D E S P E R T A R

「┊ 40 ┊」

 

Así como el domingo, Trevor había pasado con ella el lunes, haciendo exactamente las mismas cosas que el día anterior, llenarse de chuches y frituras con series y películas. La única diferencia radicaba en que había vuelto a su casa por la tarde. Esa mañana de martes, estaba bastante emocionada por regresar a clase, era raro, considerando que esa era justo la última semana de escuela antes de vacaciones de invierno, pero la emoción estaba más latente ya que podía ver a Elián y no solo platicar con él por el trasto tecnológico que cargaba consigo.

 

Pintaba bien el día, el sol había salido el cielo estaba claro y todavía mejor el aire de otoño refrescaba la mañana, se acomodó la bufanda y mirándose una última vez en el espejo sonrió. Escucho a su madre saludar a Trevor y no espero mucho para bajar las escaleras y salir con su amigo rumbo a la escuela.

 

Esta vez, Cameron estaba recargado sobre el coche de Trevor al igual que Noah. Ambos jovencitos saludaron a la muchacha cuando se acercó al automóvil.

 

— ¿Cómo estás, Leth? — Cameron la había apretujado entre sus brazos, y sí, desacomodando su cabello. La chica hizo una mueca que pronto se convirtió en una sonrisa, las muestras de afecto de Cameron eran lindas.

 

— Mucho mejor. — La muchacha simplemente palmeó su espalda, se apartó de su grandulón amigo y sonrió a Noah, el jovencito era más bien tímido, no obstante, saludo con un tierno gesto a Arleth.

 

— Muchas felicidades, Noah, tu hermano me contó que llegaste al ranking cinco de todo el alumnado.

 

— Gracias...

 

— No solo eso, es el mejor promedio de la escuela, Leth. — Arleth sonrió todavía más eufórica y revolvió el cabello de Noah. El chico se dejó hacer para disimuladamente arreglarse el cabello cuando ya estaban sobre el auto.

 

Siguieron conversando de cosas variadas en el trayecto de sus hogares hasta la escuela, Cameron le contaba que Raziel había llorado su ausencia, ya que, decían que al ser de bolsillo era similar a una pelotita antiestrés. Arleth no sabía como sentirse con ello, evidentemente sus amigos no se burlaban de ella o algo similar, sin embargo, era raro que la compararan con una pelota antiestrés.

 

— ¡Leeth! — El grito eufórico de Kae hizo que su hermano la mirara mal, era muy escandalosa cuando se lo proponía, la susodicha saludaba con emoción a la jovencita aún dentro del auto en movimiento. Trevor aparcó segundos después, la muchacha bajo para dirigirse a su japonesa amiga. Kae la estaba esperando con los brazos extendidos.

 

— ¡Kae! — Arleth avanzó unos cuantos pasos, sin embargo, alguien interrumpió el gesto cariñoso con su amiga, unos brazos más largos la habían atrapado. El impacto la hizo tropezar sin llegar a caer gracias a la fuerza de su novio. Arleth comenzó a reír y sentir su corazón bombear a mil por minuto.

 

— ¡Eso es trampa! — Se escuchó el berrinche de Kae, Kai diciéndole que exageraba y Cameron con Trevor saludando a Raziel. Aunque estuvieran muy presentes, sus amigos pasaron a ser pequeños actores de relleno para ese momento de su vida.

 

— Hola, chico malo. — La risa grave de Elián hizo eco en sus oídos. — ¿Me extrañaste?

 

— No te imaginas cuanto, niñita. No vuelvas a irte, no sin mí. — El jovencito se apartó lo suficiente para mirarla, ambos se perdieron en los ojos del otro. Sin perder el tiempo estampó sus labios contra los de Elián.

 

Probablemente era justo lo que necesitaba, el dulce y agradable sentimiento de estar con su novio. Olvidándose por completo de todo aquello que la preocupaba, estaba feliz, relajada y sobre todo, se sentía segura en sus brazos.

 

Trevor intentó no mirarlos, sin embargo, su mirada había buscado automáticamente a su amiga y su novio, sumergidos en su romance, al regresar la vista al frente lejos de lo que Arleth experimentaba con Elián, notó como sus amigos lo miraban afligidos, el muchacho les sonrió someramente. Raziel le pasó un brazo y lo llevaron al interior del instituto.

 

╭☀╮

 

Al final todo avanzaba de manera destacada, la última semana de clases había llegado a su fin, Arleth disfrutaba de los cambios que existían en la escuela, unos más que otros, a decir verdad, porque seguía enojada de que mostraran los resultados de todos los estudiantes, eso podían ahorrárselos. 

 

Sin embargo, existían cambios muy buenos según ella, como los eventos o festivales, el deportivo seguía siendo su favorito y justo para el último viernes de clases se encontraban disfrutado de un evento especial que llevaban cerca de dos semanas organizando, el festival dedicado al fin del primer trimestre, todos los grados habían preparado actividades, tercer año se dividió en tres zonas, la clase 1, 3 y 5 se unieron para poner una cafetería, pero, no cualquier cafetería, la suya era una con temática de superhéroes. Así que, tenías a Batman preparando tu latte mientras que Deadpool te lo llevaba hasta tu mesa. ¡Era una locura! Una locura muy genial. La clase 2, 4 y 6 abrieron una casa de sustos, todos estaban disfrazados de espectros, y la verdad era que si daba mucho miedo, todos se metían en su papel de asustar y causar pavor pues aún fuera de la casa de terror se paseaban por la escuela atrayendo a los jóvenes, vestidos como monstruos o bien como asesinos locos con armas y manchas de sangre.



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En el texto hay: ciencia, romance, drama

Editado: 25.05.2020

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