Ya han pasado dos meses desde que mi padre, ese maldito cascarrabias, me ha mantenido encerrado en mi habitación, ya no se toma la molestia de revisar que siga consciente o funcionando. Tengo que escapar. Debo encontrar la forma de escapar, tengo mi ingenio y mi cuerpo de metal con mucho armamento, en mi habitación solo hay una ventana por la que no quepo desde mucho antes de ser un ciborg, pero da a un callejón vacío de día y noche. Podría agrandar la ventana con el arma laser o arrancando la ventana en la noche, mi padre se queda dormido profundamente al tocar su cama, ese no es problema grave, el verdadero problema y la principal razón por la que no he escapado después del primer fue que no llevo ropa, me llevaron a este infierno tal cuál como iba en esa exhibición, solo me taparon lo de ciborg con esos trajes de cuerpo completo con un cierre, mi ropa está en quién sabe dónde y jamás pensé en dejar ropa de emergencia en mi habitación como hacía a menudo, el cascarrabias revisaba mi armario y me quitaba lo que veía malo o indecente, la mitad de lo que yo compraba, y como forma de respuesta escondía esa ropa en muchos sitios ocultos o difíciles de alcanzar.
No puedo salir a la calle así, ni en la noche, que haya menos luz no me hace invisible o discreto, ya ha empezado a llover y en segundos me moriría. Está el armario de los abrigos, está al lado de mi habitación. Podría intentar hacer un agujero en la pared con el láser, no es tan ruidoso y el único peligro es cortar la ropa por la mitad, el señor Redfield lo ajustó a poca distancia por si perdía el control. Todavía me queda esperar a que anochezca, a las nueve de la noche ya debería estar dormido y me dejaría escapar sin problemas.
Esperar cinco horas no es lo mismo, pasaron de ser lentas a eternas cuando paso de estar resignado a estar aquí pudriéndome a planear un escape. La luz de la luna reflejada y los ronquidos de mi padre me dan la señal para iniciar el plan. La primera parte me asusta más que cualquiera, si fallo mi escape será imposible, cortar el hoyo en el agujero. Como parte de mis brazos y mis manos están forradas de piel falsa con mis propias huellas digitales, para sacar los láseres debo jalar mi mano hacia arriba, en donde acaba la piel falsa se abre un espacio con los láseres, esos señores son fans de caricaturas de robots. Por más que no debería sentir nada del cuello para abajo, al exponer el arma láser se siente como si me dieran una descarga leve de energía, apunto a la pared viendo cómo la pequeña línea verde que es producto de mí cuerpo deja una marca negra al pasar por los bordes del círculo marcado y es perfectamente circular gracias a mi parte robótica.
Es la primera vez que veo el armario de la casa como una mina de oro y no como una catacumba con ropa que nadie usa, si uso las botas para la lluvia y una gabardina puedo pasar desapercibido, incluso podría usar unas medias que papá conserva de mamá para que no vean mis piernas, prefiero que se burlen de mí a que quede mojado, no quiero averiguar lo que les pasa a los ciborgs y androides al mojarse. Me pongo todo eso y antes de salir me guardo la foto de mamá en un espacio pequeño en mi abdomen, Lewis dijo que sirve para ventilarme. Me veo en el espejo que al viejo no se le ocurrió tirar por ahí, me veo algo sospechoso, pero discreto.
Una profunda tos me asusta y amenaza con echar abajo mi plan, mi padre se ha levantado, puedo escuchar sus pasos acercándose a mí. Al ver la sombra de sus pies por debajo de la alfombra me detengo y me quito las botas para evitar sus rechinidos que hacen con sólo tocarlas. Me acerco a la puerta, lo que hago cuando viene a verme cada semana si eso quiere, y suelto un bufido al ver que se trata de él. El método funciona bien.
— Algún día lo entenderás, una máquina como tú tiene mucho tiempo —otra vez me trata como si no fuera una persona.
— ¡Púdrete!
Vuelve a su habitación entre gruñidos y me deja solo, dejé de rogarle hace un mes por comprensión, jamás va a cambiar y no hace el intento de tolerar y aceptar, todo tiene que ajustarse a su visión.
Ya debería dejar de enfocarme en él, mi escape es la prioridad. Mi disfraz ya está listo, con ponerme una gorra que tengo desde niño para protegerme de la lluvia es suficiente.
Ahora el problema es cómo saldré por esa ventana, no puedo hacer un agujero en la pared, caería sobre la casa de al frente y sería todo un desastre. El problema al pasar es la barra de hierro a la mitad, he intentado pasar mis piernas y brazos por ahí y tienen espacio de sombra; con mi torso es diferente, mis medidas son más anchas en ambas miradas (descubrí hace tiempo que todas mis medidas y un modelo 3D de mí están en mi mente, también puedo calcular distancias con sólo ver el objeto o el lugar). Podría cortar la barra de hierro si no fuera por el cristal, el ruido que provoca sería poco, si el láser chocará con el vidrio, este podría encajarse en mí y mi parte humana es la más vulnerable, en lo demás resistiría el daño o el cristal solo se resbalaría. Necesito una navaja u objeto filoso que pueda cortar el vidrio, la lluvia ocultará el sonido del vidrio cayendo afuera. Mi cuerpo no tiene nada útil, las placas no tienen filo y es imposible separar la placa de ventilación de mí. En mi habitación no hay mucho, mi cama es de madera con un colchón sin resortes, tengo una lámpara hecha de botellas de plástico, más muebles de madera y el robot que pude comprar en la exhibición y esconder en mi ventilación por lo pequeño que es, Lewis me dijo que tuviera cuidado con esa cosa, sí estaba producido en masa significaba que no estaba tan bien hecho, tal vez fue porque al abrirse Lewis terminó con una pequeña cortada en el dedo por acercarse demasiado… ¡Eso es! Puedo separar la placa de uno de sus brazos y usarla para cortar el cristal. Pero no quiero dañar al pequeño robot, si tiene algún defecto puede que…