El jardín de la casa de Grace es gigantesco y lleno de naturaleza. Grace y yo estamos en una banca hablando y alabando las plantas tan hermosas, tanta naturaleza me hace sentir realmente vivo, no como un androide encendido o mi yo ciborg experimentando la vida como un humano. Siento que realmente pertenezco a la naturaleza y soy un ser netamente vivo, con una conexión mayor que la que tengo con la música.
— Papá ya ha de estar abriendo el champagne, si no fuera por su presión y el hígado bebería dos botellas al día —conocer a los padres de Grace fue incómodo, ellos ya saben que soy un androide, son tan unidos a mi padre que se confían secretos muy importantes, y es la razón por la que no revisaron mis bolsillos buscando un condón, pero me consideran una persona, sea de metal o no.
— ¿Y cuánto bebe el día? Una vez lo vi llenar una copa entera para él y llevarse la botella —es una anécdota graciosa, bajé a la cocina por los rollitos de queso mana y vi a su padre tomando la botella, me vio y solo dijo que no le dijera a la Señora Davidson.
— Dos copas al día, le ayuda a inspirarse y hacer más ameno el trabajo.
— Papá prefiere el café, aunque Akiro se queja del olor y dice que es mejor el té, casi siempre terminan preparando un agua de sabor —ellos son muy unidos, son hermanos de otra madre; y, como los hermanos, se pelean por trivialidades y desacuerdos en diseño—. Una ventaja de volver a ser androide es que yo y Satoru no nos tenemos que poner de un lado.
— ¿Preferirías el té o el café? Son opuestos si lo ves de esta forma, el café te despierta y el té puede dormirte.
— Lo sé, lo hiciste en mi cumpleaños para montar ese juego para encontrar mi regalo.
— Perdón, pero el prototipo de Chip no se callaba —recuerdo que me sirvió té de limón en plena tarde y como no lo había probado caí en la trampa, al despertar estaba en mi cama y con parte de la mansión con pistas y acertijos para encontrar mi regalo—. No te desvíes, ¿Té o café?
— No le digas a mi papá, pero prefiero el té, el café me pone más activo de lo que mi cabeza puede procesar.
— Oye, quiero saber cómo llevas lo de volver a ser androide, juro que no daré un sermón de que ser un androide es mejor y todo eso.
— Se siente… Bueno, no sé si decir que bueno o malo —siempre me siento confundido, siempre hay ventajas y desventajas—. Vuelvo a hacer el mismo Lewis del refugio tan encerrado en una caja, solo que soy una versión más moderna y tengo emociones.
— Leí por ahí que a veces volvemos a donde iniciamos, que es inevitable, tal vez te faltó algo que no viste, que dejaste a un lado.
— Pero ¿qué sería? Siento que aprendí lo que necesitaba.
— Tal vez te enfocaste demasiado en ser humano que no te preparaste para esto, para volver a ser un androide.
Tiene razón, cuando me volví un humano tiré a la basura cualquier relación con quién era, pensaba que ya no era relevante seguir usando funciones que no fueran interesantes. Como androide soy un desastre en sentido figurado, soy uno y no sé hacer lo más básico que cualquier androide y máquina sabe hacer mejor, procesar la información.
— Tienes razón, jamás he pensado en el Lewis androide, si mi papá no me hubiera puesto a practicar no sabría cómo funciono yo —recuerdo los primeros días de toda mi vida, son más borrosos y claros, tal vez sea un filtro que papá metió para que no estuviera todo el tiempo viendo eso o era la calidad de las cámaras de mis ojos, ahora en HD, practicaba cuando mi padre estaba presente y en mis tiempos libres me dedicaba a imitar a un humano—. Creo que ahora debo aceptar la realidad, siempre seré un androide.
— No tiene que ser malo, todos estamos limitados de cierta forma, mi madre dice que el libre albedrío es una mentira piadosa, que nuestras condiciones lo determinan —Grace me anima y si fuera por mí, estaría llorando. Solo que no siento que ser un androide sea tan malo, ya he sido uno y soy uno.
— Jamás dije que fuera malo, mi problema es que no sé qué hacer como androide y qué es lo que me hace diferente entre los androides. Solo sé que estoy actualizado con tecnología de 2021 y dejé de ser el androide parcialmente obsoleto.
— Para mí eras moderno, bueno, eras el primer androide que veía en mi vida…
— Lo sé, casi te mato del susto pensando que revelando el panel de la nuca era una gran idea —vuelvo a recordar el viaje, si fuera el nuevo yo el qué hubiera hecho la misión sería muy diferente… sobre todo mi respuesta al beso de Grace—. Pero me lo regresaste besándome sin razón.
— ¡Estaba celosa y no sé por qué! En ese entonces trataba de mirarte a los ojos sin sentirme agobiada —Grace se levanta para que no la vea reírse de la pena y la sigo, parando cuando me dice que volveremos a la incómoda conversación—. Ya volvamos antes de que se les acabe el vino, pensarán que estamos en el país del sexo. Quiero comer una bolsa de papitas, aunque no quieras verlo.
— Saben que soy un androide y somos responsables, no les preocupa —como hace una broma de la comida que quisiera echarme a la boca, me vengo tirándome al suelo, creo que dejé mi silueta exacta—. Oh, qué mal, mi batería se agota.
Ambos nos reímos y Grace trata de jalarme a la entrada, pero solo logra arrastrarme unos cuantos metros.
— ¿De qué estás hecho ahora? Antes eras más ligero —por un minuto Grace considera patearme, impulsa el pie hacia atrás y después se arrepiente.