esforcé en maquillarme y vestirme bien, me puse lo primero que encontré porque si fuera por mí me quedaría todo el día llorando bajo las sábanas, sin embargo, eso preocuparía a mis padres.

Camino a modo robótico por los pasillos hasta mi casillero, mientras lo abro siento como rodean mi cintura y depositan un beso en mi mejilla.

—-Hola dulce novia —me giro sorprendida, encontrándome con la sonrisa radiante de Eddy, esa que un día me enloqueció.

—Eddy ¿Qué haces?

—Pues saludarte, te ves cansada, me imagino —acaricia mi mejilla dejándome pasmada—eso de salir en la madrugada solo se te ocurre a ti.

—Yo… eh… —no me salen las palabras.

Se está tomando muy enserio esto de fingir ser mi novio, pero no era necesario.

—Chicos ¿Cómo pasó esto? —pregunta Lisa entre sorprendida y feliz.

Quiero decir que no tengo idea, pero si la tengo, lo que no tengo es ¿por qué, el finge ser mi novio si aún no olvido a Lay?

—Ayer me llamó pidiéndome salir y en ese momento se lo pedí, sin contenerme…

—Lay me dio la idea.

—¿Quién es Lay? —pregunta Lisa y el resto de los chicos me miran expectante.

Retrocedo atónita hasta chocar con el casillero.

—Bianca ¿Qué ocurre? —pregunta Eddy preocupado.

—Es que… tengo que ir al baño —corro por los pasillos alejándome de ellos, pero me tropiezo con alguien.

—Tranquila Usain Bolt ¿Cuál es la prisa? —Eduardo me ayuda a levantarme.

—Edu, ¿tu conoces a Lay? Lay Ramson.

—¿Debo hacerlo? —pregunta confundido a lo que niego siguiendo mi camino.

Nadie lo recuerda, salvo yo.

¿Por qué?

Miles de teorías me vienen a la cabeza, pero no hay nadie quien pueda verificarlas.

Me salto las clases y me voy a la biblioteca a escribir lo que sucede por si llego a olvidar las cosas. Aunque duele, agradezco no olvidarlo y espero no hacerlo. No tengo idea de que sucede, pero estaré a su lado siempre que pueda.

Por otro lado, está Eddy, cree que tenemos una relación y no quiero darle falsas esperanzas, porque no lo quiero como antes y tampoco quiero dañarlo con mis falsos sentimientos. Pero no creo poder terminarlo sin estar segura de que Nicolas ha despertado porque si no lo ha hecho no serviría de nada todo esto.

Me levanto decida a ir a la ciudad por respuestas, pero así mismo como me levanto, me siento pensándolo bien.

No puedo ir así de imprevisto, fui el lunes, creerán que estoy desesperada y a falta de juicio, aunque si lo esté y nadie pueda comprenderme.

Llamo a mi hermana que es la fuente más cercana a él.

—Bianca, ¿Qué haces llamándome a esta hora? ¿No deberías estar en clases?

—Si, pero es que necesito saber cómo está Lay ¿algún avance?

—¿Quién es Lay?

—Digo Nicolas —me golpeo la frente.

—Al parecer ha tenido un avance, su madre sintió que movió la mano —suspiro aliviada—están haciéndole análisis, si salen mejor que antes, verán la posibilidad de buscar medidas para que despierte.

—Que alivio.

—Tú, hermana, ¿Algo que contarme? Papá me llamó enojado conmigo porque te escapaste, que te he enseñado todo lo malo y otras cosas más, dame una razón para no enojarme contigo.

No me queda de otra que seguir con esto.

—Eddy y yo somos novios —silencio del otro lado.

—No te oyes feliz.

—Lo estoy, lo estoy, pero estoy cansada, por eso.

—Mmm… ¿Qué hicieron en esa escapada que te dejo tan cansada?

—Nada cochina.

—Usa protección hermanita, hay muchas ETS —le cuelgo antes que se ponga intensa.

Suspiro aliviada de saber que hay una posibilidad de que despierte, pero aun así la duda de que yo sea la única que lo recuerda no me deja tranquila.

Meses después

Sábado, 27 de noviembre, 4:42 p.m.

Desde que Blanca me habló del avance de Nicolas, no ha habido más nada. Su madre no ha perdido las esperanzas y yo tampoco, no dejaré de ir; como hoy aprovechando que estoy haciendo unos trámites cerca del hospital y paso a verlo.

Eh intentado no ir todas las semanas porque no quiero asustar a la señora Cristina y tengo que cuidar mi relación con Eddy mientras dure Nicolas en coma, además de que estamos en la universidad y el tiempo es limitado, más ahora que estudio medicina.

Me siento mal por usarlo, pero es un fin bueno el que está haciendo Eddy por Lay y siempre se lo agradeceré.

¿Cuándo va a despertar? No se supone que ya lo haría.

¿Cuesta tanto volver a la vida?

Son preguntas que nadie me resolverá.

Camino hacia el hospital por venir en autobús, ahora que vivo en la ciudad mi hermana me ha quitado el auto y ni siquiera lo necesita porque sale con su novio que tiene auto.

En lo que le envío un mensaje a Eddy avisándole que llegaré tarde a nuestra cita cuando me tropiezo con alguien.

—Perdón no lo vi —levanto la mirada viendo al muchacho pelirrojo con pecas bien marcadas mirarme fijamente.

—No te preocupes, estoy bien.

—No creo —le señalo el café que le eché encima.

—Tranquila ya se secará —me sonríe—adiós, Bianca.

Pasa a mi lado dejándome con una interrogante. ¿Le dije mi nombre?

—Espera —lo persigo deteniéndolo—¿Me conoces?

—Si.

—¿De dónde? —sonríe.

—Me llamo Goran —estrecho su mano en lo que recuerdo.

—Eres amigo de Lay —sonríe ampliamente.

—Veo que no has olvidado nada —lo sujeto del brazo con fuerza—me lastimas.

—Lo siento, pero tengo dudas, muchas ¿Por qué solo yo lo recuerdo? ¿Cuándo despertará? ¿funcionó mi relación con Eddy?

—El despertará, solo ten paciencia e hiciste todo bien, no te preocupes por más —mira mi cuello, el collar que Lay me regaló lo adorna. Sonríe—bonito collar, cuídalo mucho.




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