El silencio le parecía abrumador, rara vez estaban tan callados, pero bueno, después de encontrarse con su madre de esa forma no pensaba que Arleth fuera a tomarlo bien, la chica seguía llorando en silencio a pesar de haber dejado el celular hace unos cuantos minutos, Trevor levanto la mirada para poder encontrarse con la de ella.
— Es mi culpa... — Se le escucho bajo, ahogada, y sutilmente clara.
— No digas eso...
— Es mi culpa, fui totalmente egoísta tu madre comenzó a llorar así por mi capricho de querer verla... — Se acusaba al levantarse y comenzar a vagar de un lado a otro, en círculos sobre el pasillo que había entre su cama y su escritorio.
— Leth... — Trevor la observó con una mira herida, se sentía mal, no la culpaba, el verla triste le hacía sentir que no la protegía como prometió cuando era un niño.
— Estás en tu derecho de enfadarte, le hice daño a tu madre... No me basto con ver a Adam llorar, ni mucho menos de ver a Jonathan perturbado, soy una egoísta de primera, porque sabiendo eso, se me ocurrió presentarme frente a Amelia, tod- —Y el chico la interrumpió con un abrazo, incorporó en un solo acto, ahogando sus palabras, haciéndola ocultar su rostro en su pecho.
— Tranquila, todo estará bien, estoy contigo, Leth... — ¿Por qué Trevor no se enojaba? ¿Por qué no reclamaba? ¿Por qué se comportaba tan amable con ella? La impresión la hizo callar un momento, pero pronto se dio la confianza para aferrarse a su amigo y terminar llorando.
— Quería verla, deseaba tanto verla... — Decía con un tono de lamento, era uniforme, totalmente dolido.
— Lo sé... — El consuelo de Trevor se basaba en acariciar su cabello, frotar su espalda y darle palabras de aliento.
— Ella luce muy hermosa, Trevor... — Ambos sonrieron con cierta complicidad, Arleth se dio el lujo de aferrarse más a él y recargar su mejilla en el pectoral de su amigo.
— Eso también lo sé muy bien.
╭☀╮
Pasaron dos días desde que aceptó hablar con Jonathan, acordándose durante la tarde del sábado en casa del tutor.
Cameron y Noah no habían visto a su padre tan ajetreado, parecía que era una reunión de muchísima importancia para él, los chicos notaron como su padre revisaba el reloj a cada minuto, no sabían interpretar su estado, sin embargo, podrían definirlo como emoción y nerviosismo, Adam se encerró en la cocina preparando la comida de manera minuciosa, aquello era un banquete, a Noah no le parecía tan malo ver a su padre de nuevo corriendo por toda la casa, preguntando si se veía bien, si la comida estaba buena, si debía cambiar el agua del florero, a pesar de haberlo cambiado ya tres veces, le daba un deje de melancolía y felicidad al jovencito.
En casa de los Rosello, todo estaba perfectamente alineado, pulcro, Adam obligó a sus hijos asear sus cuartos, su ropa, el jardín, cada rincón de su hogar. Desde muy temprano comenzaron la rutina de limpieza.
Trevor y Arleth llegaron juntos, y para su sorpresa, Jonathan y su hijo ya estaban ahí hablando con los anfitriones en la sala, tuvieron una breve introducción de cada uno, saludándose cordialmente y con una sonrisa algo titubeante.
Para aquel momento, todos estaban cenando con un ambiente algo complicado de asimilar, a Arleth se le notaba la incomodidad, y como no sería así, si los dos adultos en la mesa no dejaban de observar sus movimientos. Los cuatro jóvenes restantes estaban intentando amenizar la ocasión, hablando entre ellos y comentando cosas sobre la escuela, pero no tenían respuesta o seguimiento de las dos personas, que estaban a dos líneas de ser llamados acosadores, con justa razón.
— ¿Entonces eres nieta de los Bennett? — La voz de Noah resaltó sobre bullido que se había montado por Cameron y Trevor. El más joven de los Rosello trataba de entender bien el motivo de la cena, además de la creciente curiosidad por saber más de la única mujer en la mesa. Jonathan y Adam clavaron su mirada en la chica, anticipando su contestación. Arleth, más que cohibida simplemente asintió al ver a Noah. — Cool, pensaba que los Bennett no tenían hijos.
Cameron le dio un rápido y certero codazo a Noah, su padre una mirada completamente reprobatoria, los Coleman optaron por mirarla a ella, mientras que Trevor apretó su mandíbula, observó a su amiga un momento, lucía apacible, pero él sabía que la chica no recibió bien aquel comentario.
Eso fue la apuñalada más letal que pudieron darle, no culpaba a Noah, aunque no quisiera aceptarlo, podría ser la realidad de muchas personas más, habían pasado treinta años desde que no estaba presente en la vida de sus padres, realmente parecería que no tuvieron hijos.
— Se fue hace mucho tiempo, es normal que no la recuerden. — Arleth no estaba segura de haberlo pensado o dicho en voz alta, siendo Jonathan quien le hizo ver, que en realidad lo había expresado.