Satoru_5

Mason me convenció de ir a su casa, tenemos que hacer el proyecto en su casa por lo extenso que es y en la escuela no nos dejarán quedarnos por el castigo del otro día, no me queda más alternativa, confío en él, pero no en su padre, solo pasar por el edificio de su empresa me causa un gran miedo, si tuviera vello se me erizaba. Mi creador no puede estar más preocupado, el señor Redfield no deja de decir que entraré a la boca del lobo, ya tengo el rastreador instalado y Lewis está listo para detectar una anormalidad en mis horarios, le tengo que decir lo que estoy haciendo cada 15 minutos, solo por precaución. Tengo un artefacto que bloquea los imanes y los detectores de metales, no son pocos los rumores sobre la protección exagerada en la mansión de los Mayson, desde detectores de metales hasta pruebas de PH, entrar es una hazaña digna de admirar. En mi mochila solo puedo llevar los materiales para el proyecto, no puedo llevar repuestos ni nada que pueda llamar la atención y llevo dos cambios de ropa por si estoy demasiado expuesto, dos horas antes de que Mason me recoja termino de cargarme por si la casa está hecha para gastar mi batería deprisa, nunca se sabe.

— Recuerda llamarme si te sientes en peligro, estaremos disponibles todo el día, tenemos que descansar antes de iniciar los estudios de Nathan y el jefe de Hanko nos encargó tu seguridad sabiendo que posiblemente Mayson Industries, y es muy probable, sean quienes están hurtando a los androides. Debes tener mucho cuidado, luego nos encargaremos de investigarlos, tú encárgate del proyecto para que saques una calificación perfecta.

— Y divertirse —agrega el señor Redfield.

— Sí, eso —mi creador no se ha acostumbrado al estilo de vida menos exigente para dar paso a la espontaneidad—. Haz todo lo posible para salir en una pieza de ese lugar, no confío en esa copia de seguridad.

— Funciona muy bien, lo ha hecho dos veces con Lewis, no veo el problema de intentarlo con Satoru, no digo que lo destruyamos para intentarlo, es una alternativa.

— No confío en que esa copia sea mi Satoru, será la última alternativa —voltea hacia mí dándome un taser de defensa personal, confiándomela—. Por si se te acercan para hacer cosas sospechosas, o si descubren que eres un androide e intentan evaluar tus sistemas.

Me quedo viendo al señor Redfield pensando en que estaré bien, pero no lo hace y concuerda con mi creador.

— Tiene razón, puede ser muy peligroso, Kennet es mañoso por naturaleza, debes ser muy cuidadoso —se escucha el claxon de un carro afuera de la casa, se supone que Mason me va a llevar a su casa.

— Te veo en tres horas, hijo, sabes que te quiero mucho y si se dignan a dañarte le arrancaré la mano que le queda a ese desgraciado, mi padre me enseñó a dar un corte limpio con la katana —nos abrazamos y hago una recapitulación de todas sus órdenes y sugerencias.

— Gracias, papá, te quiero —le he dicho “papá” por primera vez, siempre me he referido a él como lo que es, mi creador, pero hoy quiero iniciar a decirle papá.

Tomo mi mochila y abro la puerta, en la calle ya hay un carro Tesla de último modelo, con Mason asomándose muy sonriente como cada que está conmigo. Volteo para ver a mi creador, que está sorprendido y le susurra al señor Redfield “¡Me dijo papá!”, que no parece sorprenderlo tanto. Mason lleva ropa menos pretenciosa y de marcas, solo lleva unos shorts de mezclilla y una camisa de manga larga que cubre toda su parte superior, no había notado que jamás muestra su abdomen, Alex dice que en natación siempre está cubierto alegando tener una cicatriz fea. Me subo y lo saludo dudando.

— Ya esperaba verte, no creo que tu padre te deje, pero tengo planeado ver una película, sin helado —ya tengo el primer inconveniente, otra vez tengo que evitar la comida, si menciona nadar en su piscina, que Alex especula que tiene el mismo tamaño de una piscina olímpica, tendré que usar todas las excusas posibles y me voy a delatar—. ¿Qué opinas?

— Me gustaría, pero mi padre me mandaría de vuelta a Japón si se entera, él no se ha acostumbrado a Estados Unidos, yo me he adaptado más fácil.

— Entiendo, pero podemos escuchar música en lo que terminamos, no todo es estudios y trabajo —su expresión cambia en milésimas de segundos—. Mis padres se negaron a dejarme la casa sola, querrán acosarte como solo ellos saben y cómo eres hijo de la competencia intentarán sacarte información, saluda y nos vamos a mi habitación lejos de ellos para que no nos acosen.

— Tal vez intenten ser amables, mi padre saca el té especial traído de Osaka cada vez que Alex viene.

— Mis padres son diferentes, son opuestos a todo lo bueno y cómo eres hijo de la competencia harán lo posible para que te rompas, te van a aterrorizar tanto que te vas a orinar del susto —agradezco no ser humano o me hubiera pasado muchas veces—. Tienes que decir lo poco posible, hazte el tonto y no demuestres que sabes algo que él quiera saber, así empieza a sacarte información.

— Si quieres puedo hablar en japonés.

— Tiene un traductor, mi madre también.

— ¿Les pagan a dos sujetos para que traduzcan lo que dicen otros? —genero una imagen de los padres de Mason con dos japoneses en los extremos.

— No, tienen unos lentes capaces de traducir lo que dicen los demás, las lanzaron hace años.

— Jamás escuché de eso en Japón, casi todo es del país o tiene precios elevados en el caso de la fruta.