Todos corren a mi alrededor, no paran de gritar mi nombre. Los especialistas llegan a examinarme, la cámara de cristal se abre, y, sin siquiera intentarlo, mis poderes comienzan a manifestarse. Mi mano empieza a desvanecerse como si intentara desaparecer. A mi izquierda está JamePhu, mirándome con alegría, pero a la vez con confusión. Le pregunta a uno de los doctores por qué me pasa eso, a lo que él responde que es normal, luego de tanto tiempo reprimido, y que es una buena señal. Su rostro se relaja. Intento ponerme de pie y lo logro de inmediato.
—¿Me podría decir cuánto tiempo estaré despierto? —pregunto al doctor.
—No estamos seguros de eso aún, señor Laiot, pero por ahora hemos controlado el problema de crecimiento anormal —responde.
En medio de toda la euforia no había notado que, por alguna razón, ya no puedo escuchar a Lot. Me quedé sumido en mis pensamientos por unos segundos. ¿Qué estará pasando? Vuelvo en sí y veo al doctor esperando una respuesta.
—Entiendo, organice mi alta. Necesito retornar a mis labores lo antes posible.
—Todo está bajo control, Laiot. Liam ha hecho un buen trabajo. No te voy a negar que te necesitamos, aunque... —exclama JamePhu, haciéndome entender que algo no está bien.
—No dejes saber a nadie que he despertado aún.
—¿Ni siquiera a Ivette? —Mi expresión cambia al escuchar su nombre, y siento una presión en el corazón.
—No, mucho menos a ella. Todos se enterarán eventualmente. —JamePhu asiente, pero puedo notar la decepción en su rostro.
—Su alta estará lista en unas horas, señor. Le haremos un análisis primero —interrumpe el doctor.
—Comprendo, doctor —respondo.
Los sentimientos solo traen problemas. Enfocarnos en lo que verdaderamente importa siempre debe ser nuestra prioridad. El verdadero juego comienza ahora.
---
A través de los ojos de Ivette
Y finalmente despertó. El momento que tanto había esperado por fin llegó. Lo observo desde la distancia; el brillo de su mirada escaneando el entorno es cegador. Por unos segundos pensé en correr hacia él, pero sé muy bien que no quiere verme y que, después de este encuentro, solo me queda desaparecer de su vida. Qué ironía.
Los momentos vividos han sido muchos. ¿Cómo terminamos en esto? Él siempre, siempre supo la razón; más, sin embargo, yo no sabía nada, y probablemente por eso estoy en esta situación.
Quizás para muchos el amor es un sentimiento reconfortante, pero para mí es doloroso. Si bien disfruto el dolor —no puedo negarlo—, son sentimientos nuevos en mí. No esperaba que ese dolor fuera tan prolongado. Recordar cómo empezó todo hasta me da risa; el desarrollo y el desenlace me hacen enamorarme una y otra vez. Caería incluso si mi corazón sintiera miles de agujas a la vez, y lo repetiría sin dudarlo si el tiempo pudiera revertirse.
Desde el día en que llegué al gran CYDENT, fui a la fiesta de bienvenida, comencé mis estudios y todo lo demás. Esos días no se repiten en mi mente. Tengo que ser honesta: ha sido tanto tiempo anhelando su despertar que decidí borrar esos momentos de mi mente por un tiempo. Pero ahora que veo sus ojos, todos esos pensamientos vuelven a mí. Aquellos recuerdos, que para él no significaron nada, para mí lo fueron todo. Y lo siguen siendo.
Los recuerdos suelen aparecer de maneras inesperadas. Son tantas las formas que me atrevería a decir que son innumerables. Una canción puede hacerte revivir momentos tristes o felices, un aroma puede transportarte a lugares en los que has estado o recordarte algo que te gusta mucho o que detestas. Incluso la forma de vestir, de hablar o de reír de quienes te rodean puede hacerte revivir recuerdos que tal vez estaban muy, pero muy guardados en tu memoria.
Cuando miras a tu alrededor, todo lo que ves te recuerda algo, aunque sea insignificante, y tu cerebro decida ignorarlo... hasta que, en un momento clave de tu vida, ese recuerdo reaparece. Así me siento en estos momentos al ver tus ojos de nuevo. Mientras dormías y te hablaba, solo te contaba buenos momentos, aunque, por supuesto, no me escuchabas.
Tantas cosas llegan a mi mente que resulta agobiante. Para mí, nuestra verdadera historia comienza el día de la primera clase de orientación, cuando quise disculparme y terminé cayendo en tu juego.
Ivette, es mejor que te retires…
11:51PM
Me envía un mensaje de texto JamePhu.
Lo siento, pero ya tendrán oportunidad de hablar cuando se estabilice.
11:52PM
A lo que respondo:
Entiendo.
11:54PM
Mientras camino a mi casa, las lágrimas no paran de caer. Aunque me siento triste, son de alegría, o al menos eso creo. Me alegra que haya despertado. La noche se siente fría; por alguna razón, los destellos que usualmente adornan el cielo hoy no están. Sin embargo, las plantas brillan con intensidad, destacándose y dándome un extraño sentimiento de confort.
Al llegar a la casa, entro directamente al baño. Me ducho rápidamente para luego encerrarme en mi habitación. Me recuesto en la cama y, de repente, comienzo a escuchar una canción del siglo XXI. Parece que mi nuevo vecino está teniendo una reunión con amigos. Trato de ignorar la música y relajarme, haciendo una especie de respiración profunda que me enseñó mi mentora en el pequeño lado de CYDENT.