Cura de un corazón roto

Capítulo 14

 

—Creo que esto será todo lo que necesito. —Dijo Patrick cuando termino de arreglar la mochila que se llevaría al viaje con Sophie, según la mujer, estarían ahí todo el fin de semana, debido a que su abuelo le había puesto una condición, debía estar ahí todo el tiempo que durara la celebración de su cumpleaños o no escucharía lo que la pelirroja quería pedirle, a pesar de que Sophie en un principio se negó, termino aceptando, era la única oportunidad para continuar avanzando en su proyecto y no dejaría que una petición absurda la detuviera.

—¿Ya terminaste de prepárate hijo? —Cuestiono su madre asomando la cabeza por la puerta de su habitación, al escucharla, Patrick miro a su teléfono para checar la hora, al ver lo temprano que era volteo a ver a su progenitora con una mirada de desaprobación

—Madre, son las cuatro de la madrugada, deberías estar durmiendo.

—Lo sé, pero quería verte antes de que te fueras a tus vacaciones.

—No sé qué te habrá dicho Kate, pero no son vacaciones, es un viaje para asegurar una inversión. —Explicó Pat sin evitar sonar cansado, se había levantado a las tres de la mañana para tomar un baño y preparar lo necesario para el viaje, además, las tres personas a las que les había contado lo de ese viaje creían que eran vacaciones

—Entiendo eso Pat, pero tambien podrías aprovecharlo para relajarte un poco. —Señaló su madre—. No te preocupes por Kate, yo la cuidare.

—Gracias, lo que más me preocupa es dejarla sola, usualmente los fines de semanas es mi turno de cuidarla. —Dijo el chico, si bien su hermana le había casi amenazado con aceptar acompañar a Sophie, no podía evitar sentirse mal, sobre todo porque los fines de semana era los únicos días que su madre descansaba.

Una vez que su madre volvió a su habitación, Pat salió de la casa con su mochila a cuestas, las calles aún se miraban oscuras, Sophie fue quien puso el horario para partir, debido a la lejanía del lugar debían irse temprano y, según su reloj, a Pat solo le quedaban unos minutos para llegar al punto de encuentro.

Sophie ya lo estaba esperando cuando llegó, estaba afuera de su auto bebiendo un café mientras revisaba algunas cosas en su celular, el joven no pudo más que admirarla por ser lo suficientemente valiente para estar en una calle oscura con su teléfono afuera y con ese auto tan lujoso.

—Buenos días Sophie. —Saludo Pat cuando estuvo cerca de ella, Sophie levanto la mirada de su aparato asintiendo a su saludo

—Buenos días Patrick. —Dijo volviendo a guardar su teléfono en su bolsillo, fue ahí cuando Pat se dio cuenta que la mujer vestía ropa informal, cosa que lo extraño, siempre la había visto con ropas formales, se veía muy bien—. ¿Listo para irnos?

—Claro.

—Puedes poner tu mochila en los asientos traseros. —Señaló Sophie, el chico lo hizo y cuando regreso su mirada al frente se encontró con un termo de café frente a su cara—. Me tome la libertad de comprar café.

—Muchas gracias Sophie.

—Yo debo agradecerte por acompañarme. —Dijo mirando hacia la mochila que el chico había llevado, era la misma que usaba cuando trabajaba en el restaurante, aunque actualmente se veía un poco más maltratada, Pat noto la mirada que la pelirroja le estaba dando a su mochila, así que después de darle un trago a su café le dirigió la palabra

—Se ve horrible, ¿Verdad?, no he tenido tiempo para llevarla a reparar.

—Lamento ser entrometida, pero, ¿Por qué no te compras otra?

—Todos me dicen lo mismo, pero le tengo mucho cariño a esta mochila, antes de enfermarse, mi hermana la compro con su primer sueldo vendiendo dulces y me la regalo en uno de mis cumpleaños. —Respondió Pat sin sonar ofendido por la pregunta, Sophie puso en marcha el vehículo comenzando a conducir por las calles de la ciudad—. ¿Qué tan lejos está la casa de tu abuelo?

—Si nos damos prisa estaremos ahí en unas cuatro horas.

—¿Cuatro horas?, tendremos que pensar en algo para matar el tiempo, odio viajar en silencio. —Dijo el chico paseando su mirada por el auto buscando algo que podría ayudarlo

—A mí me gusta el silencio. —Aclaró Sophie

—Pero a mí no, me recuerda a mi accidente y comienza a darme ansiedad. Tengo una idea, aprovechemos el largo viaje para conocernos mejor. —Señaló el joven, Sophie iba a negarse, pero antes de poder algo en contra de eso, Pat continúo hablando—. Me niego a aceptar un no por respuesta.

—De acuerdo Patrick, tú ganas. —Dijo la pelirroja soltando un suspiro, si eso ayudaba a que su empleado no se sintiera mal, lo tendría que hacer

—Muy bien, yo comienzo, así podrás ir pensando en lo que quieras compartir. —Antes de continuar hablando Pat tomo otro sorbo de su café, el cual estaba delicioso, seguramente era de esas cafeterías lujosas—. Nací y me crie en esta ciudad, soy el mayor de dos hermanos, soy ambidiestro y puedo aguantar la respiración bajo el agua por cinco minutos.

—¿Cinco minutos?, eso no puede ser posible.

—Lo es, mi padre solía llevarnos a la playa desde que éramos bebes, prácticamente supimos nadar antes de siquiera caminar. —Explicó el joven—. Veamos que más podría decirte, soy bilingüe, se conducir un auto y una motocicleta, pero soy incapaz de andar en bicicleta, gracias a eso tengo una gran cicatriz en mi pierna derecha.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.