Curvas Intrépidas

Tres

Sira dejó su vaso bruscamente sobre la barra cuando terminó su trago.

-Eso es...¡Excelente!-exclamó Cass. Sira la miró como si le hubiese salido un tercer ojo en la cara.

-¿De qué diablos hablas?.

Sira se reclinó sobre la barra. Lo primero que había hecho después de su encuentro con Niccolo fue llamar a Cass, aunque fuera ella quien la había dejado a solas con él, y decirle que necesitaba verla. Así que, lo primero que hicieron al llegar al hotel fue visitar el bar...Hacia ya varias horas...Y varios tragos.

-Quiere salir contigo, Sira. Tú le gustas, él te gusta, es excelente-Cass esbozó una sonrisa radiante.

-Cass, ¿tu trabajas para la misma escudería que yo verdad?-preguntó con un tono de voz dulce.

-Eso me informan-respondió Cass con una risita.

-¿Acaso te olvidaste lo que dice el contrato de trabajo respecto a salir con el personal de otras escuderias?-Cass parecía aun no comprender lo que Sira insinuaba, así que fue aún más específica- Trabajo para Wexford y Niccolo corre para Rosso-Cass formó una enorme "o" con la boca cuando comprendió.

-Tu madre no va a despedirte por salir con un chico-Cass se encogió de hombros con despreocupación.

-Tu misma te has encargado de repetir una y otra vez que detestas a las personas acomodadas, Cassidy, las reglas son las mismas para todo el equipo, incluyéndome a mí-determinó Sira.

-Pues entonces si deciden tener una cita nadie tiene porque saberlo-señaló Cass. Sabía lo mucho que le costaba a su amiga romper las reglas, sabia lo estructurada que era.

-No pienso seguir hablando sobre esto, Cass, es solo un chico y uno muy engreído, a decir verdad.

-No puedo creer que seas tan testaruda-rezongó su amiga.

Sira se encogió de hombros con desinterés. No importaba lo mucho que Cass insistiese, Sira tenía una política estricta con respecto a las citas y es que jamás había salido con compañeros de la universidad, mucho menos con colegas de trabajo, cualquier paso en falso podría generar una situación incómoda y eso no era lo que ella quería cuando apenas había vuelto al ruedo.

Por otra parte, era cierto que no se creía inmune a las consecuencias que acarrearía romper una de las cláusulas del contrato que había firmado con Wexford, el equipo podía pensar lo que quisiera sobre si ella estaba acomodada en su puesto, pero ser la hija de la directora ejecutiva en realidad no significaba nada. Durante toda su vida su madre solo se había dejado llevar por sus sentimientos en dos ocasiones respecto al trabajo: la primera fue cuando le consiguió una entrevista para trabajar en el equipo, la segunda había sido ese mismo día al ofrecerle un puesto que ella aun no merecía.

Estaba segura de que su madre no volvería a comportarse de tal manera. Una enorme discusión en el motorhome de Lenard le había asegurado aquello; Anne había aceptado no favorecer a Sira de ninguna forma.

Si salía con Niccolo y se corría la voz la despedirían.

Y no estaba dispuesta a sacrificar su puesto por un chico.

-Señoritas-sonrió cuando escuchó aquella voz.

-Lenard-murmuró.

-No esperaba encontrarlas aquí a estas horas-murmuró Lenard con tono acusador.

-Pues si nos encontrases a otras horas en un bar sería un poco alarmante-bromeó Cass.

-Debo decir que ni siquiera estoy seguro de que Sira tenga la edad suficiente para estar en un bar-replicó Lenard. Sira lo miró formando una enorme "o" con la boca.

-Eso fue un golpe bajo, sabes que ya cumplí los veintiuno-protestó Sira dándole un golpecito en el brazo.

-Ya, pero a mis ojos aún eres una niña-respondió él. Cass soltó una carcajada-¿Qué es lo gracioso, Cassidy?.

-Deberías ver a quien enamoró tu niñ...¡Ay!¿Qué sucede contigo?-exclamó Cass, Sira la había interrumpido con un fuerte pisotón.

-¿Conmigo? Nada, ¿Por qué?-respondió con expresión inocente. Lenard, que parecía no haberse enterado del percance entre las chicas, las interrumpió.

-Tengo mis sospechas, Sira tiene enloquecida a media parrilla por su llegada.

-¿Que?.

-Por favor Sira, debe ser grandioso tener a varios pilotos ardientes detrás tuyo-murmuró Cass entre risitas.

-¿Tienes algún problema hoy que ríes tanto?-preguntó Sira mordazmente.

-Pues no, la verdad. ¿Cómo sabes eso, Lenard?-preguntó Cass mirando a Sira con un destello travieso en sus ojos.

-Escuche algunos comentarios, aunque a mí no me han dicho nada personalmente-admitió el piloto.

-¿Comentarios de quién?-Cass no contenía su curiosidad jamás.

-¿No vas a detenerte hasta que lo diga verdad?-preguntó Lenard dirigiéndole a Sira una mirada cargada de pesar- Lo siento, no debí haberlo dicho-Sira no apartaba la vista de un punto del bar.

-Vamos, colaborare contigo, Niccolo estuvo viéndola todo el día hoy-acusó Cass.

-Suficiente. Me largo-Sira se levantó y empujo el taburete detrás de ella.

-Ya, lo siento, lo siento, no te vayas-murmuró su amiga tomándola de la mano-Siéntate, me portare bien.

-De acuerdo. ¿Y tu?¿Que haces aquí a esta hora? Deberías estar descansando para la carrera de mañana-dijo Sira con tono acusador. Lenard se encogió de hombros.

-Estaba un poco inquieto por el estrés.

-¿Estrés?.

Sira comprendió su error cuando Lenard apartó la mirada de ellas y Cass agachó la cabeza, él estaba allí por las mismas razones que ellas dos. Él también estaba angustiado por el rendimiento del auto; y es que en los boxes se había armado un enorme revuelo cuando se hizo más que evidente, incluso para los otros equipos, el rebote que tenía el auto de él. Incluso aunque tomasen las primeras carreras como pruebas, ya había quedado en evidencia la debilidad del auto de este año.

-Lo siento-el susurro de Cass apenas se escuchó sobre la música del bar.

-No seas tonta, Cassidy-dijo Lenard restándole importancia con un ademan de mano, aunque el gesto salió tenso en esa situación-No eres la única trabajando en ese auto, además, es difícil adaptarse al auto en las primeras carreras, tú lo sabes.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.