D E S P E R T A R

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Observó su celular por unos segundos más, como si estuviera procesando lo que recién sucedió. ¿Acaso comenzaba a adaptarse a este nuevo mundo? ¿Esto era lo normal? 
Tener amigas, hablar con ellas y si se encontraban lejos, por medio de su cachivache tecnológico, poder verse, recordó que Kae le preguntó por sus amigos de Oxford, habría sido estupendo que los tuviera, que aquellos muchachos que aparecían en sus redes sociales fueran reales, pero... Siempre regresaba a lo mismo, su vida era una completa farsa.

 

Arleth empezaba a creer que lo único real en todo eso eran sus padres y Trevor, el muchacho había dejado claro que a él le importaba ella, se llamará como se llamará, ¿Eso pasaría con los demás si les contara la verdad? Si un día decidiera poner fin a esa gran mentira ¿Sería bien recibida por sus amigos?

 

Trato de no enfrascarse tanto en aquellos pensamientos, suspiró exasperada. El sonido del timbre la trajo de vuelta, bloqueó el aparato, lo guardó en su bolsillo. Salió de su habitación camino a la sala, mientras bajaba las escaleras pudo divisar a Elián y su madre.

 

—    Buenas tardes, señora Be-Estela. — La mirada reprobatoria de Estela cambio rápido a una sonrisa.

 

—    Mucho mejor, jovencito. — El chico sonrió tímidamente.

 

—    ¿Lista? — Elián se dirigió a Arleth, quien sencillamente asintió con una sonrisa, una sensación linda de emoción se encontró con ella.

 

—    Sí. — La chica contestó, dándose cuenta de que, de nuevo, miraba a Elián detenidamente, estaba vestido diferente, llevaba unos jeans negros con hoyos, similares en estilo a los que ella traía puestos, una playera negra de cuello alto, también la estaba fajada pues su cinturón se apreciaba. La diferencia radicaba en que Elián traía encima una chaqueta de mezclilla. 
El pensamiento de que se habían puesto a juego surcó la mente de Arleth.

 

—    Que guapos se ven los dos. — Estela sonrió con emoción, interpretó que el vestirse igual era parte del plan. — Dejen que les tome una fotografía.

 

—    Mamá...

 

—    No hay problema. — Elián obligó a la chica a colocarse a su lado, Arleth se puso roja en el instante, ya que, le parecía un contacto muy íntimo ¿Acaso ya se consideraban amigos cercanos? Visto que Elián le había confiado un gran "secreto" a ella. Al posar para la fotografía, Elián la puso a su lado dejándole el brazo sobre los hombros.

 

—    ¡Listo! — Estela se apresuró a tomar una fotografía de los chicos con su celular, Arleth supo que su madre sabía usar mejor aquel aparato que ella.

 

—    Traeré a Arleth sana y salva antes de las dos.

 

—    No lo dudo, tengan mucho cuidado, por favor, y cualquier cosa estaré pendiente al celular. — Los dos jóvenes asintieron, Leth se apresuró en besar la mejilla de su madre y abrazarla para salir junto con Elián de su casa.

 

—    Te ves... Linda. — Arleth esperó cualquier calificativo menos ese.

 

—    Pues gracias. — Sonrió con un tono carmesí, su corazón se sentía cálido. — También te ves, eh, lindo. — Elián no pudo evitar soltar una carcajada. Era graciosa.

 

—    Ahora, sube. — Sobre la calle, el muchacho ya estaba trepado en su motocicleta, la jovencita suspiró.

 

—    ¿En serio? ¿No podemos ir andando? — El chico simplemente le sonrió tendiéndole el casco rosa. A regañadientes, la jovencita lo tomó para ponérselo. Siendo incómodo por el peinado que traía quizás debió dejar su cabello suelto, de cualquier forma, la seguridad siempre sería primero y su cabello podía esperar.

 

—    Te ayudo. — Elián jaló el brazo derecho de Arleth para ayudarle a crear impulso y subir en el asiento trasero. — Agárrate fuerte. — Y no tuvo repetirlo para sentir los brazos de la joven alrededor de su cuerpo con una sonrisa de lado arrancó.

 

El aire comenzaba a estar fresco, Arleth se sorprendió por lo tranquilo y nada arriesgado estilo de manejo de Elián, y sabía que era porque iba con él. El muchacho manejaba con seguridad, hasta el porte le cambiaba como si fuera mayor y totalmente responsable, que lo era, pero parecía más adulto en esa motocicleta.

 

El camino a la casa de Tiana fue largo, Arleth descubrió más cambios en la ciudad, ya comenzaba a acostumbrarse de que todo fuese diferente, se encontraba con más de todo, autos, personas, cosas. No negaría que le parecía divertido descubrir las cosas nuevas que existían, además de asombrarse con todas las nuevas facilidades en el mundo. Literalmente todo estaba en un clic desde su celular.

 

La noche llegó, eran 7:15 p.m cuando llegaron a la cochera de una casa, Arleth sabía que cruzaron la ciudad para llegar. Se veían a jóvenes entrar y salir de dicha casa, música en alto, luces, voces, demasiado ruido. Sin embargo, la chica se sintió avergonzada y con ganas de esconderse, la gran parte de los jóvenes en la salida los observaban. Era una de esas mirada que te lanzaban para inspeccionar todo, para juzgar cada detalle en ti, el comentario de Kae tuvo más sentido en ese momento, Elián tuvo novia, una que seguramente los chicos y chicas que los miraban conocían.



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En el texto hay: ciencia, romance, drama

Editado: 25.05.2020

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