Durante lo que restaba del almuerzo siguieron platicando de diversas cosas, Arleth descubrió que Kae era la hermana mayor por cuatro minutos y treinta y ocho segundos, Cameron y Raziel eran de la clase cinco, ellos junto con Trevor y Kai formaban parte del equipo de baloncesto. Parecían emocionados por comenzar las prácticas para el intercolegial celebrado cada año.
Alelí era una chica risueña que venía de otra escuela, lo que resultó curioso al ser proveniente de una escuela de mujeres, la chica mencionó que se había cambiado por cuestiones laborales por parte de su padre, Olivia en cambio, se mantuvo callada y solo llegaba a hablar con los chicos, siendo en su mayoría Trevor quien se dirigiera a la joven. La campana sonó, haciendo que los estudiantes en el comedor se fueran dispersando para llegar a sus aulas.
— Entonces ¿Solo eres amiga de Trevor? — Kai se aventuró a preguntar cuando estuvo junto a la muchacha, ya que, el susodicho se había retirado con la excusa de acompañar a Olivia, como si fuera a perderse.
— Sí. — La chica contestó algo intimidada por la expresión seria que le daba Kai.
— ¡Estupendo! ¿Me pasas tu whatsapp? — Raziel sacó su celular, siendo imitado por Cameron. Ambos chicos venían haciendo escolta o algo similar.
— También lo quiero.
— ¡Eh! Un momento, ni siquiera lo tengo yo, pásamelo primero a mí, Leth. — Kae se apresuró a conseguir su teléfono, entregándolo a su amiga.
— Ah, sí... Pero lo dejé en la butaca, y no sé el número... — Arleth mencionó apenada, al mirar la carcasa del celular de Kae, era fascinante. Entregó el aparato a la chica.
— Tsk, entonces tu Facebook. — Cameron añadió con una amplia sonrisa.
— Arleth Bennett. — Observó como todos menos Kai buscaban en su celular.
— ¿Este? — Alelí le mostró la pantalla de su aparato, y Leth asintió al ver la imagen, la chica que aparecía no era ella, los otros chicos no añadieron nada, pues el buscador resultó más eficiente al tener como descripción "Un amigo en común".
Para ese momento, todos estaban añadiendo a Alelí y Leth en sus redes sociales, se notaban emocionados por explorar el perfil de Arleth, pues cuando separaron para entrar a su aula, Raziel y Cameron se despidieron con un "Apenas llegues a tu asiento, acéptanos".
La niña solo atinó a asentir y se despidió de los chicos, quienes como torbellino se alejaron para llegar a su salón. Cada uno fue a su lugar, y Leth se dio cuenta que Trevor aún no regresaba. Bueno, ya le contaría sobre su primera prueba real sobre la supervivencia adolescente escolar de 2020.
Arleth se dedicó a rebuscar en su butaca y al tomar su aparato lo desbloqueó con el dedo, había aprendido lo básico para poder mantenerse sin levantar sospechas de no saber usar un celular, entró a cada aplicación, Instagram y Facebook, aceptó la solicitud de todos sus nuevos amigos. Al final, el cosito ese era bastante intuitivo. Con una sonrisa, meditó en lo que encontraba en aquellos perfiles, una recreación completa de lo que sería una adolescente normal en 2020. Admiraba cada imagen, seguía causándole disgusto ver fotografías que nunca se tomó.
El ajetreo de los estudiantes sentándose fue lo que la regresó a la realidad, Trevor ya estaba a su lado y la saludó con una sonrisa, Arleth respondió al gesto e inspiró, la mañana estaba por acabar.
La chicharra sonó, avisando a todos que finalmente el primer día había terminado, todos comenzaban con su nueva rutina, despedirse de sus amigos y esperar a mañana para verlos. Kai ya se encontraba de pie junto a Kae, Trevor imitando a los demás se levantó para dirigirse a su pequeña amiga.
— ¿Lista, Leth? — La joven estaba empujando la silla al ras de la mesita, asintiendo con una ligera sonrisa.
— ¿Vamos directo a casa?
— Así es.
— Yo no le creería tanto. — Kae señaló con un gesto hacia la puerta, donde se podía notar a Olivia recargada en el marco.
— Bien, nos vemos mañana, Trevor. — Arleth hizo su intento de avanzar a la salida, pero Trevor la detuvo al tomarla del cuello del saco.
— De eso nada, le prometí a tu madre que te cuidaría.
— Sin vergüenza, siendo tú quien la pone en riesgo. — Kai sonrió ayudando a Leth a librarse del agarre de su amigo, aunque Olivia parecía dulce y tranquila, su expresión era para erizar la piel.